Bastidas, Julián de. Briviesca (Burgos), 1528 – Lima (Perú), 1609. Conquistador.
Julián de Bastidas era hijo de Fernán Sáez de Bastidas Portillo, caballerizo del condestable de Castilla —Bernardino de Velasco— y alcalde de la Torre de la parte beleno de la villa de Briviesca, y de María de Espinosa y Angulo.
Julián de Bastidas pasó al Perú, como criado de confianza, en el séquito del virrey Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, en el año de 1555.
Como criado acompañó a Chile también a García Hurtado, al ser nombrado gobernador en 1557.
Bastidas destacó en la tierra de adopción por su bravura, demostrada en las batallas de Biobio de 10 de agosto de 1557, en la de Millarapue, en noviembre del mismo año, y en la de la Quebrada de Purén. Incluso fue citado por Ercilla entre los destacados de Millarapue: Ávalos, Viezma, Cáceres, Bastida... dando muerte defienden bien su vida.
En su generosa ocupación viajó a Lima para realizar encargos políticos. El 29 de agosto de 1559 recibió una encomienda en Itata, quitando los indios a los herederos del conquistador Giraldo Gil, por lo que mantuvo un largo pleito con la viuda, Juana de Lezcano.
Fue el principio de una serie de pleitos, como el de la encomienda de Guachumávida, que perdió, y en los que aparece la crítica a las distintas autoridades.
Destaca la carta que escribió al rey el 10 de mayo de 1563, para dar cuenta del estado del reino de Chile y en la que critica a Villagrá. En esta etapa estaba ya en Lima, donde permaneció hasta su muerte. A los setenta años otorgó testamento en Lima, el 18 de febrero de 1602; murió siete años después.
Al final de su vida dejó 214.564 maravedíes que se remitieron a Sevilla, a la Casa de la Contratación, para pagar sus deudas. Poco después, en 1611, se pregonó su muerte en la iglesia de Briviesca, en Burgos, con la intención de encontrar herederos, cosa que resultó negativa, y sus bienes pasaron a Alonso de Santoyo, por unas deudas que tenía con él.
Bibl.: R. Levillier. Gobernación del Tucumán. Probanzas de méritos y servicios de los conquistadores, vol. 2, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1920; P. Mariño de Lobera, Crónica del Reino de Chile, Santiago de Chile, Ed. Universitaria, 1970; A. de Ercilla y Zúñiga, La Araucana, Sevilla, Extramuros, 2007, canto IV, versos 8, 31-37 y 54.
Jesús Varela Marcos
