Vidal y de Nin, Tomás de. Tarragona, 1669 – Mesina (Italia), 29.VI.1743. Monje cisterciense (OCist.), abad de Santes Creus (Tarragona), catedrático, teólogo, arzobispo de Mesina (Italia), exegeta.
Sus padres fueron Diego de Vidal e Ignacia de Nin, de ilustre prosapia. Ingresó a los dieciséis años en Santes Creus. Al llegar a los treinta, se hallaba ya preparado para regentar la Cátedra de Teología en la Universidad de Tarragona, a la que se unió en 1703 la de Sagrada Escritura en la seo de la misma ciudad. Dos años más tarde era promovido a la sede abacial de su propio monasterio. Su gobierno se caracterizó por una paternidad comprensiva y amplia para con sus súbditos en unos tiempos no poco difíciles a causa de la Guerra de Sucesión. Se preocupó tanto de mantener incólume la observancia de los monjes como de favorecer cuanto estaba en su mano a los vasallos dependientes del monasterio. Al terminar el cuatrienio en 1708 parece que quedó en el monasterio desarrollando distintos trabajos, hasta 1714, año en que se vio precisado a viajar a Roma a resolver ciertos asuntos delicados, aunque también se apunta la idea de que pudo ser para ponerse a salvo de represalias que podía tomar Felipe V contra él a causa de su posición francamente austrófila.
En Roma permaneció varios años hasta que en 1730 quedó sorprendido al verse promovido por Clemente XII al arzobispado de Mesina, a sugerencia del emperador de Austria. Consagrado en la iglesia de San Bernardo ad Termas por el cardenal español Cienfuegos el 21 de septiembre, hizo su ingreso en la diócesis el 26 de diciembre del mismo año. La nueva dignidad no le sirvió para olvidar las observancias monásticas que había profesado como monje, antes hizo todo lo posible para vivir en el mundo el ideal contemplativo. Es más, trató de que su palacio más pareciera un monasterio que una casa-palacio señorial.
Una de sus primeras medidas fue seguir de cerca el orden en que él se había educado. Aspiraba a dar un ejemplo edificante de gobierno en casa, para luego emprender la reforma de costumbres en los demás organismos del pueblo.
En el año 1743 un contagio pestilencial invadió fuertemente la ciudad de Mesina. Pocos hogares se libraron del contagio, contándose centenares de muertos. En las calles aparecían hacinados montones de cadáveres. El prelado se lanzó a la calle para llevar el consuelo a los afligidos y los auxilios espirituales a los moribundos.
Finalmente, murió el 29 de junio del mismo año 1743. El sucesor suyo en la sede mandó construir un magnífico mausoleo componiendo él mismo el siguiente epitafio: “Aquí yace el ilustrísimo y reverendísimo señor don Fray Tomás de Vidal y de Nin, arzobispo de Mesina, el cual tuvo a un mismo tiempo un corazón mansueto y justo. Vivo fue el amor de la ciudad de Mesina, muerto fue el dolor de los Mesinenses. Y vivo y muerto el exemplar y prodigio de prelados”.
Bibl.: P. Mártir Anglés, Breve historia y narración de la vida de [...] Fray Tomás de Vidal y de Nin, Barcelona, 1749; J. Palomer, Siluetes de Santes Creus, Barcelona, 1927; S. Capdevila, Les antigües instituciones escolars de Tarragona, vol. III, Barcelona, 1928; T. Caldevila, El monasterio de Santes Creus, Tarragona, 1935, pág. 42; E. Fort Cogull, Noticias sobre Fr. Tomás de Vidal y de Nin, abad de Santes Creus, Santes Creus, 1956; D. Yáñez Neira, “Vidal y de Nin, Tomás de”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, Suplemento I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas - Instituto Enrique Flórez, 1987, págs. 699-700.
Damián Yáñez Neira, OCSO
