Ayuda

Luis Vélez de Guevara

Biografía

Vélez de Guevara, Luis. Écija (Sevilla), 1.VIII.1579 baut. – Madrid, 10.XI.1644. Dramaturgo y literato.

Muchas incógnitas sigue planteando el conocimiento de la vida y la obra de Luis Vélez de Guevara.

Nació en Écija en fecha próxima al 1 de agosto de 1579, en que fue bautizado con el nombre de Luis Vélez de Santander. Era el segundo hijo del matrimonio formado por Diego Vélez de Dueñas y Francisca Negrete de Santander. Cursó estudios mayores en la Universidad de Osuna, en la que se graduó como bachiller en Artes, “gratis, por ser pobre”, el 3 de agosto de 1596. No continuó su formación, seguramente por falta de recursos económicos, y entró desde temprana edad en contacto con el mundo de la Corte.

Uno de sus primeros señores fue el cardenal arzobispo de Sevilla, Rodrigo de Castro. Como paje suyo asistió al cambio de reinado en septiembre de 1598, y en 1599 a los esponsales de Felipe III con Margarita de Austria en Valencia y a las Cortes en Barcelona.

Regresó con el arzobispo y su séquito a Sevilla el 21 de septiembre de ese mismo año. Pudo así el futuro dramaturgo, a pesar de su juventud, observar de cerca los acontecimientos políticos, sociales y culturales que se sucedieron aquellos meses, y trabar amistad con destacados hombres de letras, en particular con Lope de Vega, al que hubo de conocer en Valencia. Como fruto de tales experiencias parece que escribió su primera obra, una relación en verso de Las bodas de los católicos reyes de España Don Felipe III y Doña Margarita de Austria celebradas en la insigne ciudad de Valencia (Sevilla, 1599, en 8º), que se ha perdido.

A la muerte del cardenal arzobispo, el 20 de septiembre de 1600, Vélez quedó desamparado y decidió viajar a Italia para buscar fortuna como soldado.

Allí entró al servicio del conde de Fuentes, gobernador del Milanesado, y permaneció como soldado —adquiriendo un conocimiento impagable de los ambientes marginales— hasta mediados de 1602, en que regresó a España y, tras un breve período en Sevilla, se trasladó a Valladolid, sede de la Corte. El primer testimonio literario que se conserva es un soneto en los preliminares laudatorios del Viaje entretenido de Agustín de Rojas Villandrando, libro entregado a la imprenta a mediados de 1603. Al año siguiente otro soneto suyo figuraba al frente de las Rimas (1604) de su amigo Lope de Vega, con el que es probable que se encontrara en Sevilla a principios de 1603. Con el Rey y la Corte, Vélez se trasladó en 1606 a Madrid, donde vivió hasta su muerte al amparo de la nobleza y la realeza. De sus comienzos artísticos falta mucho por saber. Ya por entonces debió de haber iniciado su carrera de dramaturgo, pues en 1606 se representó en Salamanca El cerco de Roma por el rey Desiderio.

De particular interés para su biografía es el Elogio del Ivramento del Serenissimo Principe Don Felipe Domingo, Qvarto deste nombre (Madrid, 1608), firmado ya, por primera vez, como Luis Vélez de Guevara. El cambio de apellidos, normal en la época, se debió, según su hijo Juan, al orgullo de ser descendiente de Llorente Vélez de Guevara, uno “de los trescientos hidalgos/ que ganaron a Jerez” sacados de Ávila por Alfonso el Sabio; aunque también pudo deberse a que el apellido Santander no fuera “limpio” en Écija, donde hacia 1554 el Santo Oficio ajustició a un tal Luis de Santander. En esa presunta condición de “cristiano nuevo” se basa una corriente de interpretación iniciada por Joaquín de Entrambasaguas. En la portada del mencionado Elogio figura Vélez como “criado del conde de Saldaña”, Diego Gómez de Sandoval, segundo hijo del duque de Lerma; joven caprichoso y heredero, por parte de su esposa, de una gran fortuna, al que sirvió durante varios años como secretario, formando parte de una corte de caballeros y gentileshombres que incluía poetas asalariados.

Tantos puntos oscuros como su trayectoria artística y social presenta su ajetreada vida familiar. Queda en la sombra un primer matrimonio de corta duración por muerte de la esposa. El 24 de septiembre de 1608 se casó con Úrsula Ramisi Bravo, criada de la marquesa de Alcañices, a la que debió de conocer en los ambientes cortesanos y que pasó pronto a llamarse Úrsula Bravo de Laguna. En 1611 nació su primer hijo, Juan, que seguirá sus pasos como dramaturgo.

