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Milagros Leal Vázquez

Biografía

Leal Vázquez, Milagros. Madrid, 2.XII.1902 – 2.III.1975. Actriz.

Huérfana, sin antecedentes artísticos familiares, con seis años pisó por primera vez un escenario, el del madrileño Cómico, en la compañía de Loreto y Chicote, la popular pareja del teatro cómico de la década de 1920, con la que consiguió su primer éxito: Champán.

Pasó en 1927 a la compañía de Catalina Bárcena, con quien estrenó El admirable Crichton y El conflicto de Mercedes, de Pedro Muñoz Seca. De hecho, sus estrenos más significativos de su primera época fueron con obras de este autor, así como de Carlos Arniches, Pérez Fernández y Jardiel Poncela. De este último estrenó algunas de sus mejores comedias en el teatro de la Comedia, entre ellas, Los habitantes de la casa deshabitada, El sexo débil hace gimnasia y Blanca por fuera y rosa por dentro. Después de estrenar La perulera, de Muñoz Seca y Pérez Fernández, a principios de la década de 1930, junto a Salvador Soler Marí, contrajo matrimonio con este actor y director de origen valenciano, con quien formó compañía teatral propia a iniciativa de Pepe Isbert. Ella contaba a la sazón treinta y dos años. Él, además de ser primer actor, fue asimismo director de la compañía y escribió Práctica y teoría del arte escénico.

Actuaron en el teatro Benavente poniendo en escena La chica de la pensión, de Pilar Millán Astray, y después El padre soltero. Otros éxitos fueron Canela fina (1933), Caperucita y gris (1935) o La guerrilla (1936). Milagros Leal, que ya había debutado en el cine en 1928 en la película El secreto de la abuela de Cándida Beltrán Rendón, volvió a la gran pantalla en 1934 para protagonizar una película de José Buchs, junto a Luis Peña, que llevaba por título Diez días millonaria y adaptaba una novela de Concha Linares Becerra de idéntico título. Repitió nuevamente a las órdenes de este director en 1936 en la película El clavo, esta vez junto a su marido.

Ambos tuvieron problemas con la censura republicana en 1935 con la obra El gran ciudadano, de Pedro Muñoz Seca, en su estreno en Barcelona en 1935, que fue censurada por la República por sus marcadas tendencias filomonárquicas, razón por la cual las siguientes obras que representaron fueron destinadas al público familiar, e incluso comenzaron a realizar teatro para niños, así como obras de las que no se derivaran enfrentamientos político-sociales, tales como Tabaco y cerillas o La cofradía de los amargados, de Alfonso Paso, ¡Arriba las manos!, de Manuel O. Bengoa, o ¡Me sacrificaré!, de Gutiérrez Navas. Sin embargo, cuando estalló la Guerra Civil, el matrimonio fundó la Compañía Dramática Experimental en un intento de hacer teatro revolucionario en el Madrid republicano, que resultó un fracaso, sobre todo cuando perdió la subvención de la Comisión Técnica del Teatro del Comité Intersindical de la Unión General de Trabajadores (UGT) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), por ello, cuando pasaron a Valencia fueron muy criticados al volver a representar obras del entonces llamado teatro burgués, siguiendo los consejos de Jacinto Benavente.

Finalizada la contienda, Milagros Leal alternó el teatro y el cine, pero siempre mostró más interés por la escena, donde logró, entre otros muchos, éxitos muy destacados: Ella siempre (1942), que escribió su marido; Crimen y castigo (1949); El lazarillo ciego (1953); La alondra (1954); Cyrano de Bergerac (1955); Media hora antes (1956); Un soñador para un pueblo (1958); Cerca de las estrellas (1961); Divinas palabras (1961); La caída de Orfeo (1961); La dama del alba (1962); Los árboles mueren de pie (1963), una de sus más grandes interpretaciones, que permaneció dos temporadas en cartel, lo mismo que en La Celestina (1965). Su última aparición teatral fue en Las mariposas son libres (1970), comedia dramática con la que hizo una gira por toda España.

Mantuvo una gran ductilidad interpretativa y fue aplaudida tanto en sus trabajos dramáticos como aquellos otros en los que pudo desarrollar su vena cómica e irónica. No obstante fueron más celebrados los primeros. Fue una actriz de carácter, madre de otra excelente actriz, Amparo Soler Leal.

En cuanto a su filmografía, compuesta por medio centenar de títulos, a diferencia de los escenarios, su trayectoria artística se desarrolla a través de papeles secundarios y de carácter, aunque de sólida factura, demostrando una gran versatilidad y naturalidad en la interpretación de sus personajes recogida de su experiencia en las tablas, siendo Rafael Gil el director que más requirió de sus servicios. Destacó especialmente en La linda Beatriz (1939); El testamento del virrey (1944) y El fantasma y doña Juanita (1944); El duende y el rey (1948); Cerca del cielo (1951); Puebla de las mujeres (1952); El milagro del sacristán (1953); Un día perdido (1954); La gran mentira (1956) y La cárcel de cristal (1956); Vamos a contar mentiras (1962); La verbena de la Paloma (1963); El mundo sigue (1965); Novios 68 (1967); El hombre que se quiso matar (1970); Las señoritas de mala compañía (1973); Mi hijo no es lo que parece (1974), concluyendo con La madrastra y Tormento (1974).

También apareció en algunos programas de teatro de Televisión Española: El Séneca y Treinta grados a la sombra (1964); Los árboles mueren de pie (1966); Del dicho al hecho (1971); La locomotora (1973) y Suspiros de España (1974).

Cuando falleció, a primeros de marzo de 1975, estaba en posesión de la Medalla del Círculo de Bellas Artes (1965), el Premio Nacional de Teatro (1966) y el Premio Nacional del Sindicato del Espectáculo, que recibió en dos ocasiones, los años 1968 y 1974, el Premio María Rolland, el Premio de la Crítica de Barcelona, el del diario madrileño Pueblo a la popularidad, la Medalla de Oro de Valladolid y el Minerva de Plata de Bellas Artes.

 

Bibl.: E. Díez-Canedo, Artículos de crítica teatral. El teatro español de 1914 a 1936, vol. I, México, Editorial Joaquín Mortiz, 1968; P. Isbert, Mi vida artística, Barcelona, Bruguera, 1969, págs. 162 y ss.; M. Román, Los cómicos, vol. II, Barcelona, Royal Books, 1995, pág. 90; C. Aguilar y J. Genover, Las estrellas de nuestro cine, Madrid, Alianza Editorial, 1996, págs. 319-320; A. Ortiz Villeta, “Leal, Milagros”, en J. L. Borau (dir.), Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial-Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, 1998, pág. 502; F. Bejarano, Cuando se nace actriz. Amparo Soler Leal, Valencia, Fundación Municipal de Cine Mostra de Valencia, 1999; A. J. Castro Jiménez, Sagas españolas del espectáculo, Madrid, Centro Cultural de la Villa, 2003, págs. 122-124; N. Llidó Llopis, “Salvador Soler Marí y Milagros Leal: trayectoria teatral y breve biografía”, en Stichomythia, 10 (2010), págs. 33-48.

 

Manuel Román Fernández

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