Llegó al Río de la Plata siendo muy joven. Con motivo de las Invasiones Inglesas al Río de la Plata en 1806 —con sir Home Popham como jefe de las fuerzas navales, David Baird con el mando de las tropas del desembarco y Guillermo Carr Beresford como segundo jefe—, Cerezo tomó parte de las jornadas de la Reconquista. En 1807 cuando las tropas inglesas atacaron nuevamente, actuó como cadete del cuerpo de Artillería de la Unión, resultó baleado en un muslo y fue tomado prisionero. El 18 de febrero del año 1809 por Real Orden fue designado subteniente del Cuerpo de Patriotas de la Unión. Permaneció en este puesto hasta los sucesos revolucionarios de mayo de 1810. El 3 de agosto de ese año fue nombrado teniente de la 6.ª Compañía del Regimiento de Artillería de la Patria. Al año siguiente siguió al general José Rondeau con motivo del sitio a la ciudad de Montevideo, donde se encontraba Elío, quien había llegado con el título de virrey del Río de la Plata conferido por el Consejo de Regencia. En 1813, Cerezo fue promovido a capitán y formó parte de las fuerzas que Manuel Belgrano llevó en su Expedición al Norte, en reemplazo de Juan Martín de Pueyrredón. Intervino en las batallas de Vilcapugio (1 de octubre de 1813) y Ayohuma (14 de noviembre de 1813). Razones de salud lo obligaron a retornar a Buenos Aires y se le concedió el retiro al Cuerpo de Inválidos. Sufrió penurias económicas, en 1815 reclamó al gobierno los meses de renta que se le adeudaban y atendió una pulpería suya para solventar sus gastos. En 1818 solicitó y obtuvo el grado de sargento mayor. Fue el autor de un plan defensivo de la ciudad de Buenos Aires cuando se anunciaba una expedición española de 25.000 efectivos. [...]