Flores González, José. Camará. Córdoba, 7.V.1899 – Madrid, 25.II.1978. Torero y apoderado de toreros.
Sobrino del torero Rafael González Machaquito, hermano del novillero Juan Flores y padre de los importantes apoderados José y Manuel.
Comenzó su carrera como torero. Tras permanecer varias temporadas de novillero, tomó la alternativa en Madrid el 21 de marzo de 1918, de manos de José Gómez Gallito, que, en presencia de Saleri II, le cedió el toro “Amargoso”, de Benjumea. Toreó mucho el primer año del doctorado, aunque poco a poco su carrera fue perdiendo intensidad, hasta que decidió retirarse y dedicarse al apoderamiento de toreros.
José Flores Camará ha pasado a la historia del toreo por ser el influyente apoderado y hombre confianza de Manuel Rodríguez Manolete. Durante la carrera de este diestro cordobés, Camará ejerció un poder prácticamente absoluto sobre las empresas y las ganaderías. Por ese motivo, ha quedado como el prototipo de apoderado, el modelo a imitar, el ejemplo perfecto (aunque no siempre modélico) de persona volcada en defender los intereses de su torero.
Con Manolete, Camará encontró la fama absoluta. Su imagen (gafas negras y gesto serio) se hizo habitual en los callejones, y hasta creó escuela. En un artículo publicado con motivo del primer aniversario de la revista El Ruedo, Camará relató sus impresiones sobre el trabajo del apoderado. Entre otras cosas, José Flores escribió: “He de empezar diciendo que considero al apoderado como al hombre taurino que tiene encomendada la misión más difícil, más ardua. Se exigen en el apoderado tantas virtudes, que quizá para el profano parezcan excesivas. Y no; no hay exageración alguna. Hay siempre en la vida de un apoderado un momento difícil [...], ese momento en que se debe sacrificar todo —hasta el dinero— en beneficio de la dirección artística del torero. Por no haber podido mantenerse en este momento, muchos toreros habrán visto sacrificada su carrera, obedeciendo este fracaso tan sólo al egoísmo de sus apoderados”.
Tras la muerte de Manolete en Linares en 1947, Camará apoderó a otros muchos toreros importantes. Entre otras, dirigió las triunfales trayectorias de los entonces novilleros, y luego matadores, Julio Aparicio y Miguel Báez Litri. Posteriormente también apoderó a Parrita, Pedrés, Chamaco, Diego Puerta y Dámaso González. Sus hijos José y Manuel Flores Cubero, que también fueron empresarios taurinos de las plazas de Valencia, Córdoba y Albacete, entre otras, apoderaron a diestros de gran fama, como Paquirri, Paco Ojeda, Pepe Luis Vázquez, Fernando Cepeda y Francisco Rivera Ordóñez. Por el contrario, José Flores Camará nunca realizó labores de empresario, dedicándose de lleno durante toda su vida al apoderamiento de toreros, labor en la que nunca le abandonó la sombra de Manolete.
Obras de ~: “El apoderado”, en El Ruedo (Madrid, Prensa y Radio del Movimiento), n.º extraordinario primer aniversario, junio de 1945, pág. 53.
Bibl.: M. Álvarez, Del retablo taurino. José Flores (Camará), Madrid, Imprenta Artística Sáez Hermanos, 1917; J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 286-287; J. J. Bonifaz, Los toros. Tratado técnico e histórico (Cossío), vol. V, Madrid, Espasa Calpe, 1980, pág. 921; J. Soto Viñolo, Manolete. Torero para olvidar una guerra, Madrid, Delfos, 1986 (2.ª ed., con tít. Manolete. La vida y los amores de un torero de leyenda, pról. de Á. Domecq Romero, Madrid, La Esfera de los libros, 2007); F. Narbona, Manolete. 50 años de alternativa, Madrid, Espasa Calpe, 1989; C. Esteban, Lupe, el Sino de Manolete, Madrid, Espasa, 2007.
José Luis Ramón Carrión