En su partida de bautismo se identifica al padre como “poeta” y hay documentos que testimonian su fama ya por esa época. A fines de 1612 nació su hijo Antonio Luis, que fue apadrinado por el conde de Saldaña.

El almirante de Castilla, Juan Alfonso Enríquez de Cabrera, fue el padrino de su hija Ana Ignacia en 1615. Poco después hubo de morir Úrsula. Volvió a casarse Vélez en 1618, con Ana María del Valle, criada de la condesa de Cantillana. Por entonces dejó de servir al conde de Saldaña, quien tras la muerte de su esposa, Luisa de Mendoza, volvió a ser el segundón que era antes de casar con la condesa. En octubre de 1619 nació Francisca Luisa, que ocasionó la muerte de su madre. En su partida de defunción, del 20 de noviembre, aparece Vélez como criado del marqués de Peñafiel, Juan Téllez de Girón, que fue después el IV duque de Osuna. Aún siendo tan pródigo y disipado como su anterior señor, Vélez vivió un tiempo de prosperidad y fecundidad artística a su servicio. Al morir Felipe III, el 31 de marzo de 1621, le sobrevino una racha de mala suerte. El valido del nuevo Rey lo mandó a servir a Flandes, quizás como represalia.

Si bien las dificultades económicas no dejaron de acompañarle nunca, durante el reinado de Felipe IV la fortuna sonrió al poeta. En 1622 pretendió una plaza en la cámara del infante don Fernando, hermano del Rey, sin éxito; pero a partir de 1623, favorecido por el conde-duque de Olivares, ocupó una serie de cargos cortesanos. Fue ujier de cámara del príncipe de Gales, el futuro Carlos I, durante su frustrada visita, de poco más de cinco meses, para desposarse con la infanta María. Menos aún le duró el nombramiento de mayordomo del archiduque Carlos de Austria, que llegó a Madrid a finales de noviembre de 1624 y murió de un atracón el 23 de diciembre de ese año, de lo que se lamenta Vélez con humor: “Murióseme el Archiduque:/ que, si no lo hizo adrede,/ según porfió en dejarme,/ juro a Dios que lo parece./ Arrugóseme la panza,/ derrengóseme la suerte,/ anublóseme la gula/ y cayóseme el pesebre.” Por fin, el 4 de abril de 1625 juró el cargo de ujier de cámara del Rey, que tenía carácter vitalicio y, aunque no entró en gajes hasta 1635, suponía desde el principio aposento, ración, botica y médico en Palacio. A finales de 1626 contrajo nuevas nupcias con María López de Palacios, una joven viuda de la que tuvo varias hijas más y algunos bienes, que, contra la prohibición del contrato matrimonial, el poeta se encargará de liquidar.

Para remediar su necesidad, el Rey le concedió en 1633 una pensión de 200 reales mensuales sacados de los gastos de cámara.

Vélez destacó en la literatura burlesca. Participó en la creación de las comedias llamadas “de repente”, muy del gusto del Rey, cargadas de chistes y juegos de ingenio. En 1637 presidió la Academia Burlesca ante los Reyes, de la que pasaron algunas piezas a El Diablo Cojuelo. En febrero del año siguiente participó de nuevo en el Palacio del Buen Retiro ante los Reyes en la Academia Burlesca de Carnaval, para la que se cree que compuso el Juicio final de todos los poetas españoles muertos y vivos. La muerte de varios de sus hijos hubo de quebrantar al final su salud. En 1642 se retiró de su cargo en Palacio y le sucedió su hijo Juan, considerado ya por entonces un destacado dramaturgo. En julio de 1644 fue padre por última vez; se sintió muy enfermo a finales de año; dictó testamento y recibió la extremaunción el 5 de noviembre. Cinco días después, a los sesenta y cinco años, murió el poeta, “bien conocido por más de 400 comedias que ha escrito y su grande ingenio, agudos y repetidos dichos y ser uno de los mejores cortesanos de España”, en palabras de José de Pellicer, quien informa de que las honras se hicieron “con la propia grandeza que si fuera título asistiendo cuantos grandes, señores y caballeros hay en la Corte”.

