Albujar, Juan Martín de. España, s. xvi – Puerto Rico, c. 1594. Conquistador participante en una expedición por el Orinoco en busca de El Dorado y propalador de historias fantásticas sobre ello.
Albujar era el soldado encargado de conservar la munición del grupo expedicionario de Pedro Maraver de Silva, que hacia 1576 se adentró por el Orinoco buscando el mítico El Dorado, pero la dejó estallar negligentemente.
Por ello fue condenado a muerte, siendo abandonado en una canoa sin provisiones. El resto de los expedicionarios fueron masacrados por los indios en una emboscada, sin embargo a Albujar lo salvó la misma tribu que acabó con sus compañeros.
Dieciséis años más tarde apareció en Nueva Granada contando que durante su estancia con los indios araucas éstos le habían llevado de poblado en poblado hasta que un día pudo conocer la ciudad del hombre dorado, la Gran Manoa, junto a un hermoso lago, confirmando así la existencia de El Dorado. Relató que estuvo en un hermoso palacio, que conoció al Inca y que éste le regalo mucho oro. Luego otros indios le robaron dejándole sólo unas pequeñas piezas que mostraba a todo el mundo.
Sus historias reavivaron el mito de El Dorado y desataron los rumores. Por esas fechas, el año 1593, Antonio de Berrio y Domingo Vera andaban ya en preparativos para una nueva expedición. Los relatos de Albujar alentaron nuevas pasiones y muchos hombres corrieron hacia Trinidad a alistarse a la aventura de Berrio y Vera u organizaron ellos mismos sus propias expediciones.
En realidad la historia de Albujar carecía de sentido, era bastante improbable que hubiese llegado desde el Orinoco hasta cualquier gran ciudad del imperio Inca. Hoy se duda de la existencia de Albujar, no obstante aparece nombrado en bastantes documentos oficiales, y hasta el propio Juan de Castellanos se hace eco de sus historias en su famosa obra Elegias de varones ilustres de Indias. Seguramente nadie lo conoció ni habló con él, pero en aquellos años en las islas del Caribe y desde Coro (Venezuela) hasta la Guayana, todos discutían de él. Su existencia sería tan falsa como la de El Dorado, pero sirvió para alimentar los sueños y las ambiciones. Si realmente vivió, cuentan que Albujar murió en Puerto Rico en 1594.
Bibl.: D. Ramos Pérez, El mito de El Dorado, Madrid, Ediciones Istmo, 1988; J. M.ª González Ochoa, Quién es Quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.
José María González Ochoa
