Colmenero y Gattinara, Francisco. Nápoles (Italia), c. 1645 – Milán (Italia), 1719. Militar español y Feldmarschall del Imperio.
Hijo de Vasco Colmenero de Andrade y de Morais (Rasela, Orense, c. 1614 – Palermo, Sicilia, 1674), caballero de Santiago, maestre del campo del Tercio de Sicilia y general de la Artillería de dicho reino (1662- 1674), y de su esposa Virginia Arborio Gattinara (c. 1628 – c. 1709) que, al enviudar, volvió a casar en 1676 con el maestre de campo general Francisco Gattinara, marqués de San Martino (1630 – c. 1699).
Comenzó Francisco a servir muy joven en el presidio de Vercelli, donde su padre fue gobernador hasta su restitución al duque de Saboya (31 de diciembre de 1659), en virtud de la Paz de los Pirineos; luego le siguió a Sicilia, donde se le halla de capitán de Infantería española en el presidio de Augusta, del que su padre era castellano. Fallecido éste y reformada su compañía tras la pacificación de la isla (1678), volvió a tener compañía viva en el Tercio de Nápoles, reino en el cual fue también capitán de Caballería ligera; en 1685 servía dicho puesto en Lecce (Puglia). En 1690 pasó a servir en Lombardía para apoyar al duque de Saboya, cuyos estados habían invadido los franceses al mando del mariscal Catinat. Pese a los desalentadores comienzos —derrotas de Staffarda (18 de agosto de 1690) y Orbassano (4 de octubre de 1693)— completó allí una brillante carrera que le llevó al pináculo del escalafón militar, aunque para ello hubiera de traicionar la lealtad debida a su Rey jurado.
A finales de 1693 fue designado maestre de campo del Tercio de la Mar de Nápoles, que mandó en la toma de Cassale Monferrato (9 de julio de 1695). Al año siguiente obtuvo el gobierno de Valencia del Po (Valenza sul Po). En 1696 defendió la plaza durante un asedio francés (18 de septiembre-8 de octubre), al que puso fin el tratado de neutralización de Italia (Vigevano, 7 de octubre de 1696), preludio de la Paz de Rijswick, alcanzada al año siguiente; por su meritoria actuación, fue ascendido a sargento general de batalla. Al conocerse en Milán la muerte de Carlos II (1 de noviembre de 1700) y sus disposiciones testamentarias a favor de la Casa de Borbón, que implicaban la reversión de las alianzas tradicionales de la Monarquía hispánica, el príncipe de Vaudémont, gobernador del Milanesado, le envió a París y, Colmenero, tras entrevistarse con Luis XIV en Versalles (23 de diciembre de 1700), obtuvo el compromiso real de enviar urgentemente tropas francesas a Lombardía (Dangeau, 1856). El éxito de la misión le fue recompensado con la castellanía de Alessandria, que conservó a pesar de los nombramientos posteriores de general de la Artillería (30 de julio de 1702) y maestre de campo general del Ejército del Milanesado (20 de febrero de 1704).
El 4 de enero de 1702, siendo aún segundo general de la Artillería, propuso al príncipe de Vaudémont la formación de un regimiento de fusileros para la protección del tren de Artillería. El gobernador le pidió la elaboración de una propuesta razonada que se vio el 19 de febrero ante el Consejo secreto. Colmenero presentó un proyecto que preveía la supresión del antiguo pie de la artillería de las plazas y castillos, que serían integrados en la nueva unidad, de trece compañías, obligando a los capitanes patentados a levar cada uno veinticinco hombres, vestidos y armados, en el plazo de dos meses. El Consejo, estimando “cuanto conviene que la Artillería tenga su guardia fija para su resguardo y la seguridad de las municiones y pertrechos que se llevan a campaña, por los desórdenes que se han experimentado en el pasado”, aprobó íntegramente su propuesta (Archivo Histórico Nacional, Estado, 1754). Vaudémont firmó el despacho para su ejecución en esa misma fecha. Este batallón, la primera unidad especializada del Ejército español, pasó su primera revista en Milán el 2 de mayo del mismo año. Su maestre de campo nato había de ser el segundo general de la Artillería del Estado, a la sazón Colmenero, que fue designado como tal y continuó siéndolo pese a su ascenso a capitán general del Arma; en cualquier caso, el 20 de noviembre de 1704 la unidad se redujo a pie regimental, con el nombre de Regimiento de Fusileros de Milán, siendo ya su coronel Sebastián Pimentel, marqués de Mirabel (J. L. Sánchez, 2002). Fernando Gil Ossorio, estudioso del Arma artillera, ha perseguido en vano el rastro de esa unidad “llamada algunas veces batallón de fusileros y en alguna ocasión regimiento, que nunca he visto citada por nadie” (Ossorio, 1981).
El 17 de agosto de 1705, siendo teniente general de los reales ejércitos, Colmenero mandó el ala izquierda de la primera línea del ejército que se enfrentó al príncipe Eugenio de Saboya en Cassano sul Adda; la batalla fue sangrienta y se dice que indecisa, pero lo cierto es que el príncipe no pudo pasar los refuerzos alemanes con que intentaba socorrer al duque de Saboya.
