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María de la Concepción Carro Alcaraz

Biografía

Carro Alcaraz, María de la ConcepciónConchita Montes. Madrid, 13.III.1914 – 17.X.1994. Actriz, es­critora.

Licenciada en Derecho. Dotada de una gran inquie­tud cultural, fue autora de una novela, escribió gran número de artículos periodísticos y críticas cinemato­gráficas y creó el “damero maldito”, especie de cruci­grama endiablado que se publicaba en las páginas del semanario humorístico La Codorniz, en las décadas de 1950 y 1960 del siglo XX.

En su época universitaria, Conchita pensaba dedi­carse a la diplomacia, pero un encuentro fortuito con el escritor Edgar Neville resultó determinante para su futuro. Neville quedó fascinado por la personalidad de su joven amiga y aceptó que colaborara en el guión de su próxima película, Frente de Madrid, cuyo rodaje tuvo lugar a poco de concluir la Guerra Civil, en 1939. Neville acabó por ofrecerle el papel femenino protago­nista de Carmen, una muchacha a punto de contraer matrimonio, angustiada por la situación de su novio falangista, que lucha en el frente. Como el debut fue satisfactorio, Conchita siguió participando en el ro­daje de sucesivas películas junto a Neville: La mucha­cha de Moscú (1941), Correo de Indias (1942), Café de París (1943), La vida en un hilo Domingo de carnaval (1945). En 1946 debutó en el Teatro Lara de Madrid, con Dalila, de Molnar, y después fue alternando la es­cena con los platós cinematográficos, al menos en esos años. Así, en 1947 rodó en Barcelona la adaptación de la novela de Carmen Laforet, Nada, que fue Premio Nadal, y que por supuesto dirigió Neville. Luego, en Madrid, en el Teatro Español representó, en 1948, Marea baja, de Peter Blackmore, que alcanzó las dos­cientas funciones, a la que siguieron Desde los tiempos de Adán Curva peligrosa de J. B. Priestley, así como Vidas privadas, de Noel Coward. En 1948 se colocó de nuevo ante las cámaras en otra película, El marqués de Salamanca, realizada por Edgar Neville, con quien rodó también El último caballo (1950) y Cuento de ha­das (1951). En ese último año formó su propia com­pañía de teatro, con la que se presentó en el madri­leño Teatro de la Comedia, donde estrenó Ninotchka, Amor bajo cero, Las pirámides no muerden, Entre el no y el sí, Cena de Navidad El complejo de Filemón. Hizo un papelito en la ambiciosa película documental de Neville Duende y misterio del flamenco (1952) y logró en esa temporada uno de sus mayores éxitos teatrales, con la más celebrada comedia de Neville, El baile que, tras estrenarse en España, se dio a conocer en un escenario londinense y de la que se realizó una adapta­ción cinematográfica en 1959 con magníficas críticas también. Conchita Montes se especializó en un teatro de alta comedia, de “bulevar” como se la etiquetó en la jerga teatral de la época: A media luz los tres, de Mi­hura; Veinte añitos, Adelita, Alta fidelidad, Prohibido en otoño, todas ellas de Neville; así como La otra ori­lla, de José López Rubio, o La dama de Maxim’s, de Feydeau.

Durante la década de 1960 obtuvo los mayores re­conocimientos a su labor escénica con el Premio Va­lladolid de Teatro de los años 1953, 1966 y 1967, o el Premio Larra de Primer Acto en 1964.

En el cine, desde la última película que rodó con Ed­gar Neville, Mi calle, en 1960, y la última de su vida, en 1991, Una mujer bajo la lluvia, de G. Vera, inter­vino hasta en otras nueve. Pero sobre todo dedicó su vida al teatro, aunque a partir de la década de 1970 fuera espaciando sus estrenos, si bien recibió en 1979 el Premio Mayte de Teatro. En 1985 estrenó La estan­quera de Vallecas, de Alonso de Santos, en un perso­naje muy alejado de su habitual estilo. Incluso, inter­vino en la serie de televisión, Tristeza de amor. Expresó en su testamento el deseo de que, al morir sus cenizas fueran esparcidas en los montes de Toledo, donde ha­bía pasado sus últimas vacaciones. Poco antes había sido distinguida por Su Majestad el rey Juan Carlos I con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

 

Bibl: M. Román, Los cómicos, vol. IV, Barcelona, Royal Books, 1996, págs. 3-9; C. Aguilar y J. Genover, Las es­trellas de nuestro cine, Madrid, Alianza Editorial, 1996, págs. 412-413; M. Gómez García, Diccionario del teatro, Madrid, Ediciones Akal, 1997, pág. 566; R. Rubio Lucio, “Montes, Conchita (María de la Concepción Carro Alcaraz)”, en J. L. Borau, Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial, 1998, pág. 594.

 

Manuel Román Fernández