Noaín González, Jaime. Gallarta (Vizcaya), 20.V.1901 o 22.IX.1901 – Madrid, 4.VII.1973. Torero.
Antes de comenzar el peregrinaje en la capeas, tan habitual en aquella época, Noaín trabajó de aprendiz en los Altos Hornos de Bilbao. El 26 de agosto de 1919 hizo en Cenicero la suerte del toreo denominada “el tancredo”, que consiste en permanecer impasible, subido en un pedestal, con el toro correteando por el ruedo. El 29 de junio de 1920 estoqueó en Laguardia un novillo. El primero de los quince paseíllos que hizo en Bilbao, antes de tomar la alternativa, tuvo lugar el 10 de julio de 1921. Se presentó en Madrid como novillero en 1925. Su trayectoria en el escalafón menor fue lenta, alternando algunos éxitos con etapas de muy pocas actuaciones. Permaneció toreando novilladas hasta 1931, año en que Nicanor Villalta le concedió el doctorado. La corrida se celebró el 17 de agosto de ese año en Bilbao, y completaba el cartel el mexicano Jesús Solórzano, con toros de Miura. La corrida de su alternativa fue un triunfo absoluto para Noaín, pues cortó cuatro orejas y dos rabos.
No obstante, aquejado de problemas de salud, toreó poco ese año y el siguiente, aunque eso no le impidió confirmar la alternativa en Madrid el 3 de julio de 1932, festejo en el que Nicanor Villalta le cedió la lidia del toro Forastero, de Alipio Pérez Tabernero, en presencia del mexicano David Liceaga. Hasta que se retiró en 1943, cada temporada toreó menos de veinte corridas (sólo superó esa cifra en 1938, cuando sumó veinticinco contratos), manteniéndose siempre como un torero serio, valiente y de férrea voluntad.
Según Fernández Casado, “sus mejores tardes fueron las seis ocasiones en las que lidió en solitario festejos de seis toros. En un festejo celebrado en Bilbao, mano a mano con Marcial Lanada, cobró el contrato más alto de su carrera: veinticuatro mil pesetas. Ya retirado, en 1954, le tocaron en el premio gordo de la lotería dos millones seiscientas mil pesetas; mucho más que el saldo sumado en sus diecinueve temporadas como matador de toros: ochocientas mil pesetas”.
Bibl.: M. G. Carrere, Jaime Noaín, la honradez del toreo, Logroño, Editorial Viuda de Santos Ochoa, 1936; Don Ventura (V. Bagués), Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells-Bonet, 1943 (ed. Barcelona, de Gassó Hermanos, 1970); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vols. III y IV, Madrid, Espasa Calpe, 1943 y 1961, págs. 673-674 y pág. 605, respect.; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; D. Tapia y C. Abella, Historia del toreo, vols. I y II, Madrid, Alianza Editorial, 1992; A. Fernández Casado, Toreros de hierro (diccionario de toreros vizcaínos), Bilbao, BBK, 1992 (col. Temas Vizcaínos), págs. 254-259; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.).
José Luis Ramón Carrión