García, Miguel. Arroyo de Valdivieso (Burgos), c. 1580 – ?, p. m. s. XVII. Pintor y dorador.
Aunque burgalés, Miguel García desarrolló su actividad como pintor en la ciudad de Huesca y sus alrededores. Aunque se conocen pocos datos, se sabe que se formó junto al también pintor Francisco Ruiz en el taller de los Jalón.
La primera referencia conocida data de 1600, año en el que aparece junto a Francisco Ruiz para asistir el taller de Nicolás Jalón, miembro destacado de una de las familias de pintores más importantes de Huesca.
En 1602 contrató, de nuevo junto a Francisco Ruiz, la pintura de la peana de la imagen de san Orencio de la iglesia de San Lorenzo. No se ha conservado dicha peana, pues la iglesia de San Lorenzo sufrió una completa remodelación a partir de 1607.
De 1603 data un interesante testamento en el que Miguel García declara estar enfermo. Gracias a él se sabe que procedía de Arroyo de Valdivieso y que se casó con Casilda de la Isla. No hay constancia de descendencia, pero curiosamente entre los beneficiarios aparece una vez más Francisco Ruiz.
Debió de reponerse pronto de su enfermedad, ya que en 1604 hay constancia de que residió en Benasque (Huesca). A partir de entonces hay un vacío documental hasta 1625, año en el que declaró residir en Barbastro (Huesca). Desde allí contrató el dorado y estofado del retablo de la capilla del Santo Cristo de la catedral oscense, obra del entallador Pedro de Ruesta.
Debió de morir años después, aunque se desconoce la fecha exacta. Si se tiene en cuenta que en 1600 colaboraba en el taller de los Jalón, habría que suponer que su nacimiento debió de acaecer en torno a 1580.
Obras de ~: Pintura de la peana de San Orencio, iglesia de San Lorenzo, Huesca, 1602; Dorado y estofado del retablo del Santo Cristo, catedral, Huesca, 1625.
Bibl.: F. Balaguer Sánchez, “Noticias inéditas sobre la capilla del Santo Cristo de los Milagros”, en Milicias de Cristo (Huesca), 121 (1960), 2.ª época; M. J. Pallarés Ferrer, La pintura en Huesca durante el siglo XVII, Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2001, págs. 129-130.
Ángel Rodríguez Rebollo