Sin embargo, el 7 de septiembre del año siguiente logró el príncipe sorprender las trincheras francesas que cercaban Turín, obligando al duque de Orlaans a retirar su ejército a Francia, lo que provocaría el colapso del Milanesado español. La ciudad de Milán, excepto su castillo (24 de septiembre de 1709) y Pavía (2 de octubre) se declararon por el Archiduque. Colmenero guardó las apariencias de una tibia defensa de Alejandría, que rindió el 21 de octubre constituyéndose en prisionero de guerra. El marqués de San Felipe, comentando después aquel suceso, escribió: “No hemos entrado a la exacta averiguación de todo lo que de Colmenero se decía por no ser necesario para estos Comentarios. Los hechos posteriores arguyen contra él, porque aunque quedó prisionero cuando entregó la plaza, luego tomó partido y recibió no pocos premios, y entre ellos el gobierno del castillo de Milán”.
Aunque Vaudémont y Vendôme trataron de justificarle, Saint-Simon fue el primero en sospechar su traición, de la que tuvo confirmación por la extensa correspondencia (1706-1707) que sostuvo con Francisco Pagave, caballero de Alcántara, luego consejero de Hacienda de Felipe V, que el obispo de Alejandría Francisco Arborio Gattinara (1658-1743), pariente de su madre, remitió a París —hoy preservada en la Biblioteca Nacional de Francia—, reveladora de su inquietud por el incierto signo de la guerra y la necesidad de acomodarse a las circunstancias de los tiempos.
En definitiva, nos descubre a un oportunista incapaz de afrontar su futuro armado con los valores de la lealtad, la fidelidad jurada o sus propios ideales dinásticos; un caso que constituye —contra lo que hoy pudiera admitirse como plausible— una de las infrecuentes excepciones que se dieron en aquel tiempo, al menos por móviles tan poco escrupulosos como materialistas. Quizá por ello, José Sabau, en la continuación a la Historia de España del Padre Mariana (XX, 140), le tilda de “infame y pérfido”.
Merced a la simulada entrega de Alessandria, el Archiduque le recibió a su servicio confirmándole su graduación y, el 20 de marzo de 1707, el mismo día en que salió la guarnición española del castillo de Milán, con honores militares y el marqués de la Florida a su cabeza —en virtud del tratado de evacuación de Italia (Milán, 13 de marzo de 1707)—, se mansionó del mismo tras el pleito homenaje ante quien también se intitulaba rey de España, Carlos III de Habsburgo. Allí murió, investido de un título condal del S. R. I. y de la máxima dignidad del Ejército imperial, la de Feldmarschall, que recibió el 15 de febrero de 1715, equivalente a la de capitán general de los ejércitos españoles.
Su hijo Luis heredó el título y fue general-mayor (Feldtwachmaister) y coronel del K. U. K. Infanterie- Regiment n.º 16 al servicio de Austria. Luchó contra los ejércitos del rey de España en Sicilia (1717-1720) y murió peleando contra sus aliados franceses en la batalla de Guastalla (19 de septiembre de 1734).
Obras de ~: Planta para la formación de un batallón para la guardia y manejo de la Artillería (ms. en Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 1754).
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 1301, ap.1, Relación de servicios militares del sargento mayor José Pérez de Barrientos.
Marquís de Dangeau, Journal du marquis de Dangeau, publié en entier pour la première fois par M. Feuillet de Conches, avec les additions inédites du duc de Saint-Simon, t. VII, Paris, 1699-1700 (Paris, Firmin Didot, 1856); K. u. K. Generalstab, Spanischer Successions-Krieg, Feldzug, 1706 (Feldzüge des Prinzen Eugen von Savoyen; Band 8) (Wien, Verlag des K. u. K. Generalstabes, 1882, pág. 106); V. Bacallar, marqués de San Felipe, Comentarios de la Guerra de España, Genova, 1728 (ed. de C. Seco, Madrid, Atlas, 1957, Biblioteca de Autores Españoles, 99); L. de Rouvroy, duc de Saint Simon, Mémoires complets et authentiques, ed. de M. Chéruel, t. III, pág. 49; t. VI, págs. 10-11, Paris, L. Hachette et Cie., 1853 y 1856, respect.; A. Thürheim, Gedenkblätter aus der Kriegsgeschichte der K.u.K. Oesterreichischen Armee, Wien, Teschen, vol. II, 1880, pág. 480, 2 vols.; Ch. Morel-Fatio y Ch. Baudon de Mony, Catalogue des manuscrits espagnols et des manuscrits portugais de la Bibliothèque Nationale, Paris, Imprimerie nationale, 1892, pág. 99; G. Bodart, “Liste der österreichischen Feldmarschälle (1540 bis 1909)”, en Die höchsten militärischen Würdenträger der großen europäischen Militärmächte, Wien, 1910, pág. 36; E. Laloy, La révolte de Messine, l'expédition de Sicile et la politique française en Italie, 1674-1678, vol. II, Paris, C. Klincksieck, 1929, págs. 200 y 696, 3 vols.; Estado Mayor Central del Ejército, Heráldica e historiales del Ejército, vol. II, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1969, pág. 227; F. Gil Ossorio, Organización de la Artillería española en el siglo xviii, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1981, págs. 30-31; J. L. Sánchez Martín, “La Infantería de Felipe V, 1701-24 (II parte)”, en Researching & Dragona (Madrid), vol.VII, n.º 18 (2002), págs. 34-71.
Juan Luis Sánchez Martín