De su figura humana ha quedado la imagen de un hombre corpulento, con fama de colérico, franco y generoso, de espíritu jocoso y burlón, pero sobre todo el tópico del “poeta pedigüeño”. Claro que la indigencia no era entonces inusual entre escritores y artistas, que debían buscar el auxilio de los poderosos. Él lo hizo con humor y valentía, como atestiguan sus memoriales en verso y sus poesías petitorias. Mucho más significativo resulta destacar su cercanía a las esferas del poder durante dos generaciones. Aunque no llegó a obtener un hábito militar, como Calderón, Hurtado de Mendoza, Rojas o Velázquez, tuvo por su cargo acceso privilegiado a los avatares e intrigas de Palacio.

Como dramaturgo, gozó de una enorme popularidad entre sus contemporáneos, tanto en el ambiente comercial de los corrales como en el cortesano.

“Compitió con todos los ingenios de España, y con Lope de Vega, los dos solos mucho tiempo”, según constata su hijo Juan, y fue de los que mayor éxito obtuvo. Las historias literarias suelen encuadrarlo en la escuela del Fénix, y es de los más cercanos a él en espíritu poético y dramático. Fue elogiado por autores de la talla de Cervantes (El viaje del Parnaso), Quevedo (La Perinola) o el mismo Lope de Vega (La Filomena y el Laurel de Apolo). Su fama pervivió hasta fines del siglo XVIII. En cambio, desde el XIX viene siendo relegado a la categoría de autor de segundo orden. La causa principal es que el poeta no se ocupó de publicar sus comedias, por lo que queda prácticamente fuera del canon del teatro clásico. Desde 1965 se asiste a una recuperación de su figura y su obra con una visión más ponderada, y desde 1997 C. George Peale está editando sus comedias en Estados Unidos.

Es curioso —y perjudica la estimación que merece como dramaturgo— que Vélez de Guevara sea conocido sobre todo por su única obra en prosa, El Diablo Cojuelo (1641), la fantasía satírica más importante del siglo, después de las de Quevedo, por la brillantez sostenida de su estilo; libro en el que confluyen distintos géneros (la novela picaresca, la sátira menipea, los entremeses, las academias burlescas), subtitulado Novela de la otra vida traducida a esta... y que alcanzó una gran popularidad: fue reeditado con frecuencia, traducido a muchas lenguas y adaptado por Lesage en Le diable boiteux. El diablo, liberado por un estudiante de la redoma en que un mago lo había encerrado, va mostrando a su libertador el interior de las casas de Madrid, cuyos techos levanta como si fueran casas de juguete. En este ingenioso argumento se inserta la serie de descripciones satíricas.

Vélez de Guevara fue un poeta dramático fecundísimo.

De las cuatrocientas comedias que dijo haber escrito se conserva una cuarta parte; corpus que dista de estar establecido y depurado, y que se resiste a la clasificación y al orden cronológico. Se advierte en él la preferencia por temas históricos y heroicos, procedentes del romancero y de la tradición nacional, a menudo tratados en clave satírica; también un tipo de dramatismo particularmente intenso, con una vigorosa utilización del melodrama, de la atrocidad y de la violencia (llama la atención su predilección por representar ejecuciones); pero unido a un melancólico y suave lirismo, con la frecuente inserción de canciones y música, como auténtico sello distintivo.

Resulta magistral la creación de personajes femeninos, como Gila, La serrana de la Vera, o Pelaya, La montañesa de Asturias, la discreta Esperanza de El diablo está en Cantillana o la encantadora Inés de Reinar después de morir. Son singulares también las figuras del donaire. Y los héroes, de fuerte carácter, no carecen tanto como se ha dicho de hondura psicológica.

En cuanto al estilo, Vélez introdujo el gongorismo en la comedia nueva, con un lenguaje a veces más culto, refinado y artificioso que el de Lope, repleto de agudezas rebuscadas y metáforas brillantes. Su versificación es siempre fácil y rotunda. Cervantes alabó su “verso numeroso” y Lope “sus versos de oro”. Es notable su dominio de los recursos escénicos, por lo que se le asocia al género de las “comedias de ruido”, de aparatosa tramoya y gran impacto visual, como en la escena final de El primer conde de Orgaz, que visualiza su entierro tal como aparece en el cuadro de El Greco, o en la recurrente representación de hechos bélicos.

