Bartruille, Bernardo. Galicia, 1751 – Carmen de Patagones, Río Negro (Argentina), 8.X.1840. Comerciante, poblador.
Viajó a Hispanoamérica y se instaló en la provincia de Río Negro, por entonces línea fronteriza con las poblaciones indígenas en el hemisferio sur. Fundó con unas pocas familias el paraje de Carmen de Patagones.
Avecindado desde 1760 en la frontera más austral de los dominios españoles en América, fue engañado por las promesas realizadas desde la Península, le habían costeado el viaje y otorgado alimentos para poblar esas tierras recónditas. Bartruille padeció lo indecible, pues aquellos primeros pobladores quedaron librados a su propia suerte. Hombre de trabajo, logró con sus actividades comerciales una regular fortuna.
Caída la plaza de Montevideo en 1814, la dominación española en El Carmen también había cesado, porque Francisco Vera, designado comandante de Patagones por el director supremo del Río de la Plata, arribó al frente de una escuadrilla cuya presencia fue suficiente para que los amotinados se rindieran y aquél pudiera tomar posesión del fuerte sin resistencia.
Bartruille era teniente de milicias y había apoyado el motín, por lo que fue perseguido, fue arrestado y remitido a Buenos Aires, acusado de participar en una conspiración; su casa fue saqueada y demolida. Luego se demostró que la conjura no había existido, y que todo lo había fraguado Vera, quien fue destituido por su indeseable conducta. Bernardo Bartruille juró fidelidad a la Revolución de Mayo de 1810 y abrazó con pasión la causa patriota e independentista.
Se dedicó a las obras pías, mas salió de su retiro voluntario obligado por las circunstancias. El 7 de octubre de 1838, con motivo del triunfo de las tropas federales fieles al gobernador Juan Manuel de Rosas, debía celebrarse un tedeum. El cura vicario Pedro Luque ofició una misa ordinaria que fue reprobada por los rosistas; entonces lo reemplazó por Bartruille, quien atendió la iglesia con gran dedicación y fidelidad al régimen imperante durante un año, hasta la tarde de su muerte. Su desaparición llenó de congoja al vecindario y sus restos, luego de solemnes exequias, fueron sepultados bajo la nave de la iglesia a la que había dedicado sus afanes y la mayor parte de sus bienes.
No olvidó a los pobres y en su testamento legó una casa para fundar una escuela de niños. Con su dinero se construyó años después la actual iglesia de Carmen de Patagones, en el lugar donde estaba situado el Fuerte.
Bibl.: V. O. Cutolo, Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, t. I, Buenos Aires, Elche, 1968, págs. 346-347; E. A. Sánchez Ceschi, Crónica histórica de Carmen de Patagones entre los años 1852-1855, Buenos Aires, Elche, 1938, págs. 36-53.
Sandra Fabiana Olivero