Van der Borcht, Sebastián. Bruselas (Bélgica), c. 1725 – Madrid, c. 1787. Militar, coronel del Ejército, ingeniero en segunda y arquitecto.
Posiblemente era hijo del ingeniero Van der Borcht que estuvo a las órdenes de Verboom en Lovaina cuando este pasó a esa plaza a finales de 1705, en el marco de la Guerra de Sucesión española.
Es poco conocida la actividad que Sebastián Van der Borcht desarrolló a lo largo de su vida profesional, destacando, respecto a sus aptitudes, la arquitectura. En el comentario a una solicitud del citado ingeniero se anotó: “No tiene mérito de guerra”. Respecto a su recorrido profesional se decía: “empezó a servir de Ingeniero Delineador el año 45; siguió sus ascensos regulares en el mismo Cuerpo, estuvo en varios destinos dentro de España”. Prácticamente, las noticias se reducen a los trabajos que realizó durante su estancia en Sevilla, dada la importancia que adquirieron sus proyectos y obras en la ciudad, especialmente en la Fábrica de Tabacos de la ciudad. Buen dibujante, conocedor de la arquitectura, trató de hacer una obra palacial, que admirase por su atrevimiento, grandiosidad y monumentalidad; de ahí, su afán de hacer grandes bóvedas lo más rebajadas posible, como las del vestíbulo y escalera, y la plana del gran salón que tuvo que sustituir por una esquifada. Fue un artista de la construcción, la Fábrica de Tabacos de Sevilla le debe mucho a su dirección.
Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros como ingeniero delineador y grado de subteniente, con fecha 7 de marzo de 1745. Aunque se desconoce dónde o con quién realizó sus estudios, debía de ser muy buen dibujante, pues, por una R. O. de 20 de noviembre del mismo año, se le destinó a formar parte del séquito del ingeniero general.
En la promoción ordinaria de fecha de 18 de agosto de 1749, ascendió a teniente e ingeniero extraordinario. En esa época era habilitado de los Ingenieros de la Dirección de Andalucía, y solicitó “que, sin dejar la habilitación, sin salir del Cuerpo y sin percibir otro sueldo que el que ya disfrutaba, se le nombrara Capitán del Puerto y Rio de Sevilla, dándole el grado de Capitán para mayor autoridad”. No parece que se accediera a ello, ya que un año después estaba en Sevilla, dirigiendo la obra más importante de su vida. Por Real Orden de 9 de agosto de 1750 se le encargó el proyecto de la parte que faltaba del edificio principal de la Fábrica de Tabacos y demás obras complementarias, proyecto que dirigió hasta el 1 de julio de 1766. Le correspondía la construcción del núcleo fundamental del edificio y lo más representativo, como es la crujía de la fachada principal, los patios, las galerías, gran parte del foso y los dos pequeños edificios que flanquean la fachada principal: la capilla y la cárcel.
La ausencia casi total de adornos en los alzados del edificio y en su interior encaja la obra en una línea que, pocos años después, contaría con el apoyo de la oficialidad académica madrileña. En la fachada principal con la gran portada de dos cuerpos y amplio balcón, Borcht sigue los modelos de la arquitectura palaciega europea de la época y del que la Corte española dotó a Madrid y sus alrededores de ejemplares magníficos, pudiéndose considerarle como el representante en Sevilla de las normas que los arquitectos reales como Ardemans, Juvara o Sachetti divulgaron con sus obras madrileñas.
En 1753 era promovido a ingeniero ordinario con el grado de capitán, continuando con la construcción de la citada fábrica, para la que realizaba nuevos proyectos de detalles de la obra (la capilla y la cárcel), así como de sus exteriores: viviendas de la calle de San Carlos (colindante por uno de sus lados con la fábrica) y del foso circundante. Entre los años 1757 y 1760 recibió aumentos en su sueldo por lo satisfecho que estaba el rey con sus trabajos en la Fábrica de Sevilla, y eso debió inducirle a solicitar en el año 1760 “ser ascendido a Ingeniero en Segundo por sus méritos en la construcción de la Fábrica de Tabacos de Sevilla”. Se accedió a ello y se le extendió Real Despacho de teniente coronel de Infantería e ingeniero en segundo con fecha 5 de abril de 1760, con el consiguiente aumento de sus retribuciones. Además, se le asignó un ingeniero sustituto, Miguel Sánchez Taramas, tras la muerte de José de Barnola en 1756.
Además de esa monumental obra, realizó en Sevilla otros trabajos de importancia, como la reparación de la linterna correspondiente a la cúpula de la Capilla Real, un plano de la Casa de las Dueñas, la restauración de los Reales Alcázares de Sevilla, plano del Hospital de la Sangre, el diseño de la reja de la Capilla Real, la finalización de la portada clásica de la Casa de la Moneda de la ciudad, el palco real de la plaza de Toros de la Maestranza y la restauración de la Torre del Oro.
Como reconocimiento a su labor facultativa, ingresó en 1758 en la Academia de las Buenas Letras de Sevilla, donde leyó una “Disertación sobre las Matemáticas y su utilidad”, y en 1761 en la Real Sociedad de Medicina y otras Ciencias, donde leyó su trabajo “Sobre los minerales y piedras de España y lo útil de su Historia”.
Con fecha de 1 de julio de 1766 se disponía el cese en su cargo de director de las obras de la Fábrica de Tabacos de Sevilla y su pase a las órdenes del ingeniero director de Andalucía, con destino a El Puerto de Santa María, probablemente a alguna obra de fortificación. El cese violento de Van der Borcht en la dirección de las obras de la Real Fábrica, dispuesto por el nuevo ministro de Hacienda, Múzquiz, fue debido sin duda a la caída en desgracia del primer ministro Esquilache en 1766, con quien Van der Borcht debía tener buena amistad: “A los tres meses de faltar el expresado Marqués [se refiere a Esquilache] y en primero de julio de 1766, le despidió el Sr. D. Miguel de Muzquiz con la seca expresión de que no le necesitaba […] después de haber dirigido tanto tiempo las obras de la referida Fábrica desde su erección el año 1750”.
Dos años después (1768) estaba en la situación de retirado en Sevilla y pedía que se le aumentase el efectivo de 600 reales que tenía, añadiendo “que estaba escribiendo y tenía ya casi concluido un tratado de Fortificación según el método del Mariscal Vauban con un completo [sic] de campamentos de Ejercito, sus marchas, formaciones de batalla, trincheras, prevenciones de guerra y demás reflexiones del arte militar, todo en idioma castellano con sus Mapas”. Se le concedió un aumento y, al parecer, se le sacó de su situación de retirado, siendo promovido, más tarde, a coronel.
El 11 de diciembre de 1787 se dirigía al rey pidiéndole auxilio económico para publicar la obra en tres tomos, cuyo prólogo presenta impreso, y cuyo título dice así: “Prólogo a los tres tomos, que contienen los siete libros del tratado general de la guerra que ha compuesto el Coronel de Infantería e Ingeniero Don Sebastián Van der Borcht, agregado a la Plaza de Madrid, Imprenta Real, 1787”. El 27 de diciembre del mismo año, se le denegó todo auxilio, siendo esta la última noticia que se tiene de este ingeniero que, en dicha fecha, contaría con más de 60 años.
Obras de ~: Arte General de la Guerra que contiene la fortificación interior y exterior de plaza y de campaña, Madrid, Imprenta Real, 1787.
Fuentes y Bibl.: Archivo General de Simancas (AGS), Exps. Personales.
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Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño
