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Gabriel Lobo Lasso de la Vega

Biografía

Lobo Lasso de la Vega, Gabriel. Madrid, 1559 – c. 1615. Poeta, dramaturgo e historiador.

Debió de nacer en Madrid el año de 1559, si se toma en cuenta la orla de su retrato publicado al frente de la Primera parte del Cortés Valeroso y Mexicana (1588), donde figura “aetatis svae anno 29”. Fue hijo de Jerónimo Lobo de Gamboa y de Leonor Lasso de la Vega, casados ambos en Valladolid y domiciliados en la calle de Francos. Es probable que la familia se trasladara muy pronto a Madrid. Sus abuelos paternos fueron Bartolomé Lobo y María de Gamboa; fue nieto materno de Alonso de Santa Cruz y de Beatriz Lasso de la Vega.

El arraigo familiar de este autor se hizo, fundamentalmente, en torno al apellido Lasso de la Vega, perteneciente a su abuela materna. Con dicho apellido firmó sus obras y siempre aparece como pretexto para sentirse atado a un nombre ilustre y famoso en la historia y en la sociedad españolas. La crítica ha dudado entre el uso de Lobo o de Lasso como identificador preferido del autor. Y siempre queda la duda del entronque de su mundo familiar. Para algunos críticos —Álvarez de Baena, Cayetano Alberto de la Barrera—, Lasso de la Vega estaba unido a la familia de los condes de Puertollano. Mele y González Palencia piensan que “no debía de ser muy cercano el parentesco, puesto que cierta información hecha en Madrid el 7 de septiembre de 1590, que se guarda en el archivo particular del Marqués del Saltillo, Don Miguel Lasso de la Vega, sólo anota relaciones familiares con el Comendador Alonso Lasso de la Vega y Corbera, Caballero de Calatrava y hermano de la abuela Beatriz Lasso de la Vega; con Inés Lasso de la Vega, hermana de Beatriz, y la Comendadora Elvira Juárez, de Santiago, que murió en casa de los Condes de Buendía”.

Gabriel tuvo varios hermanos: el mayor, que por los años de 1573 viajaba a Italia, aunque se volvió a España desde Francia y vendió, junto con Gabriel, censos a Jerónimo, otro de los hermanos; Antonio Lasso de la Vega, capitán, que estaba en América en 1590 y aparecía domiciliado en Madrid; finalmente, el doctor Jerónimo Lobo, beneficiado de San Nicolás, en 1579, y cura de la iglesia madrileña de San Andrés en 1590.

El padre de Gabriel debía de haber muerto ya en 1579, puesto que el poeta, todavía menor de edad, tuvo como procurador al capitán Pedro Lasso de Santa Cruz. Su pobre hacienda era “un censo de 350 ducados de principal y 200 reales”.

Se conoce la existencia de su hija heredera, Jerónima Lasso de la Vega, a petición de la cual Gabriel hizo el inventario de sus bienes, quien, al parecer, había fallecido ya en 1616. Murió probablemente en 1615. Aparte de los detalles hasta aquí inscritos, poco se sabe de la vida de Gabriel Lobo. Se conocen algunos datos salidos de las propias obras del autor, lo que siempre debe aceptarse con cierta reticencia. Según él cuenta en los títulos de sus obras, fue “criado del Rey nuestro señor” y uno de los cien continuos o continos que vigilaban y protegían el palacio real. En una de sus obras históricas se añade el título de “historiador universal”. Vivió muy cerca de los círculos de poder o dentro de ellos. Su apellido materno, que él usaba como identificación primera, estaba ligado a algunas de las casas nobles y poderosas del reino. Leyendo sus obras, puede constatarse que adopta en ellas la actitud de quien, contando con un pobre patrimonio, tiene la sensación y la pretensión de compartir el poder político y social de los grupos dominantes. Lasso de la Vega, con razón económica o sin ella, se consideraba integrado en la nobleza media que fue el apoyo político fundamental de Felipe II. De hecho, una de sus actividades más productivas fue la redacción de trabajos sobre reyes, nobles y hombres ilustres de la historia española. Algunos han quedado inéditos; de otros sólo se conservan los títulos.