Dos tragedias que rebosan tensión dramática e intensidad lírica son las obras más conocidas del dramaturgo. La serrana de la Vera, escrita en 1613 para la famosa actriz Jusepa Vaca, destaca por la audacia del planteamiento y por la creación de la protagonista, Gila, ejemplo extremo del “tipo” de mujer varonil. Esta campesina de fuerza extraordinaria, feminista avant la lettre en la que se han querido ver trazas de homosexualidad, por el deseo de encumbrarse se deja seducir por un capitán; sintiéndose burlada, jura venganza, y la toma haciéndose bandolera y matando a dos mil hombres antes de acabar con el seductor.

Gila es condenada y ejecutada. Reinar después de morir, representada en Valencia en 1635 y publicada en Lisboa en 1652, es sin duda la obra maestra de Vélez y la versión más interesante de las muchas que, antes y después, se han hecho de los trágicos amores del príncipe don Pedro de Portugal y doña Inés de Castro. Los terribles sucesos aparecen envueltos en un clima de leyenda. En pocos dramas del repertorio el componente lírico se funde con la acción dramática de forma tan armoniosa. Los personajes rebosan emoción y verdad. La estructura raya en la perfección. Nada sobra ni falta en una trama tensa y bien acompasada, compuesta con estricta economía y soberana libertad. Bastarían tales logros para acreditar como dramaturgo de primer orden a Luis Vélez de Guevara; quien encarna a la perfección el tránsito entre una y otra cumbre del teatro aurisecular: procede de Lope y anuncia a Calderón.

 

