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Luis de Larra y Ossorio

Biografía

Larra y Ossorio, Luis de. Madrid, 31.V.1863 – 19.V.1914. Autor teatral.

El tercer hijo de Luis Mariano de Larra y Cristina Ossorio nació en Madrid el 31 de mayo de 1863 y, después de obtener el grado de bachiller y aprobar varios cursos de Medicina, decidió dedicarse a la literatura, “que cultivaba a hurtadillas, porque su padre se oponía diciendo que ‘no quería que saliera un tercer Larra escritor y al público le pareciera excesivo el número’” (Burgos, 1920). Sin embargo, quizá para asegurarse un futuro económico que la afición literaria presumía incierto, comenzó a trabajar en el Ministerio de Hacienda, donde desempeñó diferentes puestos de responsabilidad que le llevaron a viajar por varias capitales europeas en comisión de servicios (1886) y a la isla de Cuba (1897); allí le sorprendió el desastre del 98 y debió ingresar en el cuarto batallón de voluntarios de La Habana, según los documentos conservados en el fondo familiar. No obstante, los diferentes destinos logrados en la Administración no le impidieron dedicarse en cuerpo y alma a la que fue su verdadera vocación hasta poco antes de morir: la literatura.

A su regreso a España se dedicó por completo al mundo teatral. En 1900 ocupaba el cargo de director artístico del teatro Cómico de Madrid y al año siguiente era nombrado vocal de la Junta Directiva de la Asociación de Actores, Compositores y Propietarios.

Escribió casi un centenar de obras, desde que triunfara en el teatro Eslava con uno de sus primeros títulos: Salirse con la suya (1882), hasta pocos días antes de su muerte en 1914, cuando se puso en escena La catedral, escrita conjuntamente con su inseparable amigo Manuel Fernández de la Puente, como tantas otras que firmaron entre los dos. De Herodes a Pilatos o El rigor de las desdichas, Los dineros del sacristán, El fantasma de fuego, Hace falta un caballero... fueron aplaudidas por un público entregado cada vez que se ponían en escena, a tenor de los columnistas de los diarios más prestigiosos.

Se casó con Felisa Gullón Fernández de Terán y tuvieron tres hijos: Carlos, conocido con el seudónimo de Curro Meloja, que continuó la tradición familiar y fue un reconocido periodista y crítico taurino, Pilar y Cristina, aficionadas a la farándula, como buenas herederas de los Ossorio y los Larra, participantes asiduas en las veladas teatrales y literarias organizadas en Valdemoro (Madrid), lugar donde la familia era propietaria de una residencia veraniega.

Con una trayectoria vital semejante a la de su hermano Mariano, las ocupaciones laborales y la asistencia a los estrenos de sus obras en los principales teatros españoles, hizo que llevara una existencia un tanto agitada, viajando continuamente de un lugar a otro, incluso algunos detractores se atrevieron a calificarle como un sportman disfrazado de autor cómico, aficionado a la equitación, la caza, los viajes, la tauromaquia y la holgazanería. Ese tipo de vida no fue óbice para que en los intermedios, entre una gira y otra, y en los momentos de asueto los quisiera disfrutar con sus parientes y amigos en la posesión familiar de Valdemoro. Allí eligió retirarse una temporada para recuperarse de la enfermedad que le tenía postrado desde hacía tiempo; la tuberculosis le había obligado a distanciarse paulatinamente de la vida literaria, triste circunstancia que provocaba un doble sufrimiento, no sólo el físico, sino también por la incapacidad de poderse dedicar a una profesión en la que tantos triunfos cosechó. Ante la gravedad de su dolencia y desahuciado por los médicos pensó que quizá la vida tranquila y los aires sanos campestres podrían devolver a su cuerpo las fuerzas perdidas, imprescindibles para seguir adelante y así, con el fin de conseguir tan ansiado objetivo, se trasladó a la casa de Valdemoro. Pero por desgracia no encontró mejoría y volvió a la capital para intentar recuperarse.

Murió en Madrid el 19 de mayo de 1914 y la noticia de su fallecimiento causó tan hondo pesar en los medios periodísticos y literarios que ocupó varias columnas en los principales diarios del país. Los cronistas escribieron el dolor causado por el óbito de una persona a la que tanto se quería en todas partes por sus bellísimas cualidades, también alababan su prosa, pues en la sátira y en las comedias de costumbres logró sus mayores aciertos. Era un escritor de fácil ingenio y un hombre bueno, caballeroso, que gozaba de grandes simpatías. En realidad no hizo sino seguir la senda profesional iniciada por su abuelo y continuada por su padre y hermano; en cuanto a su personalidad, igual que sus antepasados, fue sencilla, caballerosa y gentil, es decir “una buena persona”, a juzgar por los escritos de los comentaristas tras su muerte.

