Domecq y Díez, Álvaro. Jerez de la Frontera (Cádiz), 1.VII.1917 – Finca Los Alburejos, Medina Sidonia (Cádiz), 5.X.2005. Ganadero, rejoneador y político.
Quinto hijo habido en el matrimonio de María Díez Gutiérrez y de Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, quien, tras adquirir la vacada del duque de Veragua, fue el fundador de la ganadería que llevó su nombre y que años después daría origen a la mayoría de las que lucen ese apellido. Fue hermano de Juan Pedro y de Salvador Domecq Díez, de quienes descienden otras ramas de las ganaderías Domecq.
Licenciado en Derecho, Álvaro Domecq debutó, sin embargo, como rejoneador en Santander en 1935, en un festejo benéfico. Casó en 1938 con María Díez Gutiérrez, de cuya unión sobrevivieron Fabiola y Álvaro Domecq Romero, este último rejoneador y director de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, y abuelo de Luis y Antonio Domecq Domecq, que también siguieron la tradición familiar.
Tras varios años actuando en festivales, en 1943 comenzó su andadura profesional como rejoneador. En 1944 toreó cincuenta corridas alternando con matadores de toros, en una época en la que todavía no se celebraban festejos exclusivamente de rejoneadores.
De hecho, el 11 de octubre de 1945, le fue impuesta la Cruz de Beneficencia, en reconocimiento a su desinteresada participación en festejos benéficos.
Adquirió la finca Los Alburejos en el término municipal de Medina Sidonia, en Cádiz, donde comenzó a criar caballos y a pastar su ganadería Torrestrella de bravos, a partir de la cual creó un encaste propio.
Su pase por los ruedos fue decisivo para la popularización del toreo a caballo en los años siguientes a la Guerra Civil, tomando el relevo del jinete cordobés Antonio Cañero, a pesar de retirarse tempranamente para dedicarse a la política. Si bien reapareció el 1 de septiembre de 1960 en El Puerto de Santa María para dar la alternativa como rejoneador a su hijo; el 12 de octubre de 1985, con motivo de la retirada de su vástago, que se mantuvo como figura del rejoneo entre 1959 y 1985. También, el 11 de septiembre de 1988 para participar en la ceremonia de alternativa de su nieto Luis Domecq Domecq (Jerez de la Frontera, 25 de mayo de 1968), en la plaza de Ronda, siendo ésta su última actuación en público. Este nieto y su hermano Antonio (Jerez de la Frontera, 15 de febrero de 1971) tuvieron una gran presencia en la temporada durante los años noventa del siglo xx.
Entre sus caballos-toreros más importantes, los aficionados recuerdan la yegua Espléndida, animal al que el cineasta José María Forqué dedicó uno de los cuatro relatos que conforman la película Yo he visto la muerte. Pero, en efecto, además de la actividad taurina, también dedicó su vida a la política.
El 21 de enero de 1952 fue elegido alcalde de Jerez de la Frontera, hasta que el 25 de octubre de 1957 accedió al cargo de presidente de la Diputación de Cádiz. Permaneció en el mismo durante una década (1957-1967), para después continuar seis años más en la política nacional como procurador en Cortes.
Durante este tiempo, su actividad como rejoneador fue altruista, pues todos sus ingresos los donaba a entidades benéficas. En su faceta como escritor, dejó un libro fundamental, titulado El toro bravo, así como unas memorias denominadas Mi vereda a galope.
Fue caballero de la Orden de Calatrava y estaba en posesión, entre otras condecoraciones, de la Gran Cruz del Mérito Civil, la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y de la Medalla de Oro de la provincia de Cádiz; también le fue concedida la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.
Obras de ~: El rejoneo, Madrid, Gráficas Valera, 1958; “El arte del rejoneo”, en C. Orellana (dir.), Los toros en España, Madrid, Oreal, 1969; El toro bravo, Madrid, Espasa Calpe, 1985; Memorias. 80 años. Mi vereda a galope, Madrid, Espasa, 1998.
Fuentes y bibl.: J. L. Ribeiro, Apuntes taurinos: consideraciones y preceptos acerca del arte de rejonear, Lisboa, 1925; J. A. Delgado y Orellana, La Casa Domecq D’Usquain, Sevilla, Gráficas Sevillanas, 1966; E. Fedriani Fuentes, Jerezanos ilustres, Jerez, Gráficas de San Luis, 1968; J. J. Bonifaz, Los toros. Tratado técnico e histórico (Cossío), vols. 5 y 11, Madrid, Espasa Calpe, 1980 y 1988, págs. 863-866 y págs. 610-612, respect.; F. Mira, Medio siglo de toreo en la Maestranza (1939-1989), Sevilla, Guadalquivir, 1990; J. Santos Alonso, Lo válido y lo inválido en el rejoneo, San Luis Potosí (México), ed. del autor, 1991 (trad. al francés, Le rejoneo, Nimes, Editorial Sime, 1994); J. Santos Alonso, Filosofía del toreo a caballo y otras consideraciones, México, Bibliófilos Taurinos, 1995 (col. Lecturas Taurinas n.º 34); J. L. Ramón, “Alvaro Domecq y Enrique Ponce, mano a mano en Los Alburejos”, en la revista 6TOROS6 (Madrid, edit. Genet), n.º 51 (22 de noviembre de 1994); F. López Izquierdo, El rejoneo, arte de caballeros, Madrid, Egartorre, 1994; J. M. Sotomayor, Los toros. Tratado técnico e histórico (Cossío), vol. 12, Madrid, Espasa Calpe, 1997, págs. 626-628; J. L. Ramón, “Álvaro Domecq, ochenta años de caballerosidad”, en la revista EQUI-DOS (Madrid), año III, n.º 10 (abril-mayo-junio de 1998); G. Moreno Pidal, Doma de campo y rejoneo, Badajoz, 1998; L. Nieto Manjón, La historia insólita del toreo a caballo, Madrid, Tutor, 2001, págs. 56, 85, 122, 124, 127, 148 y 221; J. López del Ramo, Las claves del toro, Madrid, Espasa, 2002; A. Mariscal Trujillo, Jerezanos para la historia, Jerez de la Frontera, Libros el Laberinto, 2006, págs. 77-80; J. M. Sotomayor, “Relación de las corridas de toros, novilladas con picadores y festejos de rejones celebrados en la Plaza Monumental de las Ventas de Madrid (17 de junio de 1931-23 de octubre de 2005)”, en VV. AA., Las Ventas. 75 años de historia, Madrid, Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, 2006; J. M. Martínez Parras, El Rejoneo, Sevilla, Junta de Andalucía, 2006 (col. Cuadernos de Aula Taurina), págs. 67, 81-82 y 88-89; “Álvaro Domecq, la saga continúa”, en Trofeo Caballo, n.º 85 (1 de septiembre de 2006).
José Luis Ramón Carrión