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Pedro Sánchez Varela y Ulloa

Biografía

Sánchez Varela y Ulloa, Pedro. Pedro Varela y Ulloa. San Pedro de Villareda (Lugo), 16.I.1737 – Aranjuez (Madrid), 10.VI.1797. Ministro de Marina y de Hacienda.

Nació en el seno de una familia dedicada a la Marina. Su padre, Pedro Sánchez Varela, fue comisario de provincia de Marina en Pontevedra; su hermano José fue jefe de escuadra; y su sobrino, y cuñado, José Flores Varela también sirvió en el cuerpo de Ministerio, llegando a oficial de la Secretaría de Estado y del Despacho de Marina gracias al propio Pedro Sánchez Varela.

No obstante, su formación en un principio estuvo alejada de los asuntos del mar. Estudió Filosofía y cuatro años de Leyes. No comenzó su carrera en la Armada hasta 1763, en concreto en el cuerpo de Ministerio. Durante el siglo XVIII el personal de la Marina estuvo dividido entre el cuerpo general o militar (la espada) y el cuerpo de Ministerio o político (la pluma), dedicado a las funciones administrativas y económicas. Existió una profunda rivalidad entre estos cuerpos a lo largo de la centuria. Durante buena parte del siglo predominó la “pluma” (Patiño, Campillo, Ensenada), pero a partir de Arriaga y, sobre todo, González de Castejón la situación se invirtió.

Desde los inicios de su carrera destacó por su actividad. En la Contaduría de Ferrol, despachó los asuntos más arduos con un solo escribiente, cuando estas dependencias estaban dotadas de cuatro o cinco individuos mandados por un comisario. Tuvo ocasión de organizar la intendencia de la expedición del Regimiento de Toledo a Puerto Rico en 1769, dando de nuevo pruebas de su aplicación en beneficio de la Real Hacienda, ya que ahorró una importante cantidad al habilitar las embarcaciones de transporte para ejecutar a su regreso el del Regimiento de León a España. En 1773 pasó a las órdenes del marqués González de Castejón en la Secretaría de la Inspección General de la Armada, colaborando en la planificación de las nuevas Ordenanzas de Arsenales e Ingenieros, que supusieron un punto de inflexión en el predominio del cuerpo general sobre el cuerpo de Ministerio en la Armada. Tuvo ocasión de demostrar su capacidad cuando logró trasladar la fábrica de jarcia, con sus cáñamos y utensilios, en el plazo de ocho días desde Puerto Real al arsenal de la Carraca. Al año siguiente se encargó de establecer la nueva cuenta y razón en el astillero de Cartagena.

En 1775 se organizó una campaña contra Argel al mando de O’Reilly, la escuadra quedó a las órdenes de Castejón. Esta jornada, en la que participó Varela, tenía la finalidad de doblegar a la Regencia, acabar con la piratería y afianzar la presencia española en el Mediterráneo. La empresa acabó en un importante descalabro. Al regreso de la expedición, Varela continuó en las oficinas de la Armada.

Cuando murió Arriaga, a finales de enero de 1776, fue sucedido en la Secretaría de Estado y del Despacho de Marina por el marqués González de Castejón. Este nombramiento tuvo importantes consecuencias en la carrera de Varela, ya que los secretarios del Despacho proponían al Rey los oficiales para ocupar las mesas vacantes de sus secretarías, siendo en esta época muy reducido el número de oficiales de un ministerio (entre seis y diez la mayoría de las veces). Varela fue nombrado oficial cuarto de la Secretaría de Estado y del Despacho de Marina en octubre de 1776 (título 4 de noviembre de 1776). La mesa cuarta de la Secretaría de Marina tenía la particularidad de que su titular además era nombrado secretario del Rey con ejercicio de decretos, Varela recibió este nombramiento unos meses más tarde (título 22 de mayo de 1777).

Los años siguientes fueron de gran actividad en el Ministerio, pues al ya duro trabajo de potenciar y organizar la Armada se sumó el enfrentamiento con Gran Bretaña en guerra contra sus colonias de América. España, que intentó mantener la neutralidad en el conflicto, se vio arrastrada a participar. Y aunque no se logró recuperar Gibraltar y se tuvo un importante descalabro frente al cabo Santa María (16 de enero de 1780) por la escuadra mandada por Lángara contra la inglesa de Rodney, los resultados fueron satisfactorios. Se reconquistó Menorca y las campañas, tanto terrestres como marítimas, en América resultaron muy satisfactorias. La consecuencia fue la Paz de Versalles de 1783, la primera favorable a España en varios siglos.

