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Luis Sousa Peco

Biografía

Sousa Peco, Luis. Melilla, 23.IV.1889 – Ferrol (La Coruña), 17.III.1937. Ingeniero Aeronáutico, científico, diseñador y constructor de aeroplanos, piloto y observador de aeroplanos.

Nació en Melilla en la calle Mariano Benlliure 1 y 3. Los padres eran Egidio Sousa y Fernández, coronel del Arma de Caballería, y Matilde Peco Lozano. Tuvieron siete hijos.

Su vocación militar se forjó en Melilla en una plaza asediada frecuentemente por los moros y que sufría muchos ataques enemigos.

Con dieciséis años ingresó como alumno en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, hecho que se produjo el 1 de septiembre de 1906.

El 11 de julio de 1910 por haber terminado el tercer año de la carrera, fue ascendido a 2.º teniente por promoción. El 9 de mayo de 1911 realizó el viaje de prácticas, visitando Bilbao, Burgos, y Madrid, regresando a Guadalajara el 27 de mayo de 1911.

El 25 de junio de 1912, se le concede el ascenso a primer teniente. El 26 de junio en el quinto año de carrera efectúa el segundo viaje de prácticas por Madrid, Oviedo, Gijón, León, La Coruña y Ferrol.

El 28 de junio de 1912, por disposición oficial, fue destinado al Batallón de Ferrocarriles, donde desempeñó el cargo de profesor en la Escuela de Movimiento, Intervención y Tráfico. El 24 de septiembre se le destina a la Compañía de Telégrafos del 6.º Regimiento Mixto de Ingenieros y por otra orden se incorpora a Guadalajara para efectuar prácticas de aviación, empezando así su carrera en la aviación.

Efectúa varios vuelos en globo y en aeroplano, hasta el 17 de octubre que se incorpora al aeródromo de Cuatro Vientos. Su primer vuelo en globo libre lo realizó el 7 de noviembre de 1912, como tripulante del Globo Neptuno tomando tierra en Almaraz (Cáceres).

Por sus excepcionales condiciones fue elegido para hacer las prácticas para la obtención de título de piloto de aeroplano en febrero de 1913. Realizó las prácticas en el Aeródromo de Cuatro Vientos-Carabanchel como componente de la tercera promoción de pilotos.

Durante su permanencia en la Escuela realizó ciento sesenta y tres vuelos como tripulante y treinta y cuatro como piloto. El 8 de febrero de 1913 obtuvo el título de piloto de aeroplano de 2.ª categoría.

El 23 de diciembre se le concedió la Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica. Continuó en comisión de servicio en Cuatro Vientos hasta el 31 de diciembre que es destinado al regimiento de Telégrafos de nueva creación.

En abril de 1914 obtuvo el título de piloto de aeroplano de 1.ª categoría.

Siguió prestando sus servicios en el aeródromo de Cuatro Vientos efectuando vuelos en aeroplano y al mismo tiempo, desde junio, encargado de los talleres.

Fue destinado a Marruecos en mayo de 1914 y se incorpora en el mes de agosto al Regimiento Mixto de Ingenieros, de Ceuta.

Pasa después al aeródromo de Tetuán. Se distinguió por sus vuelos de reconocimiento y bombardeo, realizando en el año 1914, ciento diecisiete vuelos como piloto y catorce como observador.

Alternó sus actividades de vuelo con la dirección de los talleres. Se le declara apto para el ascenso a capitán el 5 de febrero de 1915. El 3 de julio se incorpora al aeródromo de Cuatro Vientos. Ya tiene, desde 1913, concedida la Cruz de Primera Clase del Mérito Militar con distintivo Rojo (16 de enero de 1913).

Tomó parte como observador en el primer servicio militar en formación en el itinerario Madrid-Ciempozuelos y regresó a setecientos metros sobre el terreno y una duración de una hora y media. De piloto actuó el capitán Barrón. Durante el vuelo croquizaron todo el terreno sobrevolado. Tomó parte en las maniobras de Tudela donde actuó como piloto para corregir el tiro de la artillería. En 1916 permanece en la misma situación y de oficial en los talleres del aeródromo.