Gabriel publicó, al frente de una de sus obras, una serie de alabanzas hechas por amigos suyos, en las que se le coloca en la gloriosa línea de los grandes y famosos Lassos de la historia española. En algún caso se le identifica como biznieto de Lasso, el que “con belicoso braço no domado / del orgulloso Moro ha derramado / la sangre con que el campo tiñe y riega”. En otro de los poemas laudatorios se expresa la tristeza y la oscuridad en que la tierra ha quedado tras la muerte de Garcilaso, el gran poeta y soldado toledano. Y se anuncia y canta que “oy vn nueuo Laso goza el suelo, / nueua luz, nueuo norte, y nueua guía, / de tan lustrosa sangre y nacimiento”, es decir, nuestro autor. Otros ejemplos se conservan en las obras de Gabriel. Todos son la muestra de que Gabriel Lasso acepta la imagen que de él dan unos poetas amigos, imagen que le proyecta sobre un fondo de glorias nacionales, de familia triunfante en la lucha “nacional” contra los moros, de grupo social de “lustrosa sangre”, de estirpe donde hay un soldado y un poeta excelsos. Fuera o no fuera verdadera su relación con tan ilustres personajes, el caso es que Gabriel aceptó siempre tales alabanzas y las imprimió en sus libros.

Junto a la proclamación y exhibición de su linajuda cuna, Gabriel dejó en sus propias obras algunos detalles que pueden ser reflejos de la realidad. En uno de sus romances, dice haber nacido en la madrileña calle de Atocha un martes del mes de enero o febrero.

Tuvo un hermano, tres años mayor que él, que recibió “cuatro mil de renta” dejando a Gabriel en la pobreza. Cuenta cómo fue estudiante, paje y soldado. Celebra en sus poemas la existencia de dos mujeres de las que estuvo enamorado y que quedan ocultas bajo los nombres de Marintia y Cintia.

Gabriel Lobo dejó una obra relativamente importante. Y parece que vivió en los círculos literarios madrileños, aunque ningún escritor le toma en consideración, exceptuando el elogio que le dedica Cervantes en el Viaje del Parnaso (“Con este mismo honroso y grave celo / Bartolomé de Mola y Gabriel Lasso / llegaron a tocar del monte el suelo”).

Gabriel Lasso de la Vega pasa a la historia de la literatura dramática española como autor de dos tragedias, La honra de Dido restaurada y La destruyción de Constantinopla, ambas escritas en los finales del siglo XVI, cuando se cerraba el ciclo de tragedias del horror y se alzaba la comedia nueva que consagraba a Lope de Vega. Lasso, de quien no se sabe que llegara a ver representadas ninguna de las dos tragedias, ofrece en ellas un modelo conservador del sistema político vigente, modelo bien ajeno al que siguieron sus compañeros de generación, los Jerónimo Bermúdez, Cristóbal de Virués, Juan de la Cueva, Lupercio Leonardo de Argensola, etc. Asimismo publicó una serie de romances, reunidos en el Manojuelo, romances en que introduce muchos elementos verosímilmente personales y una actitud muy negativa sobre los usos, costumbres y comportamientos de los moriscos españoles.

 