Varela comenzó su promoción, siguiendo los ascensos regulares durante esos años en la Secretaría del Despacho atendiendo a las vacantes y ascensos de sus compañeros: oficial tercero segundo (Real Decreto de 12 de mayo de 1781) y oficial tercero primero (Real Decreto de 23 de febrero de 1782). Además su estancia en la Corte facilitó su actividad cultural, tradujo alguna obra histórica y esta labor le abrió las puertas de la Real Academia de la Historia. Toda esta actividad debió de resentir algo su salud, y en junio de 1783 solicitó una licencia para restablecerse en los baños de Archena.

El cambio en la titularidad de la Secretaría del Despacho de Marina, forzada por el fallecimiento de González de Castejón (19 de marzo de 1783), a favor de Antonio Valdés, afianzó y consolidó la política naval. La Armada logró alguno de sus éxitos más notables bajo la dirección de este ministro. Valdés, como Varela, era un antiguo colaborador de González de Castejón en la Inspección General de la Armada, pero a diferencia de éste pertenecía al Cuerpo General.

La llegada de Valdés no afectó a los ascensos de Varela en el Ministerio de Marina: oficial segundo (13 de noviembre de 1784), oficial mayor segundo (4 de octubre de 1788) y oficial mayor primero (16 de mayo de 1789). Según justificó el propio Varela en algunos memoriales, uno de los negocios más delicados que tramitó en el Ministerio fueron “los asuntos del Banco nacional, en que demostrando los considerables perjuicios de su administración en el surtimiento de la Marina, persuadió la utilidad de que se pusiese por asiento, cuyos principios se han adoptado de resultas para el Exercito y la Casa-Real con el ahorro del Erario que es notorio”. También le fue concedida la Cruz pensionada de Carlos III perteneciente a la Secretaría del Despacho de Marina, a propuesta de Valdés, por el fallecimiento del oficial mayor Isidro de Granja (14 de noviembre de 1785).

El acceso al Trono de Carlos IV supuso en los primeros años la continuidad en las Secretarías del Despacho de los ministros de su padre. Varela conseguía, tras varias peticiones, los gajes y casa de aposento de secretario del Rey (1 de febrero de 1791), y pocas semanas después (atendiendo al Real Decreto de 19 de agosto de 1785, que reglaba la salida de los oficiales mayores de las Secretarías del Despacho) juraba como secretario del Consejo de Guerra (25 de febrero de 1791).

Aquellos años fueron especialmente convulsos con el desarrollo de la Revolución Francesa, los cambios en los ministerios, especialmente en el de Estado (Floridablanca, Aranda, Godoy), y en las alianzas internacionales, que Sardá denominó “contradanza guerrera”, resintiendo la credibilidad del gobierno y a la Hacienda. En este contexto tuvo lugar la conspiración de Malaspina, no bien conocida, que pretendía sustituir a Godoy. Sin poder establecer la implicación del ministro Valdés, éste presentó su dimisión por motivos de salud, que le fue aceptada. Le sustituyó Varela como titular en la Secretaría de Estado y del Despacho de Marina (11 de noviembre de 1795), quien también sería nombrado consejero de Estado.

La política desarrollada por el nuevo ministro tendió a la economía; sin embargo, algunos gastos imprescindibles, como las carenas y las maestranzas, no fueron suficientemente atendidos. Pidió opinión a algunos marinos de prestigio como Mazarredo, quien presentó un memorial que no agradó al ministro y fue desterrado. Entre las reformas orgánicas que llevó a cabo destacó la fusión de la Dirección General de la Armada, cargo que desempeñaba el capitán general del Departamento de Cádiz, y la Inspección General de la Armada, señalando la residencia en Madrid.

Durante su ministerio se firmó el Tratado de San Ildefonso (18 de agosto de 1796), siguiendo la política de los Pactos de Familia pero con la Francia revolucionaria. La guerra contra Gran Bretaña no se hizo esperar, lo que obligó a importantes armamentos. Se publicó una nueva ordenanza contra el corso (12 de octubre de 1796), que lleva las armas de Varela en la portada. En este contexto se produjo un nuevo cambio en la titularidad de las Secretarías del Despacho: Varela, que también lograba permiso para utilizar la media firma, era nombrado ministro de Hacienda y Juan de Lángara y Huarte de Marina (21 de octubre de 1796), que al encontrarse de campaña por el Mediterráneo obligó a Varela a seguir tramitando los asuntos de Marina hasta la llegada de su sucesor a la Corte, lo que no sucedió hasta finales de año.

