Portillo Aguilar, Sebastián de. Segovia, f. s. xvi – Madrid, s. m. xvii. Agustino (OSA), examinador sinodal, cronista e historiador.
Fueron sus padres Sebastián Gómez del Portillo, abogado de la ciudad de Segovia, y Catalina Espina (Gutiérrez), vecinos de dicha ciudad, “nobles y cristianos viejos”. Ingresó en la Orden de San Agustín, para profesar, una vez finalizado el año de noviciado, en el Convento San Agustín de Segovia el día 9 de agosto de 1613, en manos del prior Francisco de Maldonado.
Alcanzó los grados de lector de Teología y maestro, título que tenía en 1636. Este mismo año residió en Burgos y en 1652 en Valladolid. En la provincia de Castilla tuvo varios cargos, entre los que sobresalen el de prior de los Conventos de Salamanca y Burgos; definidor provincial y cronista de la provincia de Castilla.
Fue examinador sinodal. En el Convento de Salamanca ejerció de regente de estudios.
A la muerte de Tomás de Herrera (1654), quien tenía 400 ducados sobre el obispado de Cuenca por ser confesor de Juan de Austria, pero que no había cobrado, fue Sebastián Portillo quien reclamó la deuda, y el 29 de marzo de 1654 apareció una orden para que se entregase dicha cantidad.
El cronista Gaspar de San Agustín, en su obra Conquistas de las Islas Filipinas (Madrid, 1698), indica que Portillo quiso dedicarse a escribir la crónica de la provincia de Filipinas, dado el “descuido” manifiesto de los “hijos de esta provincia” por la historia misionera.
La afición al estudio del pasado le llevó a la preparación de una obra de carácter hagiográfico, con la vida de los santos y beatos, religiosos y religiosas de la Orden Agustiniana. La obra que ya tenía concluida en 1651 circuló manuscrita por diferentes conventos de la Orden Agustiniana. La finalidad con la que fue escrita se vio cumplida ya que proporcionaba a los religiosos agustinos unas cuantas lecturas de vidas ejemplares de aquellos considerados modelos de sabiduría y virtudes.
Los tres primeros tomos de la obra de Portillo, casi ocho décadas después de ser escrita, concretamente en el año 1728, fueron rescatados de la provincia de Portugal, y el cuarto se localizó en la Biblioteca del Convento de San Felipe el Real de Madrid. Con la obra completa, manuscrita y original, la provincia de Castilla decidió su publicación en cuatro tomos con el título Crónica espiritual agustiniana (Madrid, 1731- 1732). Fue impresa en el taller tipográfico creado por iniciativa del agustino Francisco de Avilés, e instalado en el Colegio de María de Aragón, actual sede del Senado de España, con el nombre de venerable fray Alonso de Orozco.
Cada tomo ofrece alguna particularidad de carácter histórico. Así, el primero presenta unos breves apuntes de historia agustiniana, origen y antigüedad de la Orden Agustiniana. El tomo segundo ofrece, al principio, un catálogo con los institutos monásticos, clericales y militares, que en algún momento de su historia han elegido la Regla de San Agustín como norma de vida.
Otro catálogo aparece en el tercer tomo, que presenta los religiosos agustinos que han obtenido dignidades eclesiásticas. Y, finalmente, el cuarto tomo referencia los escritores y catedráticos de la Orden Agustiniana, y las obras de san Agustín. Los preliminares de la Crónica espiritual de Portillo fueron extractados en un sermón de san Agustín de Manuel Comín con el título El discípulo y doctor de la gracia (Barcelona, 1800), y el historiador Manuel Vidal, en su historia del Convento San Agustín de Salamanca, incluyó una decena de biografías elaboradas por el mismo Sebastián Portillo, como Juan Gallego, Francisco de Nieva, Alonso de Orozco, Francisco de Castro, Luis López de Solís, Gabriel de Saona, etc., además de narrar el descubrimiento del cuerpo incorrupto de san Agustín y los milagros a él atribuidos. La lectura de la Crónica espiritual agustiniana de Portillo fue frecuente desde antes de su misma publicación, y todavía en el siglo xx recomendada para la formación de jóvenes de las provincias agustinianas de España. La de Filipinas lo hizo en el plan de estudios de 1930.