Obras de ~: Comedias: El cerco de Roma por el rey Desiderio (representada en Salamanca, 1606), suelta, s. l., s. f. (ed. de H. Ziomek y A. N. Hughes, Kassel, Reichenberger, 1992); El jenízaro de Albania (escrita c. 1608-1610), suelta, s. l., s. f. (s. XVII); La niña de Gómez Arias (escrita c. 1608-1614), suelta, s. l., s. f. [ed. de C. Iranzo, Valencia, Publications of the Department of Romance Languages, University of North Carolina, 1974 (Estudios de Hispanófila, 2)]; El espejo del mundo (atrib.), Barcelona, 1612 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de M. G. Profeti, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2002); El lucero de Castilla y Luna de Aragón (atrib., escrita c. 1612-1613), suelta, s. l., s. f.; Los hijos de la Barbuda (atrib.), Barcelona, 1612 (ed. de M. G. Profeti, Pisa, Università, 1970); Don Pedro Miago (representada en Toledo, 1613), Madrid, 1663 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de C. G. Peale, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2005); La montañesa de Asturias (representada en Toledo, 1613), Madrid, 1668 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de P. Bolaños Donoso, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2010); La serrana de la Vera (escrita en 1613, autógrafo) [ed. de P. Bolaños, Madrid, Castalia, 2001 (Clásicos Castalia, 259)]; El conde don Pero Vélez y don Sancho el Deseado (representada en el palacio del duque de Lerma, 1615) (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de T. E. Case, Fullerton, California State Fullerton Press, 1997); El Marqués del Vasto (atrib., representada, 1615), suelta, s. l., s. f. (s. XVII) (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de T. Ferrer Valls, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2008); La hermosura de Raquel, Madrid, 1615; El caballero del Sol (escrita y representada en las fiestas de Lerma, 1617), Sevilla, s. f. (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de M. L. Lobato, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2011); con L. de Belmonte Bermúdez, A. Mira de Amescua, J. Ruiz de Alarcón, F. de Tapia conde del Basto, F. de Ludeña, J. Herrera, D. Villegas de la Cruz y G. de Castro, Algunas hazañas de las muchas de don García Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, Madrid, 1622; El asombro de Turquía y valiente toledano, Francisco de Ribera (escrita c. 1624), Salamanca, s. f. (ed. de C. G. Peale y W. R. Manson, est. introd. de J. J. González Martínez, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2010); El rey en su imaginación (autógrafo con licencia de representación de 1625) (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de T. A. O’Connor, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2002); La mayor desgracia de Carlos V, y Jornada de Argel (¿en repertorio de compañía, 1627?), suelta, s. l., s. f. (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de H. Sieber, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2002); A lo que obliga el ser rey (atrib., representada en Palacio, 1628), Madrid, 1658 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de S. Hernández Araico, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2006); Los novios de Hornachuelos (atrib., ms. con licencia de representación de 1629) (ed. de J. M. Hill, en Revue Hispanique, LIX, 1923, págs. 105-295); El capitán prodigioso, Príncipe de Transilvania (atrib.), c. 1630; El niño diablo (representada en Palacio, 1631) (ed. de C. G. Peale y W. R. Manson, est. introd. de A. Rodríguez López-Vázquez, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2011); Correr por amor fortuna (representada en Palacio, 1633), suelta, s. l., s. f.; Los amotinados de Flandes (representada en Palacio, 1633), Barcelona, 1638; con A. Coello y F. de Rojas Zorrilla, El catalán Serrallonga, y bandos de Barcelona (autógrafo, 1634), Zaragoza, 1636; El cerco del Peñón de Vélez, Huesca, 1634 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de M. S. Carrasco Urgoiti, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2003); El príncipe Escanderbey (atrib.), Huesca, 1634; Reinar después de morir (representada en Valencia, 1635), Lisboa, 1652 [ed. de M. Muñoz Cortés, Madrid, Espasa Calpe, 1948 (Clásicos Castellanos, 132)]; con P. Calderón de la Barca y F. de Rojas Zorrilla, El monstruo de la fortuna y la lavandera de Nápoles (atrib., representada, 1636), Madrid, 1666; con A. Coello y F. de Rojas Zorrilla, La Baltasara (representada en Sevilla, 1637), Madrid, 1652; El primer Conde de Orgaz, y servicio bien pagado, Tortosa, 1638 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de S. Neumeister, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2002); La bienaventurada Madre Santa Teresa de Jesús (atrib.), Tortosa, 1638; La creación del mundo (¿representada, 1638?) (ed. de H. Zyomek y R. White Linker, Athens, University of Georgia Press, 1974); Virtudes vencen señales, y El negro rey bandolero (atrib.), Zaragoza, 1640 (ed. de M. G. Profeti, Pisa, Università, 1965); El Águila del Agua. Representación española (autógrafo, Madrid, 1642) (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de C. G. Peale, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2003); El negro del Serafín (atrib., ms. con licencia de representación de 1643) (ed. de C. G. Peale y J. J. González Martínez, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2012); Valerse