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Joaquín Casaviella y Caballero

Biografía

Casaviella y Caballero, Joaquín. Tortosa (Tarragona), 28.II.1728 – Tolosa (Guipúzcoa), 7.VIII.1794. Militar, teniente general e ingeniero director.

Ingresó el 1 de septiembre de 1746 como cadete del Real Cuerpo de Guardias de Corps, en la compañía flamenca, estudiando más tarde las matemáticas en la Academia establecida en el cuartel del Conde-Duque de Madrid, con el prestigioso profesor Pedro Padilla. Después de superar los preceptivos exámenes ingresaba en el Cuerpo de Ingenieros como teniente de Infantería e ingeniero extraordinario el 8 de julio de 1753.

En diciembre de 1753 era destinado a las obras de construcción del Canal de Campos, bajo las órdenes del director de las mismas, el ingeniero Carlos Lemaur, y, posteriormente, bajo la dirección del capitán de navío Antonio de Ulloa, que le encargaba el desvío de tierras, la construcción de diques, nivelaciones y planos del proyecto del citado canal. Por falta de salud se vio obligado a solicitar una real licencia, que le fue concedida en enero de 1758. Restablecido de sus dolencias, y habiendo ascendido a ingeniero ordinario el 22 de julio de 1760, regresó a su destino, en el que permaneció hasta el 19 de febrero de 1762, encargado del detall de todas las obras. Más tarde, trabajó en las comandancias del Cuerpo de Extremadura, Galicia, Castilla y Guipúzcoa.

Con ocasión de un nuevo conflicto con Inglaterra (1762), en el marco de la “Guerra de los siete años”, se integraba en el ejército de operaciones encargado de invadir Portugal, bajo el mando del marqués de Sarriá. Fue encargado de dirigir los trabajos de sitio en el ataque de la plaza de Miranda. Verificó, bajo el fuego de esta, los reconocimientos necesarios, pero habiéndose volado uno de sus polvorines, el gobernador la rindió inmediatamente. Contribuyó poco después a la sorpresa de Navadavel, también se distinguió al frente de una brigada de gastadores en el sitio de Almeida, practicando hasta once reconocimientos bajo el fuego enemigo, levantando el croquis de los tres fuertes de la plaza y dirigiendo la zapa hasta su rendición. También se encargó de dirigir la sorpresa de Campo Mayor, pero, cuando se disponía a verificarla, los portugueses pidieron suspensión de hostilidades, firmándose el armisticio en 26 de septiembre siguiéndole la paz a poco tiempo.

Como recompensa a sus distinguidos servicios en la citada guerra, fue ascendido a teniente coronel del Ejército e ingeniero en segunda el 19 de marzo de 1763, siendo destinado a Cataluña. En el Principado inicialmente se encargó de las obras de fortificación de Tortosa bajo la dirección del ingeniero Pedro Martín Zermeño, realizando, además, la construcción de acequias para desagüe y riego en la zona. Posteriormente trabajaba en Tarragona, para encargarse igualmente de sus defensas, en la construcción de la Universidad de Cervera y en los acuartelamientos de Reus, Valls, Villafranca del Penedés y de Villanueva y Geltrú.

En 1764 estaba al frente de las obras del fuerte de la Concepción, cercano a Ciudad Rodrigo en la frontera con Portugal, fuerte que dejaba en estado de defensa en julio de ese mismo año para pasar a la plaza de Alhucemas, amenazada por los “moros”, donde trabajó en sus fortificaciones. Al ser relevado y cuando volvía a la Península el 22 de agosto del citado año, su barco fue atacado por una saetía de 20 cañones y un jabeque de 18, ambos argelinos. Apresado después de una tenaz resistencia de cuatro horas y de haber agotado todas sus municiones en la heroica defensa que hizo con 15 artilleros que pasaban a Málaga en el mismo buque, Casaviella fue reducido a la condición de esclavo, permaneciendo en Argel en tal condición, hasta que, en marzo de 1779, su esposa (con ayuda de aportaciones de sus compañeros del Cuerpo) lograba reunir la enorme suma de 22.078 pesos en que se había tasado su rescate. El rey, en reconocimiento a sus méritos, le concedía el hábito de caballero de Santiago. Había sido ascendido a ingeniero en jefe y grado de coronel el 11 de noviembre de 1776 (los oficiales de Ingenieros podían ascender en dos escalas distintas: una, la del Ejército, por elección, y otra, en el Cuerpo, por antigüedad).

Rotas de nuevo las hostilidades con la Gran Bretaña, en 1779 fue destinado al bloqueo de Gibraltar, donde realizaba diversas y meritorias acciones que le valieron el ser ascendido a ingeniero director el 24 de agosto de 1780, (establecía en San Roque un puente de barcos, del que realizaba el plano, perfil y elevación, otro establecido en el río Guadarranque y otro en el río Palmones o “de las Cañas) y a brigadier el 1 de enero de 1783.

Una vez terminado el sitio, pasaba a la plaza de San Sebastián, de la que marchaba a la de La Habana, en Cuba, como director de Ingenieros de la isla en mayo de 1784. En Cuba trabajó especialmente en la construcción y terminación del Fuerte del Príncipe, levantando numerosos planos de las obras para el proyecto y para el seguimiento de sus avances. También terminaba la Sala de Armas de la plaza, cuyo proyecto era inicialmente del ingeniero director de la plaza Luis Huet en 1784, pero “por los incidentes de la guerra no se pudo dar cumplimiento”. Se trataba de un edificio de dos plantas situado en la zona entre la muralla de Puerta de Tierra y las casas próximas, con planos de planta y alzado-perfil. Además, en 1789 realizaba mejoras constructivas en la catedral de La Habana.

Vuelto a la Metrópoli en 1791, ya como ingeniero director, al año siguiente era nombrado vocal de la Junta encargada de examinar la defensa de los dominios de Ultramar y se le promovía a mariscal de campo, con fecha de 16 de abril de 1792.

Declarada la guerra a la República Francesa en 1793, fue designado como cuartel maestre general del Ejército de los Pirineos Occidentales mandado por Ventura Caro, donde por sus distinguidos servicios en la batalla de Castel Pignon, era promovido a teniente general en julio de ese mismo año. Murió gloriosamente en la madrugada del 7 de agosto de 1794, cuando combatía a fuerzas enemigas muy superiores en número, en el camino de Tolosa a Pamplona.

 

Obras de ~: Sobre el cálculo de las superficies y sólidos, s.l., s.f.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de Simancas, Exps. PersonalesMercurio de España, t. III, Madrid, Imprenta Real, septiembre de 1794.

M. Varela y Limia, “El Teniente general de los Reales Ejércitos D. Joaquín de Casaviella”, en Revista del Memorial de Ingenieros, 28, 5 (1911), págs. 185 y ss.; “Disposiciones para la defensa de plazas”, en Revista Histórica, segunda época, 2 (1924); H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; H. Capel et al., De Palas a Minerva: la formación científica y la estructura institucional de los ingenieros militares en el siglo XVIII, Barcelona-Madrid, Serbal-CSIC, 1988; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999; H. Capel, “Los ingenieros militares y su actuación en Canarias”, en Actuación de los Ingenieros Militares en Canarias, siglos XVI al XX, Santa Cruz de Tenerife, Centro de Historia y Cultura de la Zona Militar de Canarias-Universidad de La Laguna, 2001, págs. 13-54; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; A. Martín-Lanuza Martínez, Diccionario Biográfico del Generalato Español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), Madrid, Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, 2012.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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