El 29 de mayo de 1917 asciende a capitán por antigüedad y le destinan al Servicio de Aeronáutica Militar y en situación de excedente de plantilla. Marcha en comisión a Barcelona para asistir a las pruebas de los motores Hispano Suiza.

El capitán Sousa fue un elemento muy importante en el desarrollo de motores de aviación. Uno de sus colaboradores más eficaz fue el célebre maestro Quesada Guisasola.

Una de sus iniciativas más importantes estuvo relacionada con el problema de resolver la falta de motores de aviación, debido a la Primera Guerra Mundial.

El coronel Vives le nombró coordinador con la Hispano Suiza. Se puso en contacto con el ingeniero director de la Hispano Suiza, Marc Birkigt para lo cual se desplazó a Barcelona varias veces donde se encontraba la fábrica.

El Servicio de Aviación proporcionó a la fábrica Hispano Suiza un ejemplar de cada motor en servicio y numerosos planos y datos que fueron entregados por la Aviación Militar.

Se cuenta que cuando el Infante de Orleáns, primo del rey Alfonso XIII, visitó la Hispano Suiza en 1914, le comentó al director que el Rey tenía gran interés en que fabricasen un motor de aviación, imposibles de adquirir debido a la Primera Guerra Mundial y que proporcionase toda la ayuda posible al equipo de Sousa. El resultado fue el nacimiento del motor Hispano Suiza V-8 de ciento cuarenta caballos de potencia, al que siguieron otros desarrollos de mayor potencia.

Estos motores eran tan perfectos que Francia solicitó su fabricación con licencia.

Según un “as” francés, este motor fue tan valioso e indispensable que contribuyó a ganar la guerra a los aliados. Con licencias se llegaron a producir 35.189 motores en tres años. Sousa recepcionó en Barcelona veinte motores para la aviación española el 16 de agosto de 1916.

El aeroplano Flecha diseñado por el ingeniero militar Eduardo Barrón, con la colaboración de Sousa y construido en los Talleres de Cuatro Vientos fue el primero en España y en el mundo que utilizó el motor Hispano Suiza. Dicho motor tenía el número 3747. El vuelo del aeroplano Flecha tuvo lugar en Cuatro Vientos con la presencia del rey Alfonso XIII, el 27 de julio de 1915, pilotando Barrón su propio aeroplano. Estos aeroplanos con motores Hispano Suiza, tomaron parte en la guerra de Marruecos.

La actividad aeronáutica de Sousa le llevó a participar en el histórico vuelo Madrid-Los Alcázares pilotando un Lohner adquirido en Austria, y en el primer vuelo al extranjero Madrid-Lisboa pilotando un “Flecha-Barrón” con motor Hispano de 140 CV. El motor Hispano se había convertido en el equipo de la mayor parte de los aeroplanos que volaron en España hasta bien entrado los años cuarenta.

Es necesario mencionar que Sousa tomó parte en las pruebas establecidas para la Copa Delgado Brakenbury y obtuvo el segundo puesto con un aeroplano “Barrón-W” con motor Hispano de 140 CV.

El capitán Sousa se desplazó con frecuencia a África para dirigir la adaptación de los motores Hispano Suiza al material aéreo. También realizó viajes al extranjero formando parte de las comisiones que se desplazaron a países europeos para adquirir aeroplanos para la aviación militar. Su labor consistía en reconocer y probar el material adquirido.

En 1917 obtuvo el título de observador de aeroplano con la realización de unas pruebas complementarias que se le exigían a los pilotos, pues propiamente no se realizaba ningún curso. Sousa pilotó en las pruebas mencionadas el aeroplano “Mixto”, diseñado por él. De este aeroplano se fabricaron doce unidades y voló en Marruecos en los años 1919-1920.

