Nidos, Gonzalo de los. Cáceres, c. 1509 – Cuzco (Perú), IV.1548. Conquistador del Perú.
Perteneciente a una familia de la que pasaron al Nuevo Mundo, en distintos momentos, nada menos que cinco hermanos, hijos todos de Francisco de los Nidos y de Beatriz Álvarez Copete, hidalgos cacereños. La figura de Gonzalo queda oscurecida por la fama de su hermana Mencía de los Nidos, heroína cacereña en la conquista de Chile.
Antes de cumplir los diecinueve años pasó a Indias juntamente con su paisano Francisco de Godoy. Se establecieron en Nicaragua, donde tuvieron noticias de que Francisco Pizarro, en situación apurada, necesitaba refuerzos. Allá se dirigieron Nidos y otros varios bajo el mando de Godoy. Desembarcaron en la bahía de San Mateo y llegaron a Cajamarca, donde poco antes Pizarro había hecho prisionero a Atahualpa. No obstante, al no haber participado en la prisión de éste, tampoco recibieron parte alguna del famoso rescate, aunque Pizarro les dio una compensación por haber vigilado al cautivo y el tesoro enviado para su liberación.
Pizarro mandó a Nidos con Hernando de Soto a Cuzco, viaje en el cual fue herido por los indios, con los que tuvieron que sostener diversos combates. Se avecindó en dicha ciudad, aunque pronto marchó con Soto a Quito.
En 1541, cuando supo la muerte de Pizarro por Almagro el Mozo y sus partidarios, salió de Cuzco para buscar el apoyo de su paisano cacereño Perálvarez Holguín. Éste recuperó Cuzco de los almagristas y se puso a las órdenes del recién llegado gobernador Vaca de Castro. Nidos estuvo con éste en la batalla de Chupas (1542) en la que fueron derrotados Almagro y sus seguidores. Luego tuvo en Cuzco una pendencia con ciertos vecinos, porque éstos habían maltratado a unas indias queriéndolas forzar. En la riña, Nidos y su paisano cacereño Hernando de Castro dieron muerte a García de Medina, razón por la cual viajaron a España a solicitar el perdón de los parientes del difunto, así como el del Emperador. Obtuvieron el perdón regio en 1544, aunque hubo que lograr nuevas cartas reales para que les fueran devueltos sus bienes en Perú, que por causa de esa muerte habían sido confiscados. En el viaje de vuelta llevó Nidos al Nuevo Mundo en su compañía a sus dos hermanas, la futura heroína Mencía de los Nidos y a Juana Copete de Sotomayor.
A su regreso al Perú la situación estaba sumamente revuelta. Se habían dictado las ordenanzas que restringían los derechos de los conquistadores españoles, quienes se consideraban agraviados después de los grandes servicios que habían prestado a la Corona en la conquista de aquellos territorios. Gonzalo Pizarro fue el caudillo de esta rebelión, a la que se sumó la mayor parte de los conquistadores. La victoria sonrió en principio a los rebeldes, quienes se adueñaron de todo el Perú. Pero lo que no había podido hacerse por la fuerza de las armas logró hacerlo el ingenio. El nuevo gobernador Pedro de la Gasca llegó desde España sin ningún ejército, pero sí con una buena cantidad de cartas regias de perdón con el nombre del agraciado en blanco. Poco a poco la mayor parte de los rebeldes, considerando que habían llegado demasiado lejos y que era preferible conservar algo antes que perderlo todo, se fueron pasando al bando real. Sólo los más recalcitrantes permanecieron junto a Gonzalo Pizarro, quien todavía reunía junto a sí a un elevado número de descontentos. Uno de ellos era Gonzalo de los Nidos.
Se dio por fin la definitiva batalla en Jaquijahuana, cerca de Cuzco, el 9 de abril de 1548, que terminó con la completa derrota de Pizarro y de los suyos, la mayor parte de los cuales fueron hechos prisioneros y varios condenados a muerte como “notables rebeldes”. López de Gómara enumera a los principales partidarios de Pizarro que fueron ahorcados y descuartizados en Cuzco, precisando que a Gonzalo de los Nidos le sacaron la lengua por el colodrillo, es decir, por la coronilla.
Bibl.: A. de Herrera, Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, década VIII, libro IV, Madrid, Juan de la Cuesta, 1615, cap. XVI; J. de Rújula y de Ochotorena, marqués de Ciadoncha, y A. del Solar y Taboada, Doña Mencía de los Nidos, Badajoz, Tip. Viuda de Antonio Arqueros, 1943; F. López de Gómara, Historia general de las Indias, t. I, Barcelona, Editorial Iberia, 1965, pág. 326; J. M. de Mayoralgo y Lodo, conde de los Acevedos, La familia de doña Mencía de los Nidos, heroína cacereña en la conquista de Chile, Cáceres, Instituto de Estudios Heráldicos y Genealógicos de Extremadura, 1994, págs. 25-27.
José Miguel de Mayoralgo y Lodo, conde de los Acevedos