En cuanto al valor y alcance histórico de la obra de Portillo cabe indicar que una parte de la misma no se encuentra respaldada por la crítica histórica, puesto que se apoya en falsos cronicones, entre otros la Crónica de Flavio Marco Dextro, motivo por el que ha sido orillada y criticada en exceso. Su desmesurado catálogo de santos, beatos y venerables agustinos no se atiene, por lo general, a la crítica histórica como han venido demostrando los estudios aparecidos en el último medio siglo, y también la parte histórica anterior a la Gran Unión de 1256 ofrece importantes inexactitudes, hoy conocidas gracias a las aportaciones de los historiadores Saturnino López Zamora y Balbino Rano, entre otros. Ahora bien, cuando Portillo hace referencia a hechos, acontecimientos y personajes coetáneos e incluso de épocas anteriores “merece tanto crédito como otro cualquiera escritor”, afirma Santiago Vela. En la preparación de la obra se constata la utilización de manuscritos, cartas, informes y documentos de archivo, como se demuestra cuando trata la vida de Agustín Antolínez o de López de Solís.
En otras ocasiones, por el contrario, de su pluma salen afirmaciones sin amparo documental e histórico, y que lamentablemente han ido propagándose con el paso del tiempo. Al principio del tomo cuarto, atribuye la fundación de la Universidad de México a Alonso de Veracruz en 1548. Ni Veracruz fue fundador ni tampoco la Universidad mexicana se creó en este año. Con ello se constata que existen notables errores en la obra de Portillo, pero también no pocos aciertos. No todo ha de ser rechazado, ni ha de ser aceptado cuando conste por otro lado su falsedad.
Las fuentes de las que se nutren los escritos históricoespirituales de Portillo necesitan tan sólo purificarse con estudios críticos, sobre todo en lo referente a la antigüedad de la Orden Agustiniana.
Obras de ~: Crónica espiritual augustiniana. Vida de santos, beatos, religiosos y religiosas del Orden de su Gran Padre San Agustín, para todos los días del año. Escriviólas en quatro tomos, cada uno a tres meses, año de 1651, Madrid, Imprenta del Venerable Padre Fray Alonso de Orozco, 1731-1732; “Historia del santo religioso Augustino, cuyo cuerpo incorrupto veneran los moros africanos cerca de la ciudad de Tagaos” y “Vida del Ven. Padre Fray Juan Gallego”, “Vida del Ven. Padre Fr. Francisco de Nieva”, “Vida del Ven. Padre Fr. Giménez Ximénez de San Esteban”, “Vida del Beato Fray Diego de la Torre”, “Vida del Ven. Fr. Alonso de Alvarado” y “Vida del Ven. P. Fr. Alonso de Orozco”, en M. Vidal, Agustinos de Salamanca. Historia del observantíssimo convento de San Augustín N. P. de dicha ciudad, vol. I, Madrid, Imprenta Eugenio García, 1751, págs. 87-90, 158-160, 206-208, 265-270, 283-285, 290-293 y 383-402 respect.; “Vida del Ven. Padre Fr. Francisco de Castro”, “Vida del Muy Ven. y Excelente prelado don Fr. Luis López de Solís”, “Vida del Ven. P. Mro. Fr. Gabriel de Saona” y “Vida de la Ven. Hermana María de la Fe”, en vol. II, [1758], págs. 18-21, 26- 37, 52-57 y 105-117, respect.
Bibl.: G. de San Agustín, Conquistas de las Islas Filipinas (1565-1615), Madrid, Imprenta Manuel Ruiz de Murga, 1698 (nueva ed., introd., notas e índices por M. Merino, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1975, pág. 680); J. Lanteri, Postrema Saecula sex religionis augustinianae in quibus breviter recensentur illustriores viri augustinenses qui sanctitate et doctrina floruerunt post magnam Ordinis unionem peractam anno MCCLVI ab Alexandro IV usque ad haec tempora, Romae, Typ. Bernardi Morini, 1860, pág. 189; B. Moral, “Catálogo de escritores agustinos españoles, portugueses y americanos y sus obras por orden alfabético de autores”, en La Ciudad de Dios, 19 (1889), págs. 469-470; T. López Bardón, Monastici Augustiniani R. P. Fr. Nicolai Crusenii continuatio atque ad illud additamenta sive Bibliotheca Manualis Augustiniana in qua breviter recensentur Augustinenses utriusque sexus virtute, litteris, dignitate ac meritis insignes ab anno 1620 usque ad 1700. Operis volumen secundum, Vallisoleti, Typ. J. E. de la Cuesta, 1903, pág. 333; G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, t. I, Madrid, 1913, págs. IX-XI; t. VI, Madrid, 1922, págs. 389-391; I. Rodríguez Rodríguez, Historia de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas, Manila, 1966, págs. 438-441.
Rafael Lazcano González