En 1919 se desplazó en comisión de servicio a Barcelona para asistir a las pruebas del aeroplano Spad-Loring fabricado por la industria aeronáutica Pujol y C.ª, propulsado por un motor Hispano Suiza. También intervino en la recepción de ocho motores de 200 CV.

En mayo de 1920, fue comisionado a Tetuán para dirigir el montaje de los aeroplanos “Havilland”. Desde allí se trasladó a Los Alcázares para equipar a los hidroaviones “Savoia” con lanzadores de bombas. Igualmente dirigió la adaptación del motor Hispano en los hidroaviones “Macchi” de la Aeronáutica naval que estaban entonces propulsados por los motores Isota.

Por sus relevantes méritos fue elegido para asistir al curso de Ingeniería Aeronáutica en la Escuela de Aeronáutica y Construcciones Metálicas de París en noviembre de 1923. Allí permaneció nueve meses efectuando su regreso a Madrid en julio de 1924 con su flamante título francés de ingeniero aeronáutico y fue destinado al Laboratorio Aerodinámico y Ensayos de Cuatro Vientos.

En 1925 estuvo afecto a la Comisión de Movilización de Industrias Civiles, siendo posteriormente destinado a los Talleres del aeródromo de Nador en Marruecos.

En 1927 al terminarse la guerra de Marruecos pasó a la situación de supernumerario como jefe de proyectos aeronáuticos y director de los talleres de la empresa CASA de Getafe. Intervino durante su estancia en CASA, con la fabricación de la primera serie nacional de los aeroplanos Breguet XIX, adquiridos en Francia y del que se fabricaron cerca de doscientos aeroplanos bajo licencia.

Este avión había obtenido el segundo puesto en el Concurso internacional promovido por la Aeronáutica española en 1923.

En 1928, reingresa Sousa en el servicio y es ascendido a comandante.

En ese año culminó el diseño, desarrollo y fabricación de una avioneta de ala alta con motor de 100 CV, que realizó la Vuelta a España con completo éxito recorriendo 3000 kilómetros. La avioneta adquirió gran relieve pues participó en el vuelo de Madrid a las Islas Canarias y regreso realizado por el piloto Ernesto Navarro.

El teniente Haya la utilizó para su periplo europeo, recorriendo 12.000 kilómetros en ciento cuatro horas de vuelo y cincuenta y dos escalas. Se fabricaron nueve unidades con distintas motorizaciones.

En 1929, en la Gaceta de Madrid del 18 de julio de 1929, aparece la convalidación del título francés de ingeniero aeronáutico por el español concedido por la Escuela Superior Aerotécnica, dirigida por Emilio Herrera.

En 1931 acepta integrarse en la nueva escalilla de la Aviación Militar, creada por la reorganización de la Aeronáutica por el Gobierno Republicano, implantado en España en abril de 1931.

Desde 1932 hasta 1936 estuvo prestando sus servicios en CASA y entre sus logros se citan la preparación de los Breguet XIX “Gran Raid”, números 71 y 72 de CASA, que hicieron posible en primer lugar el vuelo del Jesús del Gran Poder con el que los pilotos militares Iglesias y Jiménez efectuaron la travesía del Atlántico Sur, recorriendo varios países sudamericanos y rindiendo vuelo en Cuba.

En segundo lugar, el vuelo del capitán Rodríguez Díaz y el teniente Haya que conquistaron para España varios marcas mundiales de carga y velocidad y realizaron el vuelo sin escalas a Guinea Ecuatorial Española.

Quizas uno de sus logros más brillante fue la modificación del Breguet XIX Superbidón - Cuatro Vientos, que realizó la travesía del Atlántico Central en un vuelo sin escala Sevilla-Camagüey (Cuba). Fue un vuelo difícil realizado impecablemente por el científico, ingeniero y navegante capitán Barberán y el piloto militar Joaquín Collar. Recorrieron 6500 kilómetros sobre el mar, sin ayuda radio. El aeroplano estaba propulsado por un motor Hispano Suiza de 720 CV de potencia máxima.

