Acero de la Cruz, Antonio. Santa Fe de Bogotá (Colombia), c. 1590 – c. 1671. Pintor.
Sus padres fueron Alonso Acero, artesano, natural de Zamora, y Gerónima Gutiérrez. Es el primer pintor nacido en Santafé, capital del Nuevo Reyno de Granada. No se sabe quién o quiénes fueron sus maestros.
En 1626 contrajo matrimonio con Lorenza de Céspedes y estableció su propio taller en el Barrio de Las Nieves, que era el de los artesanos. En él colaboraron tanto sus hijos como dos de sus hermanos, llamados Bernardo y Jerónimo Simón, quienes se distinguieron por ser sus alumnos más destacados. Jerónimo Simón adoptó posteriormente el apellido de su abuela López y por ello es conocido en la historia del arte colombiano como Jerónimo Simón López.
Perteneció a distintas cofradías, a través de las cuales tomó parte muy activa en el sostenimiento del culto en la iglesia de Las Nieves, su parroquia. En el año 1633, decoró el túmulo funerario de la capilla ardiente del arzobispo de Bogotá, Bernardino de Almansa. Pintó la puerta de la capilla y la adornó con varios jeroglíficos y algunos versos. Escribió un soneto en alabanza a la obra de Pedro Solís de Valenzuela, autor del Epítome de la vida y muerte del ilustrísimo señor don Bernardino de Almansa publicado en Madrid en 1647 y de El Desierto Prodigioso o El Prodigio del Desierto (1650), obra literaria considerada como la primera novela hispanoamericana, en la que el autor hace varias menciones al personaje “Antonio”, quien es el mismo pintor Acero de la Cruz de quien allí también se consignan noticias y sonetos.
Para el convento de San Diego pintó una Inmaculada Concepción y por encargo del bachiller Juan Cotrina Valero, párroco de Las Aguas de Santafé, en el año de 1646, realizó el cuadro de Nuestra Señora del Rosario.
Antonio Acero de la Cruz trabajó para varios templos de Tunja, provincia del Virreinato. Elaboró una copia del cuadro original de Nuestra Señora de Chiquinquirá para los Dominicos de esta población en la cual dejó la siguiente inscripción: “Antonio Acero de la Cruz la hizo y la vio a maior gloria de Dios. Año de 1643”.
Es el autor del cuadro titulado Santo Domingo en la Batalla de Monforte, conocido también como Santo Domingo predicando y el milagro de las flechas porque en él se relata cómo en dicha batalla se apareció el santo y con un crucifijo en la mano detuvo las flechas con que lo atacaban los albigenses. Esta obra fue hecha en el año de 1651, por encargo de don Antonio de Vergara y Ascárate y se conserva hoy en el Museo de Arte Colonial de Bogotá.
Para la parroquia de Las Nieves dejó un retablo del Nacimiento que lleva la siguiente leyenda: “Pintose este tabernáculo por arte y dibujo de Antonio Azero, siendo cura el Señor Dr. Jacinto Solanilla y mayordomo Juan de Pineda, Año de 1657”. En ese mismo año, pintó los cuadros de San Francisco de Asís y de Nuestra Señora de Chiquinquirá de la iglesia de Fúquene por encargo de su cuñado don Diego Clemente de Céspedes, regidor por entonces de la doctrina de este pueblo. Otras obras de su autoría son: la Inmaculada Concepción, para los templos de San Diego, Santa Bárbara, San Francisco y el Hospital de San Juan de Dios. En esta última la acompañan San Ignacio y San Francisco Javier. La Adoración de los pastores, de colección privada, San José con el Niño Jesús para el templo de Monguí, firmado, y el Retrato del Obispo Pedro Ordóñez y Flóres que se encuentra en la catedral de Villa de Leyva. El último de sus cuadros firmados que se conoce, un San Joaquín con la Niña María, lleva la fecha de 1671.
Aunque algunos autores le han calificado de “primitivo”, la obra de este artista denota conocimientos sobre la pintura clásica. Son notorias las influencias de la pintura italiana del siglo xvl, particularmente por el vigor que da a los cuerpos.
Recibió probablemente enseñanzas de los pintores italianos que vinieron a comienzos de la colonia a Santafé y a Tunja. Además, como ocurrió con los demás artistas coloniales, su pintura se inspiró en los numerosos grabados flamencos que circularon desde muy temprano por los talleres. Sin embargo no podría decirse que tan sólo copiaba los modelos extranjeros, pues revela su aporte personal en la ejecución de los retratos.
Obras de ~: Inmaculada Concepción, Templo de San Francisco, Bogotá, s. f.; Nuestra Señora de Monserrate, Templo de Santa Bárbara, Bogotá, s. f.; Inmaculada Concepción, Templo de Santa Bárbara, Bogotá, s. f.; Nuestra Señora de Chiquinquirá, Templo de Las Aguas, Bogotá, 1643, Nuestra Señora del Rosario, Bogotá, Templo de Las Aguas, 1646, y Cuadro de Las Ánimas, Templo de Las Aguas, Bogotá, s. f.; Santo Domingo en la Batalla de Monforte, Bogotá, Museo de Arte Colonial, 1651.
Bibl.: L. M. Girón, “Antonio Acero de la Cruz: Pintor santafereño del siglo xvii”, en Colombia Ilustrada, 3, año I, 15 de mayo de 1889, págs. 51-54; J. M. Groot, Historia Eclesiástica y Civil de la Nueva Granada, t. I, Bogotá, Casa editorial de M.
Rivas, 1889, cap. 15; G. Hernández de Alba, Teatro del Arte Colonial, Bogotá, Litografía Colombiana, 1938, pág. 18; M. Fajardo de Rueda, “La pintura Santafereña del siglo xvii y comienzos del xviii a través de una selección de obras restauradas”, en Revelaciones Pintores de Santafé en tiempos de la Colonia, Bogotá, Museo de Arte Religioso Banco de la República, 1989; H. H. Schenone, Iconografía del arte colonial, Los Santos, vol. 1, Buenos Aires, Fundación Tarea, 1992, pág. 270.
Marta Fajardo de Rueda