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García Laso de la Vega

Biografía

Laso de la Vega, García. Señor de Los Arcos. Toledo, c. 1517 – 26.IX.1564 post. Embajador de Carlos V y Felipe II.

Sobrino del poeta Garcilaso, fue hijo primogénito de Pedro Laso de la Vega, el comunero, y de María de Mendoza, nieta del II duque del Infantado, y señor de Los Arcos, Batres y Cuerva. La prematura muerte de su madre y las prolongadas ausencias de Toledo de su padre marcaron su infancia y adolescencia, pues vivió generalmente en casa de sus abuelas Sancha de Guzmán y María Carrillo de Castilla. El 14 de agosto de 1531, cuando tenía unos catorce años, se desposó en la catedral de Ávila, sin la preceptiva licencia del Emperador, con Isabel de la Cueva, sobrina del duque de Alburquerque, en presencia de un clérigo y varios testigos, entre los que se hallaba su tío el poeta. Aunque la ceremonia no se consideró válida, todos los implicados sufrieron el enojo de la emperatriz Isabel y de Carlos V: Pedro Laso fue desterrado; al poeta Garcilaso se le confinó en una isla del Danubio; Isabel de la Cueva fue llevada al monasterio de Tordesillas; y el joven desposado huyó a Portugal, donde permaneció en paradero desconocido varios años. En abril de 1536, se dispuso a servir al César aunque todavía pesaba sobre él la pena del destierro y embarcó en una de las galeras que zarparon de Málaga para intervenir en la campaña de la Provenza, pero Carlos V no le había perdonado y tuvo que desistir de su empeño, a pesar de haber abogado por él Andrea Doria. En marzo de 1539, se hallaba en tierras de Toledo en compañía de su padre y, tres años después, el 23 de abril de 1542 consta que él y su primo hermano Lorenzo Suárez de Figueroa pusieron un pasquín difamatorio de algunos señores de la Corte en la puerta de la iglesia de San Pablo en Valladolid. Descubierto, fue condenado a un año de prisión en el castillo de la Mota y a destierro perpetuo de la Corte. Al poco tiempo, por deseo del príncipe Felipe, se le concedió el indulto.

El 17 de junio de 1548, se firmaron en Toledo sus capitulaciones matrimoniales con Aldonza Niño de Guevara, hija de Rodrigo Niño, comendador de Lorquí.

Y el 29 de agosto se celebraron los desposorios que darían lugar a su matrimonio diez años después.

Muerto su padre en 1554, heredó el mayorazgo de Los Arcos, Batres y Cuerva, en las actuales provincias de Badajoz, Madrid y Toledo respectivamente. Y un año más tarde comenzó su intensa vida diplomática.

Carlos V y el príncipe Felipe, rey a la sazón de Nápoles e Inglaterra, le encomendaron una ardua misión ante Pablo IV: evitar el uso de las armas, pedir la libertad del abad Bernardino Briceño, agente del duque de Alba que estaba encarcelado, y solicitar la gracia del Pontífice para el cardenal Santa Flor y los Colonna. El 31 de octubre de 1555 llegó a Roma y el 7 de enero lo recibió el Papa. Alcanzados los objetivos de su embajada, intervino en las negociaciones para restituir la ciudad de Piacenza al duque de Parma. Unas cartas cifradas exasperaron al Papa y cuando el 8 de julio de 1556 Garcilaso acudió a despedirse de él, el Pontífice lo recibió, pero al día siguiente ordenó que lo encerraran en el castillo de Sant’Angelo, donde permaneció hasta que entró en Roma el duque de Alba en septiembre de 1557. Después de ser liberado, visitó a Carlos V en Yuste para informarle de los acontecimientos vividos en Roma, y el 9 de septiembre de 1558 se hallaba de nuevo junto al Emperador y firmaba como testigo en el codicilo de Su Majestad. En este mismo año, recibió el hábito de la Orden de Alcántara, que le había sido concedido en diciembre de 1556 cuando probablemente aún se encontraba preso en Sant’Angelo.

Convencido Felipe II de las dotes diplomáticas de García Laso, a mediados de abril de 1560 lo envió como embajador a Francia para persuadir a Catalina de Médicis y a su hijo Francisco II de la conveniencia de evitar la ruptura con la reina de Inglaterra. Permaneció en Francia hasta que se alcanzó la concordia y en los últimos días de agosto de 1560 regresó a Toledo, donde vivió hasta su muerte. Otorgó testamento el 26 de septiembre de 1564 y murió poco después.

 

Bibl.: E. Fernández de Navarrete, “Vida del célebre poeta Garcilaso de la Vega”, en Colección de documentos inéditos para la Historia de España, t. XVI, Madrid, 1850; Marqués de Laurencín, Garcilaso de la Vega y su retrato, Madrid, Real Academia de la Historia, 1914; Documentos inéditos referentes al poeta Garcilaso de la Vega, Madrid, Real Academia de la Historia, 1915; M. González Hontoria, Los embajadores de Felipe II junto a la Silla Apostólica, Madrid, Imprenta del Ministerio de Asuntos Exteriores, 1944; A. de Marichalar, Garcilaso de la Vega, embajador de Felipe II, Madrid, Imprenta del Ministerio de Asuntos Exteriores, 1949; A. Gallego Morell, Garcilaso: documentos completos, Barcelona, Planeta, 1976; V. Cacho Viu, “Los Lasso de la Vega y la iglesia parroquial de Cuerva”, en Peñaflor. Boletín de Información y Cultura de la Asociación Cultural “Eugenio Gerardo Lobo” (Cuerva), n.º 22 (1991), págs. 14-16; M.ª C. Vaquero Serrano y A. Ríos de Balmaseda, Don Pedro Laso, el Comunero, Señor de Cuerva, Toledo, 2001; M.ª C. Vaquero Serrano, Garcilaso, poeta del amor, caballero de la guerra, Madrid, Espasa Calpe, 2002.

 

Antonia Ríos de Balmaseda