Cruz-Conde y Fustegueras, José. Córdoba, 31.XII.1878 – Madrid, 30.I.1939. Militar, alcalde de Córdoba y comisario regio de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.
Siendo uno de los cuatro hijos del matrimonio entre María Conde y Luque y del egabrense Antonio Cruz Fustegueras, pertenecía a un linaje familiar importante en la vida política cordobesa desde mediados del siglo xix. Sin embargo, su trayectoria se orientó en un principio hacia la vida militar e ingresó en la Academia de Artillería de Segovia en 1896. En julio de 1900 se licenció como teniente de Artillería tras firmar el compromiso de respeto corporativo a la escala cerrada, aunque en un principio se negase a ello.
Años más tarde consiguió ser destinado a Marruecos, donde participó en la batalla de Taxdirt (1909) y se incorporó voluntariamente a la carga de caballería que decidió aquel célebre combate. Hasta 1923 obtuvo diversas distinciones (Cruz de 1.ª clase al Mérito Militar con distintivo rojo) y alcanzó el grado de comandante.
En ese período entabló amistad con hombres como José Cavalcanti, José Sanjurjo o Miguel Primo de Rivera, entre otros. Precisamente el comandante Cruz Conde —acompañado por el conde de los Moriles— sirvió como enlace entre los tres militares mencionados para la coordinación del golpe de Estado de 1923. En la madrugada del 13 de septiembre de ese año, Cruz Conde acompañó a Primo de Rivera en las horas cruciales del pronunciamiento e incluso redactó los últimos párrafos del primer manifiesto de la Dictadura.
Hombre de total confianza y lealtad a Primo de Rivera, aceptó desempeñar el cargo de alcalde de Córdoba tras la publicación del Estatuto Municipal (marzo de 1924). En veinte meses al frente del Ayuntamiento cordobés puso en marcha numerosas obras públicas (reordenación del centro, alumbrado y acometida de aguas). Tras aquellos éxitos gestores, el dictador le encargó la Comisaría Regia de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, con motivo de la remodelación del Gobierno a finales de 1925. Entre enero de 1926 y febrero de 1929 simultaneó ese cargo con el de gobernador civil de Sevilla, mientras conservaba el control de la Unión Patriótica en Córdoba.
Experimentó personalmente las dificultades del régimen y en 1929 hubo de abandonar el cargo de gobernador por un conflicto sostenido con el infante Don Carlos de Borbón, capitán general de la Segunda Región Militar. Pese a todo, logró cumplir su misión y la Exposición fue inaugurada en la primavera de 1929.
Tras la caída de la Dictadura en enero de 1930, Cruz Conde fue alejándose poco a poco de la vida pública. Pasó a la reserva en Artillería con el grado de teniente coronel y no tuvo fortuna en la formación de un partido formado con los restos del primorriverismo en Córdoba. Tras el advenimiento de la Segunda República se marchó a Francia y, más tarde, fijó su residencia en Madrid. Sólo volvió a la actividad pública tras ser encarcelado durante algunos meses acusado —sin fundamento— de colaboración en el intento de golpe del general Sanjurjo (agosto de 1932). Al retornar José Calvo Sotelo a España, Cruz Conde se adhirió al Bloque Nacional (1934) y se responsabilizó de su organización en Córdoba. Al estallar la Guerra Civil hubo de acogerse a diversos asilos diplomáticos en Madrid por su significación derechista. En enero de 1939 falleció en Madrid, pocas semanas antes de la entrada de las tropas nacionales en la capital.
Obras de ~: Apuntes de un asilo diplomático (1936-1939), Madrid, 1939 (inéd.).
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Julio Ponce Alberca