de su enemigo (representada en Valencia, 1644; desconocida); Si el caballo vos han muerto, o el blasón de los Mendoza (representada en Valencia, 1645) (ed. de C. G. Peale y W. R. Manson, est. introd. de V. F. Endres y J. J. González Martínez, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2007); El privado perseguido (atrib.), Alcalá, 1651; Celos, amor y venganza, Madrid, 1652; con F. de Rojas Zorrilla y A. Mira de Amescua, El pleito que tuvo el demonio con el cura de Madrilejos, Madrid, 1652 (ed. de P. Bolaños Donoso, A. Madroñal y C. G. Peale, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2012); La luna de la Sierra, Madrid, 1652 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de A. Pérez Pisonero, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2006); La rosa de Alejandría, Madrid, 1652; con P. Calderón de la Barca y J. de Cáncer, Enfermar con el remedio, Madrid, 1653; El embuste acreditado y disparate creído (atrib.), Madrid, 1653 [ed. de A. G. Reichenberger, Granada, Universidad, 1956 (Colección Filológica, XII)]; El lego de Alcalá, Madrid, 1653; Cumplir dos obligaciones, Madrid, 1654; La cristianísima lis y azote de la herejía, Madrid, 1654; Los tres portentos de Dios (expediente de censura, 1654), suelta, Sevilla, s. f. (ed. de C. G. Peale y W. R. Manson, est. introd. de A. Rodríguez López-Vázquez, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2011); con F. de Rojas Zorrilla, También tiene el sol menguante, y no hay privanza sin envidia (ms. con licencia de representación de 1655), Madrid, 1666 (ed. de J. S. Rambo, Alburquerque, The University of New Mexico, 1972); Las tres edades del mundo (representada, 1657), Madrid, 1672; El águila del Austria (atrib., representada en la Corte, 1661); El amor en vizcaíno, los celos en francés y torneos de Navarra, Madrid, 1662 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de E. Rodríguez y H. E. Rosen, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2002); El diablo está en Cantillana, Madrid, 1662 [ed. de E. J. Rodríguez Baltanás, Alcalá de Guadaira (Sevilla), Guadalmena, 1990 (col. de Textos Andaluces)]; El rey don Alfonso, el de la mano horadada (atrib.), Madrid, 1662 (ed. de C. Mata, Madrid - Frankfurt am Main, Iberoamericana - Vervuert, 1998); El verdugo de Málaga, Madrid, 1662 (ed. de M. G. Profeti, Zaragoza, Ebro, 1975); La corte del demonio, Madrid, 1667 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de M. Y. Cava, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2006); Los sucesos en Orán por el Marqués de Ardales, Madrid, 1667 (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de M. McKendrick y J. J. González, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2007); El príncipe viñador, Madrid, 1668 (ed. de H. Ziomek, Zaragoza, Ebro, 1976); La conquista de Orán, o el gran cardenal de España, Francisco Jiménez Cisneros, Madrid, 1671; El alba y el sol, o la restauración de España (representada en Palacio, 1675) (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de M. G. Profeti, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2010); con L. de Belmonte Bermúdez y J. de Cáncer, [refundición de] J. Crisóstomo Vélez de Guevara, A. Alfaro, A. Moreto, A. Martínez de Meneses, A. Sigler de Huerta y P. Rosete Niño, La luna africana (ms., 1680); Santa Rita de Casia (atrib., representación palaciega de 1688); con F. de Rojas Zorrilla y A. Coello, También la afrenta es veneno, Colonia, 1697; Los agravios perdonados (Comedia segunda de) (ms.); Amor es naturaleza (atrib.); Atila, azote de Dios, Sevilla, s. f.; Los celos hasta los cielos, y desdichada Estefanía, Madrid, 1745; El conde don Sancho Niño, suelta, s. l., s. f. (ed. de R. J. Bininger y R. L. Landeira, Vigo, El Faro de Vigo, 1970); La devoción de la misa; Donde hay agravio hay venganza (atrib.); El Hércules de Ocaña, suelta, s. l., s. f. (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de A. Carreño, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2008); El hijo del águila, el señor don Juan de Austria, suelta, s. l., s. f. (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de R. Minian de Alfie, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2003); La jornada del rey don Sebastián en África; Juliano Apóstata, suelta, s. l., s. f.; La Magdalena (atrib.); Más pesa el rey que la sangre, y Blasón de los Guzmanes, suelta, s. l., s. f. (ed. de C. G. Peale y W. R. Manson, est. introd. de J. J. González Martínez, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2011); El mayor triunfo de Ciro, saber vencerse a sí mismo (ms.); El mejor rey en rehenes, suelta, s. l., s. f.; El ollero de Ocaña, suelta, Valladolid, s. f. (ed. de J. Sánchez Pérez, Madrid, Aguilar, 1956); Las palabras a los reyes y Gloria de los Pizarros, suelta, s. l., s. f. (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de G. F. Dille y M. Zugasti, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2004); El renegado de Jerusalén (ms.); El rey don Sebastián, suelta, s. l., s. f. (ed. de W. Herzog, Madrid, Real Academia Española, 1972); El rey muerto (ms.); El rey naciendo mujer, suelta, Sevilla, s. f. (ed. de W. R. Manson y C. G. Peale, est. introd. de P. Bolaños Donoso, Newark, Delaware, Juan de la Cuesta, 2006); Santa Susana, suelta, s. l., s. f. (s. XVII); La sirena de la mar; Tal vez el amor conviene (atrib.); También hay piedad sin celos (atrib.).

