Biography
Licenciada en Derecho. Dotada de una gran inquietud cultural, fue autora de una novela, escribió gran número de artículos periodísticos y críticas cinematográficas y creó el “damero maldito”, especie de crucigrama endiablado que se publicaba en las páginas del semanario humorístico La Codorniz, en las décadas de 1950 y 1960 del siglo XX.
En su época universitaria, Conchita pensaba dedicarse a la diplomacia, pero un encuentro fortuito con el escritor Edgar Neville resultó determinante para su futuro. Neville quedó fascinado por la personalidad de su joven amiga y aceptó que colaborara en el guión de su próxima película, Frente de Madrid, cuyo rodaje tuvo lugar a poco de concluir la Guerra Civil, en 1939. Neville acabó por ofrecerle el papel femenino protagonista de Carmen, una muchacha a punto de contraer matrimonio, angustiada por la situación de su novio falangista, que lucha en el frente. Como el debut fue satisfactorio, Conchita siguió participando en el rodaje de sucesivas películas junto a Neville: La muchacha de Moscú (1941), Correo de Indias (1942), Café de París (1943), La vida en un hilo y Domingo de carnaval (1945). En 1946 debutó en el Teatro Lara de Madrid, con Dalila, de Molnar, y después fue alternando la escena con los platós cinematográficos, al menos en esos años. Así, en 1947 rodó en Barcelona la adaptación de la novela de Carmen Laforet, Nada, que fue Premio Nadal, y que por supuesto dirigió Neville. Luego, en Madrid, en el Teatro Español representó, en 1948, Marea baja, de Peter Blackmore, que alcanzó las doscientas funciones, a la que siguieron Desde los tiempos de Adán y Curva peligrosa de J. B. Priestley, así como Vidas privadas, de Noel Coward. En 1948 se colocó de nuevo ante las cámaras en otra película, El marqués de Salamanca, realizada por Edgar Neville, con quien rodó también El último caballo (1950) y Cuento de hadas (1951). En ese último año formó su propia compañía de teatro, con la que se presentó en el madrileño Teatro de la Comedia, donde estrenó Ninotchka, Amor bajo cero, Las pirámides no muerden, Entre el no y el sí, Cena de Navidad y El complejo de Filemón. Hizo un papelito en la ambiciosa película documental de Neville Duende y misterio del flamenco (1952) y logró en esa temporada uno de sus mayores éxitos teatrales, con la más celebrada comedia de Neville, El baile que, tras estrenarse en España, se dio a conocer en un escenario londinense y de la que se realizó una adaptación cinematográfica en 1959 con magníficas críticas también. Conchita Montes se especializó en un teatro de alta comedia, de “bulevar” como se la etiquetó en la jerga teatral de la época: A media luz los tres, de Mihura; Veinte añitos, Adelita, Alta fidelidad, Prohibido en otoño, todas ellas de Neville; así como La otra orilla, de José López Rubio, o La dama de Maxim’s, de Feydeau. [...]
Bibliography
M. Román, Los cómicos, vol. IV, Barcelona, Royal Books, 1996, págs. 3-9
C. Aguilar y J. Genover, Las estrellas de nuestro cine, Madrid, Alianza Editorial, 1996, págs. 412-413
M. Gómez García, Diccionario del teatro, Madrid, Ediciones Akal, 1997, pág. 566
R. Rubio Lucio, “Montes, Conchita (María de la Concepción Carro Alcaraz)”, en J. L. Borau, Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial, 1998, pág. 594
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