Fernández Mejía, García. ?, p. m. s. xiv – ?, 21.IX.1387. Trigesimosegundo maestre de la Orden de Santiago.
Probablemente fue sobrino del maestre santiaguista Fernando Osórez y primo de Lorenzo Suárez de Figueroa, que le sucedió al frente del maestrazgo. Estuvo casado con María Ramírez de Guzmán, y su hijo, García Fernández de Villagarcía, también freire santiaguista, llegaría a ser comendador mayor de Castilla.
Esta última dignidad es la que disfrutaba García Fernández Mejía desde los días del gobierno maestral de Fernando Osórez, y en calidad de tal sirvió con eficacia en la guerra que Juan I sostuvo contra el maestre Juan de Avis entre 1383 y 1385 por la posesión del trono portugués. Fue precisamente a los pocos días de la derrota de Aljubarrota cuando murió en enfrentamiento bélico con los portugueses el maestre Pedro Muñiz Godoy, y a él sucedió poco después, en octubre de 1385, García Fernández Mejía como trigesimosegundo titular de la Orden.
Su gobierno fue breve, de apenas dos años de duración, y nada destacable ha llegado de él, a no ser algunas operaciones de enajenación, canónicamente discutibles y personalmente beneficiosas, que afectaron al patrimonio de la Orden. Fue el caso, en 1386, de la entrega por parte de la Orden al rey Juan I de Villagarcía de Campos, a cambio de un juro de heredad por valor de 10.000 maravedís, situado en la capitación de los judíos de Uclés y en las salinas de Belinchón. Pues bien, aquel mismo año Villagarcía era entregada por el Rey al maestre de Santiago como bien patrimonial constituido en mayorazgo y que, en consecuencia, heredó su hijo, el comendador mayor García Fernández de Villagarcía. Se produjeron algunas otras enajenaciones en el señorío de la Orden, como la del castillo y villa de Monreal a cambio de otro juro de heredad satisfecho por Juan de Aponte en la capitación de los judíos de Ocaña, y la de ciertas heredades en Fuente de Cantos y Montemolín, en este caso a favor de un primo del maestre llamado Sancho Fernández Mejía. En alguno de estos supuestos, en concreto en la llamativa enajenación de Villagarcía, hubo intervención papal destinada a clarificar las circunstancias de la operación, y más tarde alguno de los maestres “reformadores” del siglo xv hizo lo posible por restablecer el patrimonio de la Orden en relación con esta escandalosa permuta.
Bibl.: F. de Rades y Andrada, Chronica de las Tres Ordenes y Cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara, Toledo, Juan de Ayala, 1572 (ed. facs. Barcelona, 1980), Chronica de Sanctiago, fol. 53v.; A. F. Aguado de Córdova, A. A. Alemán y Rosales y J. López Agurleta, Bullarium Equestris Ordinis S.Iacobi de Spatha, Madrid, Ex Typ. Ioannis de Aritzia, 1719 (Series Magistrorum Ordinis Militiae Sancti Iacobi y págs. 352- 355); C. Gutiérrez del Arroyo, Privilegios reales de la Orden de Santiago en la Edad Media. Catálogo de la serie existente en el Archivo Histórico Nacional, Madrid, Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos-Archivo Histórico Nacional, 1946, págs. 332-333; P. de Orozco y J. de la Parra, Comendadores de la Orden de Santiago [Primera] Historia de la Orden de Santiago. Manuscrito del siglo xv, de la Real Academia de la Historia, pról. de D. de Angulo, introd., transc., notas y apéndice del Marqués de Siete Iglesias, Badajoz, Diputación Provincial, 1978, págs. 381-382; L. Suárez Fernández, Historia del reinado de Juan I de Castilla, t. I, Madrid, Universidad Autónoma, 1982, pág. 235; C. de Ayala Martínez, Las órdenes militares hispánicas en la Edad Media (siglos xii-xv), Madrid, Marcial Pons, 2003, pág. 505.
Carlos de Ayala Martínez
