Crespo de la Guerra, Romualdo. La Habana (Cuba), 7.II.1826 – Minglanilla (Cuenca), 16.VII.1899. Mariscal de campo, político y caballero de San Fernando.
Fueron sus padres el teniente general don Manuel Crespo Cebrián y doña Francisca de la Guerra y Montero.
Hizo sus primeros estudios en el Colegio de los Padres Escolapios de Almodóvar del Pinar, concediéndosele a los diez años la gracia de cadete de Infantería de menor edad en el Colegio General Militar de Segovia. Siendo cadete y residiendo en el Alcázar, sufrió entre los días 2 y 7 de agosto de 1837 el asedio de las tropas carlistas mandadas por Zaratiegui, contribuyendo a la defensa del mismo.
En julio de 1839 terminó sus estudios y se incorporó al Regimiento del Rey, que operaba en las Provincias del Norte, combatiendo a los carlistas en Navarra hasta que en septiembre pasó a hacerlo en el Bajo Aragón, hallándose en la acción de las alturas de Miravete.
Al año siguiente combatió en enero en Rubielos de Mora y en marzo obtuvo el empleo de subteniente de Infantería, participando en ese mismo mes en la toma del castillo de Aliaga, recibiendo su valeroso comportamiento en esta acción una Cruz de San Fernando de 1ª clase.
Nombrado ayudante de su padre, en el mes de abril del mismo año se halló en el sitio de Alcalá de la Selva y en los siguientes en la acción de Peracamps, en el sitio y toma de Morella y en la toma de Berga.
En febrero de 1841 se le concedió el ingreso en la Guardia Real de Infantería con el empleo de alférez, pero enseguida causó baja en este Cuerpo al ser destinado en mayo al Regimiento de Saboya, de guarnición en Cartagena, plaza de la que era gobernador militar su padre, de quien pasó a ser ayudante de campo. Trasladado su padre a Pamplona, continuó en el desempeño del cargo de ayudante, interviniendo en el mes de octubre en la sofocación del movimiento revolucionario que allí tuvo lugar, mereciendo su comportamiento el ascenso a teniente.
En agosto de 1842 fue destinado al Regimiento de Luchana, en Madrid, pero un mes después se le concedió destino al Ejército de Filipinas con ascenso a capitán, siendo a su llegada a las islas destinado al Regimiento del Rey y posteriormente al 1º de Ligeros.
En 1848 regresó a la Península con el grado de comandante, recibiendo al poco de llegar el de teniente coronel. En enero del año siguiente fue colocado en el Batallón de Cazadores de Alba de Tormes.
Ascendido a segundo comandante en 1852, al año siguiente obtuvo el empleo de primer comandante por pase al Ejército de Filipinas, donde al incorporarse se le dio el cargo de gobernador político-militar de Isabela, en la isla de Basilán, ganando el grado de coronel por la intensa actividad desarrollada durante el ejercicio de su cargo.
En 1854, al ser nombrado su padre capitán general de Filipinas, pasó a ser uno de sus ayudantes de campo, al tiempo que formaba parte de la comisión investigadora del Río Grande de Mindanao, encargándose del levantamiento de planos y de la redacción de memorias. Su actuación en estos trabajos le valió la Encomienda de la Orden de Carlos III, el reconocimiento del Sultán de Mindanao y ser nombrado miembro de la Sociedad Económica de Amigos de Filipinas.
En 1857 emprendió el viaje de regreso a la Península, en la que al año siguiente fue ascendido a teniente coronel por antigüedad y en 1859 destinado al Regimiento de Sevilla.
Al mando del Batallón de Cazadores de Los Arapiles se incorporó al 2º Cuerpo del Ejército Expedicionario a África, luchando en las acciones de Monte Negrón y Río Asmir, esta última el 12 de enero de 1860, en la que siendo sus fuerzas inferiores a las del enemigo, lanzó sobre él cuatro cargas a la bayoneta, desalojándole de las posiciones que defendía y persiguiéndole hasta dar vista a su campamento, haciéndole varios prisioneros, recibiendo por su valor la Cruz de San Fernando de 1ª clase. Dos días después se halló en el combate del Cabo Negro, en el que, dando pruebas de indudable valor, corrió grandes riesgos, recibiendo una herida grave de espingarda y varios balazos en el pecho, concediéndosele por esta acción una tercera Cruz de San Fernando de 1ª clase. Tuvo que ser trasladado a Málaga, de donde regresó en el mes de mayo a su batallón, acampado en las inmediaciones de Tetuán, con el que en ese mes regresó a España, pasando de guarnición a Vich.
En 1861 fue trasladado con su batallón a Málaga, tomando parte en la sofocación de la sublevación de Loja y recibiendo en el mes de agosto como recompensa el empleo de coronel, manteniéndose de reemplazo hasta que en febrero de 1863 se le dio el mando del Regimiento de San Fernando, del que dos años después pasó al de Murcia. Tras mandar en 1866, de forma sucesiva, dos medias brigadas, al año siguiente quedó de reemplazo en Minglanilla.
Aunque no intervino en la revolución de 1868, se le concedió en el mes de octubre el empleo de brigadier y se le confió el Gobierno Militar de la provincia de Alicante y poco después el de Gerona, luchando en esta provincia contra partidas carlistas y atacando en octubre de 1869 la plaza de La Bisbal, tomada por los republicanos, por lo que fue agraciado con el empleo de mariscal de campo.
Tras desempeñar el cargo de gobernador militar de Cádiz, en el mes de diciembre de 1870 fue nombrado ayudante de campo de Amadeo I, cargo en el que cesó en el mes de marzo del año siguiente para tomar el mando de la 1ª División del Ejército de Castilla la Nueva, siendo seguidamente elegido diputado por la provincia de Cuenca y en julio nombrado segundo cabo de la Capitanía General de la isla de Cuba. Estando a cargo de la Capitanía General por ausencia del titular, se vio mezclado en un desagradable acontecimiento político en el que fueron fusilados ocho estudiantes, suceso que le desacreditó ante la opinión de aquel país.
En enero de 1872 volvió a la Península y en junio fue nombrado capitán general de Baleares, renunciando a este cargo en enero de 1873 y pasando a la situación de cuartel.
En abril de 1874 fue nombrado comandante general de las fuerzas que operaban contra los carlistas en las provincias de Ciudad Real, Cáceres y Badajoz, pasando al mes siguiente a ser capitán general de Extremadura, cargo en el que cesaría en septiembre para pasar a desempeñar el de segundo cabo de Filipinas, pero una enfermedad le impediría tomar posesión del mismo hasta el mes de febrero de 1875.
Tras ser relevado en agosto de 1876 pasó a la situación de cuartel, desempeñando en los años siguientes los cargos de comandante general de división, gobernador militar de Lérida (1882), 2º cabo de Valencia (1885) y consejero del Consejo Supremo de Guerra y Marina (1887). Pasó a la reserva en Madrid en 1891.
Estaba en posesión de las Grandes Cruces de San Hermenegildo (1873), Isabel la Católica (1871) y al Mérito Militar con distintivo blanco (1877).
Fuentes y bibl.: Gaceta de Madrid; Hemeroteca Nacional; Escalafones del Arma de Infantería.
J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez