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Lorenzo Suárez de Figueroa

Biografía

Suárez de Figueroa, Lorenzo. Conde de Feria (III). Zafra (Badajoz), c. 1495 – 22.VIII.1528. Noble.

Gómez Suárez de Figueroa, II conde de Feria, enviudado de Constanza Osorio, de la que no había tenido descendencia, se desposó en segundas nupcias con María de Toledo, hija de los duques de Alba. El casamiento fue concertado a instancias de los Reyes Católicos (la propia reina Isabel dotó a la novia con 6 millones de maravedís) como forma de recompensar al noble extremeño, que les había prestado una valiosa ayuda durante la guerra de sucesión castellana. El primogénito, Lorenzo, nació entre 1495 y 1496, con mucha probabilidad en Zafra. El matrimonio tuvo otros tres hijos: García de Toledo, María y Elvira. El conde reconocería además a una hija natural, María Manuel.

Lorenzo Suárez era todavía un niño de diez años (1505) cuando heredó un mayorazgo cargado de deudas por los ingentes gastos de su padre en las guerras pasadas. Durante su minoría de edad (1510) la reina Juana ordenó al Consejo que investigase sobre las noticias que llegaban acerca de la mala gobernación del señorío extremeño, la deficiente gestión de su hacienda, y los abusos de justicia contra los vasallos. El III conde sucedía en un estado bastante definido territorialmente.

Para completarlo, dentro de las escasas posibilidades que ofrecía un mapa jurisdiccional muy consolidado ya en la Baja Extremadura, y posiblemente según planes trazados antes en la familia, realizó en 1523 la última ampliación que sufrirá el estado de Feria y única en toda la época moderna: la adquisición de la villa de Salvatierra mediante trueque pactado con Pedro de Solís a cambio de la dehesa de Sagrajas y el pago de 2000 ducados.

Para seguir elevando el estatus de su familia, se casó el 15 de agosto de 1518 con Catalina Fernández de Córdoba, II marquesa de Priego (en una primera unión de ambas casas, que no será la definitiva), con un gran esfuerzo económico para su estado. Concedió en las capitulaciones matrimoniales que su título y apellido quedasen preferidos ante los de la rica casa andaluza.

El interés de muchos altos nobles hacia las nuevas realidades políticas (como revela el análisis de la bien provista biblioteca del III conde de Feria) y su comprensión del apoyo recíproco, que en adelante debía presidir las relaciones entre aristocracia y monarquía, se tradujo en la intensa dedicación del linaje al servicio de la Corona.

Suárez de Figueroa asistió con prontitud y valor a los reyes Juana y Felipe y al emperador en diversas y señaladas ocasiones. Contribuyó así, como toda la alta nobleza, a sofocar el movimiento de las Comunidades de Castilla, manteniendo en orden la santiaguista provincia de León en Extremadura y, sobre todo, apagando los conatos de rebelión iniciados en Córdoba. Su comportamiento en aquella coyuntura tan difícil para Carlos V le valió recibir algunas mercedes que antes había disfrutado en tierras andaluzas su suegro, como la Alcaldía Mayor, una veinticuatría de la ciudad de Córdoba y la tenencia como alcaide del castillo de Antequera, con un situado anexo de 137.193 maravedís anuales. El III conde de Feria gozaba de un acceso fácil al Emperador, al que sirvió como gentilhombre de Cámara y miembro de su Consejo Imperial, encargándose de manera temporal del gobierno de la ciudad de Valladolid. Carlos, un monarca al viejo estilo, amigo de acudir personalmente al campo de batalla, siguió recurriendo al principio medieval del auxilium y solicitó en varias ocasiones la ayuda del marqués-conde. Así por ejemplo, cuando Francia invadió Navarra el Monarca escribió al noble extremeño (Burgos, 18 de febrero de 1528), que no dudó en ir en su ayuda. Poco después acudiría con gente de a caballo para la recuperación de la plaza de Fuenterrabía.

El gran coste económico de la unión con la casa de Priego y los considerables gastos realizados en las acciones reseñadas en apoyo de la Corona le acarrearon al conde unas deudas considerables, pese a lo cual, de los bienes de su mayorazgo sólo vendió la productiva dehesa de Perales, en el término de Mérida. Dicha venta sería impugnada sin embargo por su sucesor, y pasadas unas décadas, dos tercios de la misma revertirían al patrimonio de la casa por sentencia judicial. Si bien no hay datos precisos de esta época, los ingresos del estado de Feria debían rondar entonces los 20.000 ducados. En su corta vida el conde pudo compatibilizar sus ocupaciones políticas con una cierta atención a sus dominios, en los que pasó algunas temporadas.

Siguiendo pautas características de los grandes señores de vasallos, promovió en Zafra algunas fundaciones religiosas (conventos de Santa Marina y de la Cruz) y refrendó las Ordenanzas municipales (1528). Concluyó, asimismo, las obras de fortificación del castillo de Feria, iniciadas por su abuelo.

Prematuramente envejecido y enfermo, quizás a consecuencia de algún mal contraído en las últimas campañas militares, a Suárez de Figueroa le alcanzaba la muerte en Zafra el 22 de agosto de 1528. Ordenaba en su testamento que se le enterrase en el Monasterio de Santa María del Valle de Zafra. Dejaba seis hijos de corta edad: Pedro, el primogénito y sucesor en el mayorazgo; Gómez, que sucedería a su vez en el estado de Feria a su hermano; Juan Matías, llamado “Alonso de Aguilar”, que ocupó el lugar previsto para Gómez en el matrimonio con su sobrina carnal Catalina, siendo por ello III marqués de Priego; Antonio, destacado miembro de la Compañía de Jesús, rector de la Universidad de Salamanca; Lorenzo, fraile dominico, obispo de Sigüenza (a ambos clérigos les dedicará Fray Luis de Granada su Libro de la oración), y María, que casó con el II duque de Arcos. En su testamento el conde instaba a su viuda para que el sucesor en el mayorazgo se criara durante su minoría de edad con sus hermanos en las villas de su estado de Feria, “porquesto es lo que más conviene a esta tierra”. Sin duda, el III conde de Feria tenía la preocupación de que, ahora que el linaje se unía a la andaluza casa de Priego, el patrimonio situado en Extremadura fuese postergado.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Ducal de Medinaceli, Archivo Histórico, legs. 99 y 101, cajas 3 y 4; Feria, legs. 3 y 57; Priego, leg. 3; Archivo Histórico Nacional, Nobleza, Frías, leg.

12573; Biblioteca del Centro de Estudios Extremeños (Badajoz), Ordenanzas de Zafra, 1528, ms. 2.412, r. 78; Real Academia de la Historia, Colección. Salazar, t. D-31.

P. de Ribadeneyra, Vida del P. S. Ignacio de Loyola, fundador de la religión de la Compañía de Jesús, y de los padres Maestro Diego Laynez, y Francisco de Borja, segundo y tercero Prepósito General de la misma Compañía. En las quales se contiene su fundación, progresso, y aumento hasta el año de 1572, Madrid, Imp. Pedro Madrigal, 1594 (Madrid, La Editorial Católica Sáez, 1945); J. Martínez de Rozas y Velasco, Compendio Historial de las Casas de Córdoba y Aguilar (en Biblioteca Nacional de España, 1633, ms. K-144); F. Fernández de Bethencourt, Historia genealógica y heráldica de la Monarquía española, Casa Real y Grandes de España, vol. VI, Madrid, Enrique Teodoro, 1877-1920; J. de Ávila, Obras Completas, ed. crítica e introd. de L. Sala Balust, vol. II, Madrid, La Editorial Católica Sáez, 1952-1953; A. de Figueroa y Melgar, Estudio histórico de algunas familias españolas, vol. I, Madrid, Dauzon & Fry, 1965; “Los Suárez de Figueroa de Feria y Zafra”, en Revista de Estudios Extremeños, XXX, III (1974), págs. 493-524; F. Mazo Romero, El condado de Feria (1394-1505). Contribución al estudio del proceso señorializador en Extremadura durante la Baja Edad Media, Badajoz, Institución Cultural Pedro de Valencia, 1980; A. Sánchez González, Linajes y Estados de la Casa de Medinaceli. Estructura de su Memoria Archivística (tesis doctoral), Sevilla, Universidad, 1989, 6 vols. (inéd.); J. M. Valencia Rodríguez, “La Biblioteca de Lorenzo Suárez de Figueroa, III conde de Feria (1528)”, en Congreso Conmemorativo del VI Centenario del Señorío de Feria (1394-1994), Ponencias y Comunicaciones, Badajoz, Regional de Extremadura, 1996, págs. 283-304; Señores de la tierra: Patrimonio y rentas de la Casa de Feria (siglos xvi y xvii), Cáceres, Regional de Extremadura, 2000; “Endogamia nobiliaria: la difícil unión de las Casas de Priego y Feria”, en Anuario de Investigaciones de “Hespérides”, VII, (2001), págs. 85-100; J. C. Rubio Masa, El mecenazgo artístico de la Casa Ducal de Feria, Badajoz, Regional de Extremadura, 2001.

 

Juan M. Valencia Rodríguez