Barcala, Lorenzo. Mendoza (Argentina), 23.XII.1795 – 1.VIII.1835. Militar.
Hijo de esclavos africanos al servicio del escribano español del cabildo, Cristóbal Barcala y Sánchez, que aparece registrado en la Audiencia de Buenos Aires y que actuaba como escribano del cabildo local en Mendoza.
Por el decreto denominado de “libertad de vientres” de la Asamblea General Constituyente del Año XIII, Lorenzo quedó libre adoptando el apellido de su amo. En 1815, cuando José de San Martín realizó levas para formar un Regimiento de “Cívicos Pardos”, se presentó y fue incorporado a éste como soldado raso en la guarnición que defendía su ciudad natal. Por sus méritos alcanzó, en 1820, el grado de sargento primero y, por su idoneidad en la tarea de instruir y disciplinar a las milicias mendocinas fue promovido al grado de alférez por su superior y comandante en jefe, Bruno Morón.
Su actuación valerosa durante los combates que libraron las tropas mendocinas contra los montoneros acaudillados por José Miguel Carrera, quien deseaba penetrar en Mendoza para pasar a Chile, determinaron otro ascenso en su carrera. Poco después se incorporó como capitán al batallón de Granaderos, compuesto en su totalidad por pardos y morenos.
En 1824, se produjo en Mendoza un movimiento revolucionario contra el gobernador José Albino Gutiérrez, resistido por gran parte de la población. En esta oportunidad, Barcala, que era segundo jefe, destituyó a su superior, partidario del gobernador y se puso al frente del batallón para ayudar al derrocamiento de Gutiérrez. Destituido éste, asumió en forma interina la gobernación el coronel Juan Lavalle, quien estaba de paso rumbo a Buenos Aires. El 4 de julio se nombró titular al gobernador Juan de Dios Correa. Éste organizó una incursión en la vecina provincia de San Juan con el propósito de reponer en el gobierno a Salvador María del Carril, obligado a dejar su cargo ante el ataque de tropas comandadas por Facundo Quiroga. Barcala participó en la victoria de las Leñas el 9 de septiembre de 1825 y del Carril fue restituido en su cargo.
Ya iniciada la guerra contra el Brasil, recibió órdenes de conducir a Buenos Aires tropas reunidas por el gobierno de San Luis. Llegado a la capital, se le ordenó marchar al frente con el cargo de segundo del batallón mandado por el coronel Thompson del Ejército republicano. Actuó en el asalto de Punta del Este y en Maldonado, mereciendo las alabanzas de sus jefes —entre ellos el general José María Paz— por su actuación destacada. Cayó prisionero de las tropas imperiales y fue canjeado en Río de Janeiro cuando finalizó la guerra. Obtuvo por su valor el grado de teniente coronel. Al regresar a Buenos Aires se incorporó a las tropas que Juan Lavalle envió al interior, al mando del general Paz. Después de la victoria de San Roque el 22 de abril de 1829, su superior le encargó la reorganización del batallón de “Cívicos” de la ciudad de Córdoba y sus suburbios, que reunía a los soldados de color y a las clases más desfavorecidas, con el nombre de “Cazadores de la libertad”.
Al frente de este batallón intervino en las batallas de La Tablada (22 y 23 de junio de 1829) y Oncativo o Laguna Larga (25 de febrero de 1830) en las que fue derrotado Facundo Quiroga por las tropas del general Paz. Éste destina a Barcala, nuevamente, a Mendoza para organizar un nuevo batallón, el denominado “Cazadores del Pilar”. Con él interviene bajo las órdenes del general José Videla Castillo en el combate de Rodeo del Chacón (28 de marzo de 1831), siendo derrotado por Quiroga. Logró Barcala desplazarse hasta Córdoba y unirse al ejército de Paz. Cuando éste cayó prisionero, Barcala se puso a las órdenes de Aráoz de Lamadrid que retrocedió hacia Tucumán. Otra vez ataca y vence Quiroga a las tropas unitarias en la Ciudadela y Barcala cae prisionero librándose del fusilamiento por voluntad de Quiroga y aceptando ser su edecán con la condición de ser exceptuado de combatir contra su partido.
En 1835, Juan Manuel de Rosas le pidió a Barcala participar en la Expedición al Desierto, bajo las órdenes del general Ruiz Huidobro. Formó parte del ejército que luchó en el combate de las Acollaradas, el 17 de marzo de 1835. Luego regresó a la provincia de San Juan y participó en una conspiración que buscaba deponer al fraile Félix Aldao, quien se había apoderado de Mendoza. Denunciado por uno de los conspiradores, fue entregado a esa provincia y, después de un juicio sumario, fue fusilado en la plaza principal de la capital mendocina.
Barcala fue un ejemplo de coraje que revirtió su condición de esclavo liberado mediante un desempeño valeroso durante toda su carrera de militar.
Bibl.: V. Cutolo, Escribanos porteños del siglo XVIII, La Plata, Instituto de Historia del Notariado, 1970; V. Cutolo, Nuevo diccionario biográfico argentino, Buenos Aires, Editorial Elche, 1978; T. Halperín Donghi, Revolución y guerra. Formación de una elite dirigente en la Argentina criolla, México, Siglo XXI, 1979; R. Cicerchia, Historia de la vida privada en la Argentina, Buenos Aires, Troquel, 1998; T. Halperín Donghi, De la revolución de independencia a la confederación rosista, Buenos Aires, Paidós, 2000.
María Estela González de Fauve