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Antonio Artero Corduras

Biografía

Artero Corduras, Antonio. Zaragoza, 1936 – Madrid, 20.XI.2004. Director cinematográfico.

Hijo de una repartidora de pan afín a ideas anarquistas, nació huérfano de padre, que había fallecido poco antes del parto. Ya desde la infancia le llegó la vocación por el cine a través de los tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín o de El guerrero del antifaz, los cuales cortaba a tiras para enrollarlas a dos palos de polo que hacía rodar en el interior de una caja, a modo de pantalla, dando de este modo continuidad a la aventura.

La madre, observando la vocación cinéfila de Artero, le compró un cine Nic con proyector y algunas películas. Una vez terminado el bachillerato, trabajó de botones en una oficina, luego en los laboratorios Ártica de papillas y, finalmente, en el Banco de Bilbao. Sus inquietudes artísticas iban en aumento y comenzó a frecuentar una tertulia en el café Baviera de la capital maña. Después se pasó al café Opi Nike, centro de reunión de jóvenes de Zaragoza interesados por el mundo cultural, y empezó a colaborar en la revista zaragozana Ansí, así como en el club Cine-Mundo y en el grupo teatral La Cigarra. Y, por fin, de la mano de uno de los impulsores del cine de aficionados, José Luis Pomarón, participó en la realización del cortometraje Contrapunto (1956) y en La herradura (1957).

Pomarón le enseñó la técnica y el manejo de una cámara y el paso siguiente fue, en 1963, dejar el banco y trasladarse a Madrid, para ingresar en la Escuela Oficial de Cine, donde coincidió con figuras como Berlanga, Saura, Claudio Guerín, Pilar Miró o José Luis Borau, entre otros. Este último le pagó las matrículas de la carrera, que ambos terminaron en tres años. Durante la misma dirigió los documentales Manzaneda, Forzada y Escuelas de Flamenco.

Su película de prácticas, fin de carrera, fue el mediometraje Doña Rosita la soltera, inspirándose en la obra y la vida de Federico García Lorca. El buen rendimiento académico le hizo merecedor de una beca para acudir al Festival de Cannes. Pronto pudo realizar su primer largometraje de forma profesional.

Se trataba de una película de argumento infantil sobre piratas y gánsteres titulada El tesoro del capitán Tornado (1967), que tuvo grandes problemas con la censura del Ministerio, motivo por el cual unos meses más tarde, en la reunión de los Clubs de Cine que se celebró en Sitges, Artero participó activamente tratando de remozar el cine español de la época, con preocupaciones estéticas y culturales vanguardistas, afirmando que debía redirigirse hacia un cine más independiente, al margen de las estructuras sindicales, estatales e, incluso, industriales, y por la absoluta libertad en la expresión cinematográfica.

Intentó llevar a la praxis estos postulados, rodando, en 1968, los cortometrajes Blanco sobre blanco, Pantalla en blanco-pantalla en negro y Del tres al once, a los que siguió, el documental Monegros, al año siguiente, que fue muy elogiado por la crítica, y, en 1975, una película experimental, Yo creo que [...], y otro documental: Olavide.

Siguió realizando documentales y cortometrajes: Pleito al sol, en 1979, y Caballos en Jerez, comenzando la década de 1980. Sus propuestas sobre el cine le hacían difícil el acceso a la industria, y cuando en 1981 pudo reanudar su función de director de largometrajes con Trágala, perro —un drama histórico sobre la llamada Monja de las Llagas, sor Patrocinio, ambientada en tiempos de las guerras carlistas—, resultó un fracaso de taquilla y crítica. Ante esta perspectiva hubo de refugiarse en el trabajo ocasional para Televisión Española tras dirigir, en 1984, uno de los capítulos de la serie Vivir cada día titulado “Vivir en el bosque”, al tiempo que siguió dirigiendo documentales, siendo sus últimos trabajos: Tres octubres (1986), sobre el conflicto minero de Asturias de 1934, y Biografía interior (1988), acerca de la obra del poeta aragonés Miguel Labordeta, por la que concurrió como candidato al Premio Nacional a la Mejor Dirección en 1990.

En 1993 pudo rodar Cartas desde Huesca, un largometraje sobre la Guerra Civil española, cuyo personaje central era un miliciano inglés que tomó parte en la contienda, pero que no pudo estrenarse hasta dos años después. En 1994 fue incluido en la muestra Visionarios españoles de cinema, en el Centro de Arte Reina Sofía. La Filmoteca de Zaragoza le dedicó en 1999 un ciclo monográfico y recibió un homenaje en la Semana de Cine Experimental de Madrid.

Artero estuvo afiliado al sindicato de Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) de Madrid. Falleció en la capital de España debido a un enfisema pulmonar, y fue enterrado en el cementerio civil de la Almudena. Estaba casado con Concha Fernández Montesinos y tenía dos hijos: Juan Manuel y Mariana.

 

Obras de ~: Filmografía: El tesoro del capitán Tornado, 1967; Blanco sobre blanco, 1968; Pantalla en blanco-pantalla en negro, 1968; Del tres al once, 1968; Monegros, 1969; Significante/ Significado, 1973; Yo creo que [...], 1975; Olavide, 1975; Pleito al sol, 1979; Caballos en Jerez, 1980; Trágala, perro, 1981; Tres octubres (cortometraje), 1986; Biografía interior (cortometraje Cartas desde Huesca, 1993.

 

Bibl.: J. Hernández Ruiz, “Artero, Antonio”, en J. L. Borau, Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial- Sociedad General de Autores y Editores, 1998, pág. 93; A. M. Torres, Diccionario Espasa Cine español, Madrid, Espasa Calpe, 1999, págs. 71-72; A. Castro, Vidas de cine, Zaragoza, Institutos de Estudios Altoaragoneses y Turolenses-Ibercaja- Gobierno de Aragón, 2002 (col. Biblioteca Aragonesa de Cultura, VI); A. M. Torres, Directores españoles malditos, Madrid, Huerga y Fierro Editores, 2004, págs. 37-39; F. Bayón, “Antonio Artero, el celuloide en libertad”, en El País (Madrid), 21 de noviembre de 2004; J. Ortega, “Antonio Artero Corduras, un utópico renovador del cine español”, en El Mundo (Madrid), 23 de noviembre de 2004; P. Pérez Rubio y J. Hernández Ruiz, “Antonio Artero: La radicalidad del discurso fílmico”, en Turia: revista cultural (Instituto de Estudios Turolenses, Teruel), n.º 76 (2005), págs. 315-326; D. Mayor Orgillés, “Artero y la mentira de la película Kodak”, en Zaragoza, una historia de cine (Directores de cine, 2). III Jornadas sobre historia del cine en Zaragoza, Zaragoza, Centro de Historia de Zaragoza, 2006.

 

Manuel Román Fernández

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