Autos: [ed. de Á. Lacalle, Madrid, Librería y Casa Editorial Hernando, 1931 (Serie escogida de autores españoles, IX)]: La mesa redonda (representado en Sevilla, 1633), Madrid, 1664; La cena de Baltasar (atrib., representado en Sevilla, 1634); Ícaro (representado en Madrid, 1641; desconocido); El nacimiento de nuestro señor, Madrid, 1655; La abadesa del cielo (ms.).

Teatro breve: (ed. de H. Urzáiz Tortajada, Madrid-Frankfurt am Main, Iberoamericana-Vervuert, 2002): Los moriscos (atrib., baile), Madrid, 1615; Loa curiosa (atrib.), Madrid, 1615; Loa curiosa y de artificio (atrib.), Madrid, 1615; Loa sacramental (representada en Sevilla, 1633 ó 1634); Las gitanas (baile, representado en Sevilla, 1634); Antonia y Perales (entremés), Madrid, 1657; La burla más sazonada (entremés), Madrid, 1657; La sarna de los banquetes (entremés), Madrid, 1657; Los atarantados (entremés), Madrid, 1657; El hambriento (entremés), Madrid, 1659; Los sordos (entremés), Zaragoza, 1672.

Novela: El Diablo Cojuelo, Madrid, Imprenta del Reino, 1641 (ed. de R. Valdés, est. prelim. de B. Periñán, Barcelona, Crítica, 1999).

Poesía: Las bodas de los católicos reyes de España Don Felipe III y Doña Margarita de Austria celebradas en la insigne ciudad de Valencia, Sevilla, 1599, en 8.º (perdido); Elogio del juramento del Serenísimo Príncipe don Felipe Domingo, cuarto deste nombre, Madrid, Miguel Serrano de Vargas, 1608 [ed. de J. de Entrambasaguas, en Revista de Bibliografía Nacional, II (1941), págs. 91-176); Juicio final de todos los poetas muertos y vivos (atrib., 1638, ms.) [ed. de H. Bergman, en Boletín de la Real Academia Española (BRAE), LV (1975), págs. 551-610]; poesías varias.

 

Bibl.: F. Pérez y González, El Diablo Cojuelo. Notas y comentarios (colección de artículos publicados en “La ilustración Española y Americana”), Madrid, Est. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1903; E. Cotarelo y Mori, “Luis Vélez de Guevara y sus obras dramáticas”, en BRAE, III (1916), págs. 621-652, y IV (1917), págs. 137-171, 269-308 y 414- 444; F. Rodríguez Marín, “Prólogo” a L. Vélez de Guevara, El Diablo Cojuelo, Madrid, La Lectura, 1918 (col. Clásicos Castellanos, 38) (reed., Madrid, Espasa Calpe, 1951, págs. IXXXXV); F. E. Spencer y R. Schevill, The Dramatic Works of Luis Vélez de Guevara: Their Plots, Sources, and Bibliography, Berkeley, University of California Press, 1937; F. C. Sáinz de Robles, El Teatro español. Historia y Antología (desde sus orígenes hasta el siglo XIX), vol. IV, Madrid, Aguilar, 1942- 1943 (8 vols.), págs. 321-500; M. G. Profeti, “Note critiche sull’opera di Vélez de Guevara”, en Miscelanea di Studi Spanici, 10 (1965), Pisa, Università, págs. 47-174; M. G. Hauer, Luis Vélez de Guevara: A Critical Bibliography, Chapel Hill, University of North Carolina, 1975; C. G. Peale, La anatomía de “El Diablo Cojuelo”: deslindes del género anatomístico, Chapel Hill, University of North Carolina, 1977; M. G. Profeti, “Luis Vélez de Guevara e l’esercizio ecdotico”, en Quaderni di lingue e letterature, 5 (1980), págs. 49-94; C. G. Peale et al. (eds.), Antigüedad y actualidad de Luis Vélez de Guevara: estudios críticos, Amsterdam-Filadelfia, John Benjamins, 1983; P. Bolaños Donoso y M. Martín Ojeda (eds.), Luis Vélez de Guevara y su época: IV Congreso de Historia de Écija, Sevilla, Fundación El Monte-Ayuntamiento de Écija, 1996; C. G. Peale, “Luis Vélez de Guevara”, en M. Parker (ed.), Spanish Dramatists of the Golden Age. A Bio-Bibliographical Sourcebook, Wesport, Greenwood Press, 1998, págs. 244-256; H. Urzáiz Tortajada, Catálogo de autores teatrales del siglo XVII, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2002 (2 vols.), págs. 698-708; C. G. Peale y H. Urzáiz Tortajada, “Vélez de Guevara”, en J. Huerta Calvo (dir.), Historia del teatro español, t. I, Madrid, Gredos, 2003, págs. 929-959; G. Vega García-Luengos, “Sobre la huella gongorina en el teatro de Luis Vélez de Guevara”, en L. Dolfi (ed.), “Culteranismo” e teatro nella Spagna del Seicento, Roma, Bulzoni Editore, 2006, págs. 29-47; J. J. González Martínez, El teatro histórico nacional de Luis Vélez de Guevara, Valladolid, Universidad, 2007; C. G. Peale, “Vélez de Guevara contextualizado: una vida singular y su ámbito ético”, en Bulletin of the Comediantes, 61-1 (2009), págs. 51-96.

 

José Luis García Barrientos

Relación con otros personajes del DBE

Personajes similares