Obras de ~: Primera parte del romancero y tragedias, de Gabriel Laso de la Vega, criado del Rey nuestro señor, natural de Madrid. Dirigido a Don Phelipe, Principe de las Españas, hijo del Catolico Don Phelipe nuestro señor, Rey dellas, segundo deste nombre, Alcalá de Henares, en casa de Juan Gracián, 1587; Primera parte de Cortes valeroso, y Mexicana, de Gabriel Laso de la Vega, criado del Rey nuestro señor, natural de Madrid. Dirigida a Don Fernando Cortes, nieto de Don Fernando Cortes, Marques del Valle, descubridor y conquistador del Nuevo Mundo, Madrid, en casa de Pedro Madrigal, 1588; Mexicana de Gabriel Laso de la Vega emendada y añadida por su mismo Autor. Dirigida a Don Fernando Cortes, tercero Marques del Valle. Lleva esta segvnda impresión treze cantos mas que la primera, Madrid, por Luis Sánchez, 1594; Manoiuelo de romances nueuos, y otras obras, de Gabriel Laso de la Vega. Dirigido a D. Hieronymo Arias Dauila Virues, Señor de Hermoro, Zaragoza, por Miguel Fortuño Sánchez, 1601 (Manojuelo de romances, pról. y ed. de E. Mele y Á. González Palencia, Madrid, Saeta, 1942); Elogio en loor de los tres famosos varones, Don Jaime, Rey de Aragon; Don Fernando Cortes. Marques del Valle, y don Alonso de Bazan, Marques de Santa Cruz, Zaragoza, por Alonso Rodríguez, 1601; Segunda parte del Manojuelo de Romances nuevos y otras obras de Gabriel Laso de la Vega, dirigido a Don Gabriel Blasco de Alagon, Conde de Sastago, Zaragoza, 1603 (desapar.); Tragedia de la destruyción de Constantinopla, ed. de A. Hermenegildo, Kassel, Edition Reichenberger, 1983; Tragedia de la honra de Dido restaurada, ed. de A. Hermenegildo, Kassel, Edition Reichenberger, 1986. Obras no impresas de las que hay noticias: El caballero del sayal; Varones y hombres doctos eminentes y insignes en letras, naturales de España, y el lugar de ella donde cada uno nació, que han dado sus obras a la estampa, así teólogos, como juristas, poetas, oradores, cronistas, historiadores, filósofos, matemáticos, astrólogos y médicos, y otros, asi antiguos como modernos. Recopilados por Gabriel Laso de la Vega, historiador universal, continuo de su Majestad; Curia española. Primera y segunda parte; Jornada de los Duques de Pastrana y Humena; Compendio de España; Condes de Flandes y Reyes de España; Compendio de las cosas notables de España; Plumaje de diamantes de diversas sentencias; Origen de los Reyes de Portugal y Jerusalen; Tratado de todos los Señores de Castilla; Sitio y presa de Ostende, y plazas de Frisia; Advertencias del Emperador Don Carlos a su hijo; Relación puntual de las rentas del Rey de España; Iglesias de España; Recopilación de las grandezas de Madrid; Relación puntual de todos los Consejos y Tribunales de la corte y Chancillerías de España e Indias, y plazas que tiene cada uno.

 

Bibl.: J. A. Álvarez de Baena, Hijos de Madrid ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes, Madrid, en la oficina de Benito Cano, 1789-1791; A. Restori, “Il Manojuelo de romances”, en Revue Hispanique, 10 (1903), págs. 117-148; M. Artigas, “Lobo Lasso de la Vega”, en Revista Crítica Hispano- Americana (Madrid), 3 (1917), págs. 157-166; C. Pérez Pastor, Bibliografía madrileña o descripción de las obras impresas en Madrid, Madrid, 1929; J. Amor y Vázquez, “Conquista y Contrarreforma: la Mexicana de Gabriel Lobo Lasso de la Vega”, en N. Polussen y J. Sánchez Romeralo (coords.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Hispanistas, 1967, págs. 181-191; B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca de libros raros y curiosos, Madrid, Gredos, 1968; C. A. de la Barrera y Leirado, Catálogo bibliográfico y biográfico del teatro antiguo español, desde sus orígenes hasta mediados del siglo XVIII, Madrid, Gredos, 1969; A. Hermenegildo, La tragedia en el Renacimiento español, Barcelona, Planeta, 1973; “Teatro y consolidación de estructuras político-sociales: el caso de Gabriel Lobo Lasso de la Vega”, en Segismundo, 15 (1981), págs. 51- 93; “Gabriel Lobo Lasso de la Vega y el discurso político centralizador en la España de fines del siglo xvi”, en R. Pérez (coord.), Homenaje al profesor Ignacio Elizalde: estudios literarios, Bilbao, Universidad de Deusto, Servicio de Publicaciones, 1989, págs. 123-140; M.ª E. Franco Carcedo, La personalidad literaria de Gabriel Lobo Laso de la Vega (1555-1615), con la edición de los Elogios y las Tragedias, Madrid, Universidad Complutense, 2001 (CD); J. Weiner, Cuatro ensayos sobre Gabriel Lobo Laso de la Vega (1555-1615), Valencia, Universitat, 2005; F. J. Bouza Álvarez, “¿Cuánto vale una octava rima en verso heroico?: la escritura de ‘El caballero del sayal’ y otras noticias sobre Gabriel Lobo Lasso de la Vega”, en P. Bolaños Donoso, A. Domínguez Guzmán y M. de los Reyes Peña (coords.), Homenaje al profesor Klaus Wagner: geh hin und lerne, vol. 2, 2007, págs. 491-504.

 

Alfredo Hermenegildo Fernández