El 18 de julio de 1936, encontrándose de vacaciones en las Islas Canarias fue testigo de la sublevación militar y se presentó en el Gobierno Militar al general Orgaz y parte para la Península, incorporándose dos días después al ejército sublevado.

Inmediatamente le destinó el jefe de la Aviación, general Kindelán, a la Dirección e Inspección de los Talleres del Ejército del Aire. En noviembre estaba en los Talleres de Aviación de Sevilla.

En 1937 le nombran inspector de las Industrias Aeronáuticas de interés militar. Por orden del general Kindelán, el 10 de marzo de ese año le envían al Ferrol, a revisar el material aéreo y el armamento que transportaba el buque Mar Cantábrico. Este navío había sido apresado por las fuerzas nacionalistas, en aguas del Cantábrico, procedente de México y fletado por republicanos en el exilio. Estando revisando el material el comandante Sousa y su acompañante el teniente López Pardo, perdieron pie inexplicablemente y cayeron por una escotilla a una bodega, chocando ambos violentamente con el fondo de la misma que se encontraba 7 metros más abajo.

Trasladado el comandante Sousa al Hospital de la Marina de Ferrol le diagnosticaron intenso traumatismo craneal, fractura de un brazo y pérdida de conocimiento que no recuperó antes de morir. El teniente López Pardo sobrevivió con secuelas, que le duraron hasta mediados de 1938.

El 22 de marzo Sousa asciende a teniente coronel (Boletín Oficial, n.º 154). Nunca se le reconoció el fallecimiento como acto de servicio. En 1939 le concedieron a título póstumo la Cruz de Guerra (Boletín Oficial, n.º 285 del 12 de octubre).

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Aire del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire. (Villaviciosa de Odón), Exp. 875.532; Archivo Histórico del Ejército, Escalillas 1910-1933.

R. Franco Bahamonde, Águilas y Garras, Madrid, Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, 1929; Madrid bajo las Bombas, Madrid, Zeus, 1931; C. Rodríguez, Aeronáutica, Madrid Espasa Calpe, 1932; M. Goded, Un “Faccioso” Cien por Cien, Zaragoza, Editoriales Heraldo, 1938; J. Goma, Historia de la Aeronáutica Española, Madrid, Prensa Española, 1946; Historia de la Aeronáutica Española, Madrid, Imprenta Huérfanos del Ejercito del Aire, 1951; G. Michelet, Breguet, Paris, Editions France-Empire, 1963; R. Franco Bahamonde, Decíamos Ayer, Barcelona, Maucci, 1975; J. M.ª Salas Larrazabal, De la tela al titanio, Madrid, Espasa Calpe, 1983; E. Herrera Alonso, “Biografía de Mariano Barberán”, en Revista de Aeronáutica y Astronáutica (1985 y junio de 1992); J. M.ª Arroyo, Tres Escuelas y veinte promociones de Ingenieros Aeronáuticos, Madrid, ETSIA y COIAE, 1993; E. Atienza, Emilio Herrera, Madrid, Aena, 1995; M. Barberán, Conferencia, Madrid, Escuela de Estado Mayor del Ejército del Aire, 18 de marzo de 1996; M. Barberán, Conferencia, Guadalajara, Caja de Ahorros de Guadalajara, 1998; A. González-Betes, Historia Gráfica de la Aviación española, Madrid, COIAE, 1998 (Barcelona, INECO, Lunwerg, 2003); R. Franco Bahamonde, Del Palo al Plata, Madrid, Espasa Calpe, 2000; A. Domingo y J. Fernández-Coppel, El Vuelo del Cuatro Vientos, Madrid, Ed. Oberón, Anaya, 2003.

 

Antonio González-Betes Fierro