La Real Armada saldó con desastres muy señalados las campañas del año siguiente, como la batalla del cabo San Vicente, donde una escuadra española muy superior numéricamente fue batida por otra británica (14 de febrero de 1797), combate que para muchos marca la decadencia de la Marina española con anterioridad al desastre de Trafalgar.

La Hacienda era incapaz de afrontar los gastos militares que generaba la política exterior. Los ingresos eran inferiores a las necesidades, la Deuda ya era preocupante con unos títulos devaluados, las remesas de América no llegaban a causa de la guerra marítima. El déficit era creciente. Así la política hacendística se caracterizó por la subida de los impuestos como las alcabalas y equivalentes en la Corona de Aragón, derogación de privilegios en el pago de diezmos y tributos, recargo sobre la sal y derechos arancelarios de algunos artículos. Varela estableció una contribución de la cuarta parte de la renta anual sobre los bienes raíces y arbitró impuestos especiales sobre los productos de lujo, los espectáculos públicos y las casas, bosques y sotos de recreo; exigió una imposición a las personas que profesasen en una orden religiosa. También se le atribuye el proyecto del regreso de los judíos para reactivar la vida económica.

Murió en el desempeño del Ministerio de Hacienda en el Real Sitio de Aranjuez el 10 de junio de 1797 en plena crisis política, militar y hacendística.

Varela contrajo matrimonio con su sobrina Escolástica Flores Varela —hija de su hermana Vicenta y de José Vicente Suárez Flores—, tras la petición de licencia que le fue concedida el 31 de marzo de 1786. Dejó dos hijos de corta edad: Ramón y Pedro, que por gracia del Rey sentó plaza de guardia marina con un año de edad atendiendo a los méritos de su padre.

Varela fue miembro de la Real Academia de la Historia (1782-1797), primero como académico correspondiente (5 de julio de 1782), luego supernumerario (11 de mayo de 1787) y, finalmente, de número (20 de abril de 1792), llegando a ser el tesorero de la institución (29 de noviembre de 1793).

 

Obras de ~: Reflexiones imparciales sobre la humanidad de los Españoles en Indias, contra los pretendidos filósofos y políticos. Para ilustrar la historia de M. M. Raynal y Robertson. Escritas en italiano por Juan Nuix de la Compañía de Jesús. Traducidas con algunas notas por D Pedro Varela y Ulloa, oficial de la Secretaría de Marina, Madrid, 1782.

 

Fuentes y bibl.: Archivo-Museo Don Álvaro de Bazán, Secretaría de Marina, legs. 5058 y 5059; Museo Naval, Colección Vargas Ponce, t. XXXIX, docs. 472-473, 475-496, 498- 516 y 531; t. 8 doc. 25; Real Academia de la Historia, sign. 9/3928.

C. Fernández Duro, Armada española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón, vols. 7 y 8, Madrid, Museo Naval, 1972; J. A. Escudero López, Los cambios ministeriales a fines del Antiguo Régimen, Sevilla, Universidad, 1975; Marqués de Siete Iglesias, “Real Academia de la Historia. Catálogo de sus individuos. Noticias sacadas de su archivo”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, cuaderno I, 175 (enero-abril de 1978); J. A. Escudero López, Los orígenes del Consejo de Ministros en España, Madrid, Editora Nacional, 1979; J. P. Merino Navarro, La Armada Española en el siglo xviii, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1981; F. Barrios, El Consejo de Estado de la Monarquía española (1521-1812), Madrid, Consejo de Estado, 1981; F. Andújar Castillo, Consejo y consejeros de Guerra en el siglo XVIII, Granada, Universidad, 1996; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Editorial Actas, 1998; D. A. Perona Tomás, Los orígenes del Ministerio de Marina, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Naval, 1999; M. Díaz Ordóñez, “El reformismo borbónico y el control de la Industria estratégica; el traslado de la Real Fábrica de Jarcia de Puerto Real a La Carraca”, en Revista de Historia Naval, 77 (2002), págs. 59-73; E. La Parra, Godoy, la aventura del poder, Barcelona, Tusquets Editores, 2002.

 

Dionisio A. Perona Tomás

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