Ladrón, Diego. ?, ú. t. s. xv – Castellón, 1552. Caballero, comendador de la Orden de Santiago, lugarteniente de gobernador de la Plana, gentilhombre de la Casa de Aragón del Emperador y de la reina Juana.
Perteneciente a la poderosa familia de la nobleza valenciana de los Ladrón, hijo primogénito de Luis Ladrón (señor de Castalla, paje del Rey Católico) y de Juana de Cardona, Diego se crió en la casa y Corte de Fernando II de Aragón. Muerto el Rey, pasó a Flandes y se puso a disposición del futuro Emperador, a quien sirvió en la revuelta agermanada y en las sublevaciones moriscas de Espadán, la Muela de Cortes y Benaguacil. Estuvo presente en la coronación imperial y también sirvió en los Ejércitos de Carlos V. Fue uno de los caballeros valencianos que en Barcelona se embarcaron con el Emperador para participar en la campaña de Túnez y, asimismo, estuvo presente en la empresa de Argel, en donde salvó al Soberano de una emboscada segura. Sus méritos militares le valieron la castellanía de Oristán y fue nombrado lugarteniente de gobernador de la Plana. En el desempeño de su oficio Diego Ladrón rechazó un desembarco de moros en Oropesa, en el que resultó herido de flecha en un brazo, pero con su política de hechos consumados planteó conflictos de competencia respecto del virrey y del gobernador de Valencia. No fueron escasas las anotaciones de abuso de autoridad, y las denuncias cursadas en ese sentido motivaron al virrey a citarlo ante la Real Audiencia.
Diego Ladrón gozó de la reputación de ser uno de los mejores cortesanos de su época; de hecho aparece reflejado en El cortesano de Luis Milán, como uno de los personajes de la Corte virreinal de Germana de Foix y del duque de Calabria; sin embargo, a raíz de la ejecución de Ramón de Rocafull, señor de Albatera, se enfrentará abiertamente al virrey, arrastrando consigo a una buena parte de la nobleza valenciana, incluido su cuñado Luis Ferrer, lugarteniente de gobernador de Játiva, de manera que el virrey no dudó en calificar a Diego como “prinçipal delinquente, e inventor de todas estas rrebellaçiones y maldades”. Encarcelado en el castillo de Játiva, pudo escapar en junio de 1547 gracias a la complicidad del subalcaide del castillo, Sebastián Gombáu. Diego llegó hasta Alemania para comparecer ante el Emperador, pero éste determinó su confinamiento. Con la mediación de Francisco de Borja, duque de Gandía, todos los implicados en el proceso fueron absueltos en agosto de 1550, pero un mes después, Diego Ladrón sería acuchillado en la cara por Francesc Martí, hijo de uno de los compañeros de prisión. El regente de la lugartenencia sugirió que Diego Ladrón residiese en Castellón, en donde seguramente murió en marzo de 1552.
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Josep Martí Ferrando