Bernaldo (o Bernardo) de Quirós, Gonzalo. Señor de Valdecarzana. Asturias, c. 1326 – Oviedo, 1375. Noble, caballero, franciscano (OFM).
Considerado por los genealogistas cabeza y principal miembro de un linaje que no contó posteriormente con personajes destacados, fue vasallo simultáneamente de Enrique de Trastámara y del obispo de Oviedo. Su biografía corre paralela a los principales sucesos de la época, constituyendo uno de los mejores ejemplos de la nobleza que acompañara al futuro Enrique II. Gonzalo Bernaldo procedía de una familia en claro proceso de ascenso y consolidación en la zona asturiana ya desde principios del siglo xiv. Su padre, Gutierre González de Quirós, recibió, en 1314, una encomienda del obispo de Oviedo; en 1325 contrajo matrimonio con María Cifuentes, y en 1344 fue nombrado caballero de la Orden de la Banda por Alfonso XI. Noreña, el principal señorío de la zona, estaba por entonces en manos de Rodrigo Álvarez de las Asturias, cuyo alférez y apoderado testamentario era otro González de Quirós, de nombre Lope y probablemente hermano de Gutierre. Enrique de Trastámara heredó el señorío de Noreña y en 1351 lo visitó por vez primera, confirmando la donación de Villoria que el anterior señor hiciera a Gutierre González.
Los vínculos de vasallaje, con el Trastámara y con el obispado, pasaron de padre a hijo condicionando las acciones de Gonzalo Bernaldo, pues reinando o no Pedro I sus posesiones dependían de aquellos que se las habían concedido. Ello explica la constante fidelidad a Enrique, con quien, además, probablemente se había criado. Junto al Trastámara aparece en todo momento durante el reinado de Pedro I: en el encuentro de Cigales de 1353, entregado como rehén, y en el de Tejadillo, defendiendo la causa de doña Blanca; compartiendo el exilio en Francia y Aragón, y combatiendo a su lado y alineado con los caballeros de la Banda en la batalla de Nájera. Al mismo tiempo respetaba su vasallaje con el obispado, pues en 1348 había sido nombrado encomendero mayor de la catedral de Oviedo; esto es, representante del obispo en toda acción militar, responsable de llevar su pendón, dirigir sus tropas y defender su causa. En relación con este vínculo se le concedió, en 1354, la abadía de San Antolín.
Tras la muerte de Pedro I, en Asturias continuaron las luchas entre los dos bandos, y Bernaldo de Quirós recibió la tenencia de la ciudad de Oviedo, quedando encargado de custodiarla para, una vez pacificada la zona, entregársela al Rey. Como recompensa por los servicios prestados, Enrique le hizo donación en 1372 del señorío de Valdecarza. Ese mismo año, a 28 de enero, el obispo le encomendaba varios concejos, entre ellos el de Quirós, que ya tuviera su padre. Vinculado al convento de san Francisco de Oviedo, allí se retiró, tomó el hábito de fraile y murió en torno a 1375. Dejaba dos hijos, Gutierre y Lope, el primero de los cuales murió en 1385 combatiendo junto a Juan I en la batalla de Aljubarrota, cuando llevaba en sus manos el pendón de Castilla.
Los restos mortales de Gonzalo Bernaldo de Quirós, así como los de otros miembros de su linaje, reposaron durante muchos años en el desaparecido convento de san Francisco. En el siglo xix, el edificio conservaba aún dos epitafios dedicados a este personaje.
En ambos casos se subrayaba su estrecha relación con Enrique II. Su tumba se encuentra hoy en el Museo Arqueológico de Oviedo.
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Covadonga Valdaliso Casanova
