Corseto, Jerónimo. Escorceto, Jerónimo; Genoa, Jerónimo. Génova (Italia), c. 1530 – Burgos, 1592. Platero y escultor.
En 1557 llegó a Burgos acompañando al pintor Gaspar Becerra que, después de una larga estancia en Italia, retornó a España y perseguía, probablemente, ser contratado por el rey Felipe II. A diferencia de Becerra, que marchó a Valladolid, Jerónimo Genoa, llamado así por la ciudad italiana en la que probablemente había nacido, se instaló en Burgos y enseguida pasó a denominarse Jerónimo Corseto.
Fue platero del cardenal Francisco de Mendoza y Bobadilla, que tomó posesión del obispado de Burgos después de residir en la Curia pontificia y de haber sido gobernador de Siena por nombramiento del rey de España. Jerónimo Corseto, como platero, trabajó asociado con los orfebres burgaleses Juan de Salazar, Juan Fernández y, sobre todo, con Pedro García Montero, que acabó casado con una hija de Corseto.
Jerónimo Corseto introdujo en la platería las formas derivadas de la etapa madura y final de Miguel Ángel.
En la composición de sus figuras se advierte una clara relación con las imágenes de la Capilla Sixtina, con el Moisés y el Crucificado dibujado para Vittoria Colonna. Sus obras de plata están marcadas con el punzón JMº/ME que alude a la forma usual de denominarle en la documentación: Maestre Jerónimo, en posición inversa. Trabajó para diversas parroquias burgalesas en la confección de varias piezas de iglesia: Temiño, Rahedo, Toba de Valdivielso... Labró un cáliz de Rublacedo de Abajo y, en 1575, contrató las cruces de plata de Villacián y Teza. Al año siguiente, junto con el platero Pedro García Montero, realizó la excelente cruz procesional de Revillarruz. Su obra maestra, una de las mejores labores en plata realizadas en Burgos en la segunda mitad del siglo xvi, es la cruz de San Esteban en Los Balbases, labrada en 1584 en compañía de Pedro García Montero, que también estampó su punzón en la obra.
En las obras de escultura, Corseto utilizó los modelos miguelangelescos que había aprendido en Italia, aunque trabajó con intermediarios, de nuevo con Pedro García Montero, y sus realizaciones no tienen la excelencia de lo italiano. En 1577 trabajó en dos capillas de la iglesia del monasterio de la Santísima Trinidad en Burgos. El 29 de octubre de 1590 y el 20 de agosto de 1591, fray Rodrigo de Loaisa le comisionó la hechura de dos crucificados en madera, a imitación del Cristo de Burgos que se veneraba en el convento de San Agustín de Burgos desde el siglo xv. Uno de ellos era para el convento de San Agustín de Sevilla, donde residía el comitente, y el otro llegó al convento de agustinos de Lima en 1593. En 1592, junto con el ensamblador Miguel de Quevedo, se encargó de la realización del retablo mayor de Palacios de Benaver.
Con anterioridad, en fecha indeterminada, había realizado algunas imágenes del retablo mayor de Ibeas, como el Cristo crucificado del remate y el grupo de san Martín partiendo la capa. También es responsable, en colaboración con Pedro García Montero, del retablo lateral de Santiago y santa Ana en Revilla del Campo.
Obras de ~: Platería: Cáliz, Rublacedo de Abajo (Burgos); Cruz procesional, Revillarruz (Burgos); con P. García Montero, Cruz, San Esteban en Los Balbases (Burgos), 1584.
Escultura: Dos capillas, iglesia del monasterio de la Santísima Trinidad, Burgos, 1577; con M. de Quevedo, Retablo mayor, Palacios de Benaver (Burgos), 1592; con P. García Montero, Retablo lateral de Santiago y santa Ana, Revilla del Campo (Burgos).
Bibl.: A. de la Calancha, Crónica moralizada de la Orden de San Agustín en el Perú con sucesos egenplares en esta Monarquía, Barcelona, Pedro Lacavalleria, 1639 (Lima, 1653); R. Vargas Ugarte, Ensayo de un diccionario de artífices coloniales de la América Meridional, Lima, Talleres Gráficos A. Baiocco y Cía., 1947-1955; A. A. Barrón García, “Jerónimo Corseto y Pedro García Montero, plateros”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, LXII (1996), págs. 358-386; N. López Martínez, El santísimo Cristo de Burgos, Burgos, Aldecoa, 1997, pág. 68; A. A. Barrón García, La época dorada de la platería burgalesa, 1400-1600, Burgos-Valladolid, Diputación Provincial-Junta de Castilla, 1998, t. II, págs. 76- 82; A. C. Ibáñez Pérez, “Arquitectura, escultura, pintura y artes menores del siglo xvi”, en VV. AA., Historia de Burgos. III. Edad Moderna, Burgos, Caja de Burgos, 1999, págs. 126 y 174; A. A. Barrón García, “Archidiócesis de Burgos”, en A. Casaseca Casaseca (comisario), La platería en la época de los Austrias Mayores en Castilla y León, Valladolid, Junta de Castilla, 1999, págs. 127-151. J. M. Cruz Valdovinos, “Platería”, A. Bartolomé Arraiza (coord.), Las artes decorativas en España, t. II, Summa Artis, vol. XLV, Madrid, Espasa Calpe, 1999, pág. 544.
Aurelio A. Barrón García