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Gaspar de la Cueva

Biografía

Cueva, Gaspar de la. Sevilla, 1589 – Potosí (Bolivia), s. XVII. Escultor.

En 1612 era vecino de Sevilla y vivía en la colación de San Miguel; en ese año hizo tres esculturas para el ensamblador Miguel de Bovis. En 1613 se embarca con destino al Perú acompañado de su esposa y un criado. En 1621 hizo un Cristo Crucificado para una iglesia de El Callao y dos años después participó en la puja para la sillería de la catedral de Lima, por la que competían varios escultores sevillanos, como Alonso de Mesa, Luis Ortiz de Vargas, Pedro Noguera y Luis de Espíndola; el trabajo se adjudicó a Pedro Noguera asociado con Alonso de Mesa. A partir de entonces la vida en Lima se hizo difícil para Gaspar de la Cueva y aunque en el año de 1626 consiguió algunos trabajos, como la conclusión del retablo mayor para el monasterio de la Concepción, no logró estabilizarse y en 1628 se encontraba en la cárcel preso por deudas.

Finalmente decidió dejar la capital virreinal y trasladarse a Potosí; con él iban dos escultores más: Luis de Espíndola y Fabián Jerónimo, el primero de los cuales retornó a Lima y participó en varias obras.

Las esculturas documentadas de Gaspar de la Cueva en Potosí datan de 1632, se trata de una Trinidad para la iglesia de San Agustín, de la que se conserva una sola figura de las tres que la componían, y un Ecce Homo, firmado, en el convento de San Francisco.

Para San Agustín, Gaspar de la Cueva también talló el Cristo de Burgos, y para la parroquia de indios atendida por los agustinos, llamada de Copacabana, hizo un Cristo yacente procesional que aún se conserva. El historiador potosino Bartolomé Arzans y Vela (1736) lo recuerda como el escultor más connotado de su tiempo y de él nos dice: “El artífice [del Cristo de Burgos] que fue insigne en su oficio llamado Cueva, luego que acabó con toda perfección esta tan bella imagen perdió la vista corporal, que se tuvo a mucho misterio, y el devoto artífice sufrió con admirable paciencia este trabajo y no mucho después murió con grandes muestras de predestinado”. El cronista coloca esta referencia en 1685 y cabe suponer que De la Cueva murió varios años antes.

El arte de Gaspar de la Cueva es de gran calidad, muy próximo al estilo de Martínez Montañés; se le puede considerar entre los mejores escultores sevillanos de cuantos pasaron a América.

 

Obras de ~: Cristo de Burgos, iglesia de San Agustín, Potosí, 1632; Trinidad, iglesia de San Agustín, Potosí, 1632; Ecce Homo, convento de San Francisco, Potosí, 1632; Cristo yacente procesional, parroquia de Copacabana, Potosí, 1632; San Bartolomé, iglesia de Sica-Sica, Potosí, 1632.

 

Bibl.: A. Muro Orejón, “Artífices Sevillanos de los siglos XVI y XVII”, en Documentos par el Arte en Andalucía, Sevilla, Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, 1932; B. Arzans de Orzua y Vela, Historia de la Villa Imperial de Potosí, Providence, Rhode Island, Brown University Press, 1965, 3 vols.; J. de Mesa y T. Gisbert, La escultura virreinal en Bolivia, La Paz, Editorial Juventud, 1972; M. Chacón Torres, Arte Virreinal en Potosí, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1973; E. Hart-Terré, Artífices en el Virreinato del Perú, Lima, Torres Aguirre, 1945; J. Bernales Ballesteros, “La escultura en Lima. Siglos XVI-XVIII”, en Escultura en Perú, Lima, Bco. de Crédito, 1991, págs. 1-133.

 

Teresa Gisbert y José de Mesa

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