 

Obras de ~: En un lugar de La Mancha, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1887; Perico el de los Palotes, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1887; Los emigrantes, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1889; Muerte, juicio, infierno y gloria, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1889; Los Isidros, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1889; Quítese usted la bata, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1890; Hace falta un caballero, Madrid, Imprenta de José Rodríguez, 1890; con M. Gullón, Los calabacines, Madrid, 1891; El hijo de su Excelencia, Madrid, R. Velasco, 1892; De Herodes á Pilatos ó El rigor de las desdichas, Madrid, R. Velasco, 1892; Los invasores, Madrid, R. Velasco, 1893; con M. Gullón, Los dineros del sacristán, Madrid, 1894; La Menegilda, Madrid, R. Velasco, 1895; La rueda de la fortuna ó este mundo es un fandango, Madrid, R. Velasco, 1896; Los rábanos por las hojas, Madrid, R. Velasco, 1896; La invasión de los bárbaros, Madrid, R. Velasco, 1896; La Menina ó “El timo del portugués”, Madrid, R. Velasco, 1900; El diluvio universal, Madrid, R. Velasco, 1900; El Maestro de obras, Madrid, R. Velasco, 1900; Gimnasio modelo, Madrid, R. Velasco, 1900; con E. Gullón, El turno de los Partidos, Madrid, R. Velasco, 1900; con A. Fanosa, La perla de Oriente, Madrid, R. Velasco, 1901; con M. Fernández Lapuente, Los figurines, Madrid, R. Velasco, 1901; La Trapera, Madrid, R. Velasco, 1902; Marquilla (hijo), Madrid, R. Velasco, 1902; con E. Gullón, La Revolución Social, Madrid, R. Velasco, 1902; con M. R. Blanco-Belmonte y J. Pellicer, La coleta del maestro, Madrid, Sociedad de Autores Españoles, 1903; con M. Fernández de Lapuente, Mundo, Demonio y Carne ó Un Viaje disparatado, Madrid, R. Velasco, 1903; ¡¡¡Siempre p’atrás!!!, Madrid, R. Velasco, 1904; ¡Los nervios!, Madrid, R. Velasco, 1904; La Galerna, Madrid, R. Velasco, 1905; con E. Manso, La Tarasca, Madrid, R. Velasco, 1905; con E. Gullón, La Guardabarrera, Madrid, R. Velasco, 1905; Biblioteca popular, Madrid, R. Velasco, 1905 (2.ª ed., Madrid, Sociedad de Autores Españoles, 1908); ¡Que se va a cerrar!, Madrid, R. Velasco, 1906; La ola verde, Madrid, R. Velasco, 1906; con J. Capella, La Machaquito, Madrid, R. Velasco, 1906; con E. Gullón, La guitarra, Madrid, R. Velasco, 1906; ¡A la piñata! o la verdadera matchicha, Madrid, R. Velasco, 1907; Los falsos dioses, Madrid, R. Velasco, 1907; con M. Fernández de Lapuente, El solitario, Madrid, R. Velasco, 1907; con A. Fernández Lapina, La fea del ole, Madrid, R. Velasco, 1907; con E. Gullón, Las piedras preciosas, Madrid, R. Velasco, 1907; El mentir de las estrellas, Madrid, R. Velasco, 1908; La golfa del Manzanares, Madrid, R. Velasco, 1908; Argumento y cantables de S.M. el botijo, Madrid, Tipografía Universal, 1908; Las bandoleras, Madrid, R. Velasco, 1908; Argumento y cantables de La Cañamonera, Madrid, Tipografía Universal, 1909; Ni frío ni calor, Madrid, R. Velasco, 1909; Los Condes de Carrión, Madrid, R. Velasco, 1909; El caballero lobo ó las fieras del español, Madrid, R. Velasco, 1909; El abrazo de Vergara, Madrid, R. Velasco, 1909; con M. Fernández de Lapuente, La moza de mulas, Madrid, R. Velasco, 1910; La diosa del placer, Madrid, R. Velasco, 1910; con M. Fernández de la Puente, El cuerpo del delito, Madrid, R. Velasco, 1912; con M. Fernández de la Puente, El refajo amarillo, Madrid, R. Velasco, 1912; con G. Jover y E. González del Castillo, La Reina del Albaicín, Madrid, R. Velasco, 1912; con R. Asensio Mas, La Misa del gallo, Madrid, R. Velasco, 1913; ¡Ya no hay Pirineos!, Madrid, R. Velasco, 1913; La última película, Madrid, R. Velasco, 1913; Argumento y principales cantables de La catedral, Madrid, R. Velasco, 1913; con M. Fernández de Lapuente, El tango argentino, Madrid, R. Velasco, 1914; Las llaves del cielo, Madrid, R. Velasco, 1914.

 

Bibl.: G. Calvo Asensio, El teatro hispano-lusitano en el siglo XIX, Madrid, Rojas, 1875; C. de Burgos, Fígaro: (revelaciones “Ella”. Descubierta. Epistolario inédito, Madrid, Imprenta Alrededor del Mundo, 1920; D. T. Gies, El teatro en la España del siglo XIX, Cambrigde, University Press, 1996; J. Miranda de Larra y Onís, Larra. Biografía de un hombre desesperado, Madrid, Aguilar, 2009; M.ª J. López Portero, Valdemoro: los Larra y su tiempo, 1875-1925, Madrid, Ayuntamiento de Valdemoro, 2010; M.ª J. López Portero, “Los fondos particulares de la familia Larra”, en Quintas Jornadas de Archivo y Memoria. Extraordinarios y fuera de serie: formación conservación y gestión de archivos personales (2011), http://archivoymemoria.com [consulta: 18 de enero de 2012].

 

María Jesús López Portero

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