Dorrego, Manuel. Buenos Aires (Argentina), 11.VII.1787 – Navarro, Buenos Aires (Argentina), 13.XII.1828. Militar independentista.
Hijo de un portugués, estudió Derecho y se hallaba en Santiago de Chile cuando estalló la revolución de independencia de 1810, a la que se adhirió; reprimió la sublevación realista de Tomás de Figueroa, por lo que se le nombró capitán de un batallón de granaderos.
En junio de 1811 volvió a Buenos Aires, y se incorporó como capitán de la división de Díaz Vélez en la campaña del Norte, siendo herido; luchó en las batallas de Tucumán y Salta (1812 y 1813). Inquieto y revoltoso, se indispuso con Belgrano, que lo alejó.
Después de la derrota de Ayohuma (1813) se retiró y cubrió la retirada de Belgrano en Jujuy y combatió en San Lorenzo y Guachipas, retirándose. Volvió a chocar con Belgrano y San Martín y en 1814 fue enviado al Uruguay, donde peleó contra Artigas, en malas relaciones con el Gobierno de Buenos Aires, pero fue derrotado por Rivera y tuvo que repasar el río. En 1815 fue ascendido a coronel y perteneció al Ejército de los Andes. En 1816 se hallaba en el campamento de Santa Fe con Díaz Vélez, cuando se firmó el acuerdo que dio a éste el mando del Ejército del Norte, y se destituyó al director Álvarez Thomas.
Fue enemigo de Pueyrredón, al que combatió en la prensa y desterró con otros personajes a los Estados Unidos (1816), adonde no llegó hasta 1817, tras muchas aventuras en las Antillas, habiendo corrido riesgo de ser ahorcado en Jamaica, por dedicarse al contrabando el barco en que viajaba. Pudo volver en 1820 y fue designado comandante militar de Buenos Aires por el gobernador Soler (junio); en la anarquía de 1820, derribó el 3 de julio a Pagola, gobernador intruso de esa provincia, y el cabildo le nombró comandante militar y gobernador interino; entonces representó a la provincia de Buenos Aires frente a los liberales y con la ayuda de Juan Manuel de Rosas derrotó en San Nicolás a Estanislao López, Carrera y Alvear (2 de agosto) y de nuevo en Pavón a López (12 de agosto), pero perdió en El Gamonal (2 de septiembre). Nombrado gobernador Martín Rodríguez (14 de septiembre), le ayudaron Dorrego y Rosas contra Pagola y López, con quien firmó aquel un tratado que dio paz a Buenos Aires por algún tiempo.
Dorrego no quiso servir a Rodríguez. Fue diputado al Congreso Constituyente de 1824 y se adhirió al federalismo. En 1827 fue ministro de Marina con el presidente interino Vicente López. Rechazada la nueva constitución unitaria y recabada la autonomía de cada provincia, la de Buenos Aires eligió gobernador a Dorrego (12 de agosto de 1828). Era federal acérrimo, demócrata y siempre republicano, frente a las tendencias monárquicas y unitarias, lo que le había hecho combatir a Pueyrredón. Se distinguió su gobierno por la Ley de Libertad de Imprenta, la abolición del curso forzoso del papel moneda y la ratificación del Tratado de Paz con Brasil, que reconoció la independencia de Uruguay (5 de septiembre de 1828). La legislatura de la provincia quiso en recompensa ascenderlo a general, pero rehusó, contentándose con el grado de coronel, habiéndose negado también antes porque sus servicios habían sido prestados en las guerras civiles. Al regresar el ejército que había luchado con Brasil, se sublevó el mando de Lavalle (1 de diciembre) para destituir a Dorrego. Éste salió para combatirlo y unirse a Rosas y entretanto fue proclamado gobernador Lavalle, quien partió en persecución de Dorrego y lo derrotó en la Laguna de Navarro (9 de diciembre); caído prisionero, Lavalle ordenó que lo fusilaran inmediatamente en su campamento (13 de diciembre de 1828). Rosas tomó a su cargo la venganza, derrotando pronto y derribando a Lavalle y no tardó en ser designado gobernador de la provincia bonaerense, encaminándose a la dura dictadura que ejercería muchos años en nombre de la causa federal. Considerado Dorrego como un gran ciudadano, honrado y desinteresado y de grandes condiciones de político y gobernante, para Mitre fue ante todo bullicioso, indisciplinado, populachero y atrevido y viciado por la agitación politiquera de la capital. Su injusta muerte borró sus defectos y le convirtió en el mártir que necesitaba la causa federal y en realidad la ambición y aspiraciones de Rosas.
Bibl.: M. A. Pelliza, Dorrego en la historia de los partidos unitario y federal, Buenos Aires, Imprenta y librería de Mayo, 1878; A. Gancedo, Dorrego, Buenos Aires, Peuser, 1907; G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1981.
Diccionario Biográfico Español