Núñez de Acosta, Duarte. Faro (Portugal), c. 1606 – ¿El Puerto de Santa María (Cádiz)?, 1685 ant. Médico y poeta.
La primera noticia cierta de la que se dispone sobre este afamado médico la proporciona él mismo en el tratado Quaestio de insomniis, con el que obtuvo el título, en 1626, de bachiller en Medicina por la Universidad de Salamanca: vivía entonces en la ciudad portuguesa de Balsa (hoy desaparecida, pero documentada en Pomponio Mela y Plinio), muy cercana a la actual Torre de Tavira, entre Faro y Vila Real de Santo Antonio. Nada se sabe de sus padres, pero el absoluto dominio de las Sagradas Escrituras, palpable en todas sus obras, la temática religiosa y mariana de muchos de sus escritos, su nacimiento y asentamiento en el Algarve, la tradición médica familiar, el servicio a casas nobles como modo de protegerse de la Inquisición, entre otras cosas, postulan un origen judío de su familia.
Casado con Isabel de León, tuvo, al menos, dos hijos varones, médicos y escritores como él: Diego y Álvaro Tenorio de León, frecuentemente confundidos en biografías poco documentadas, pero fácilmente diferenciables por sus trayectorias profesionales y personales. Diego ejerció la medicina en Cádiz y en Sanlúcar de Barrameda, y compuso innumerables poemas en latín, muriendo de muy avanzada edad; Ávaro murió joven, prisionero en el presidio de San Antonio, en Larache, y escribió diversas obras en defensa de las tesis médicas de su padre.
En 1653, cuando publicó su famoso Tratado práctico del uso de las sangrías, Núñez de Acosta se intituló “Médico en Sanlúcar, que lo fue de la Familia de su Alteza el Serenísimo Señor don Juan de Austria, Príncipe de la Mar, y señor mío. Y de la Cámara del Duque de Medina Sidonia”. No se ha podido documentar cuándo y dónde fue médico del hermanastro de Carlos II. Consta, sin embargo, que, descubierta la conjura, en 1641, del IX duque de Medina Sidonia contra Felipe IV y su valido, el conde-duque de Olivares, “será el médico de la jornada el Doctor Núñez, que cobra 1.100 reales”, quien acompañó a la duquesa cuando fue desterrada de sus posesiones. Y en 1648, según consta en las Actas Capitulares de Sanlúcar, recibió el encargo del municipio —que lo considera “médico de esta ciudad”— de visitar El Puerto de Santa María para asegurarse si todavía hay peligro de contagio de la peste que esta vecina ciudad sufría por aquel entonces.
De esta época deben de ser muchas de sus intervenciones en concursos literarios, entre los que cabe destacar el certamen poético celebrado en Sevilla en 1663, con ocasión del estreno de la fábrica del Sagrario de la catedral, en el que presentó un soneto, cuyos catorce versos terminan en “-pa”, muestra del virtuosismo de la época y del autor. Certamen que, por cierto, ganó Fernando de la Torre Farfán con su obra Templo Panegírico [...], en la que se conservan los poemas de todos los que intervinieron.
A partir de 1666, se le puede encontrar como médico de El Puerto de Santa María. Desde esta fecha, sus obras ya no indican relación alguna con Sanlúcar y la casa ducal de Medina Sidonia; aparecen ahora los apellidos “de la Cerda”, “Henríquez Afán de Ribera” y otros, propios de los duques de Medinaceli. Conocido como el doctor Chico por su pequeña estatura, estuvo a punto de ser apedreado en 1680 por afirmar que era peste la enfermedad que de nuevo asolaba la ciudad; su decisión médica, sin embargo, hizo adelantar los planes de partida hacia México como virrey al marqués de La Laguna, Tomás de la Cerda, hermano del duque de Medinaceli, Francisco. No en vano se le consideraba, sin duda exageradamente, “el mayor [médico] que se conocía en Andalucía”.
Todavía vivía en 1683. Un poema de tema histórico, acróstico y cronológico, manierismos muy usados en sus poesías, así lo indica en su último verso. Debió de fallecer, sin embargo, antes de 1685, año en el que su hijo Diego transmitió sus obras no médicas en un manuscrito.
La persona y la obra del doctor Duarte Núñez de Acosta no pasaron inadvertidas ni indiferentes en su época. Sus obras médicas fueron contestadas desde el campo científico y sus poesías, al menos las latinas, tachadas de falta de rigor métrico. Entre sus oponentes médicos cabe destacar al doctor Fernando Suárez con su obra Antipología sobre la sangría de los brazos, y al doctor Ramoles, seudónimo, quizás, del médico jerezano José Morales Osorio, quien propugnaba que la epidemia de El Puerto de Santa María no era peste, puesto que no se propagaba por el aire. El poema heroico antes mencionado fue criticado con una anónima Censoria epistola. A ésta y a aquéllos respondió Duarte, pero las rivalidades en el campo de la ciencia y las discusiones poéticas con otros autores invadieron con frecuencia el campo personal.
Sus obras con intención literaria están recogidas en el manuscrito 3891 de la Biblioteca Nacional de España con el título Museo en que se describen diferentes poemas que compuso el Dr. D. Duarte Nuñes de Acosta [...], y algunas en particular, como por ejemplo, Quaestio de insomniis, en un Additamentum de Diego Tenorio a su obra Opuscula uaria (1699). De todas ellas (escritas unas en su propia lengua materna, el portugués; otras muchas en castellano, y la mayoría en latín), entre las que figuran distintos epitafios, dísticos enigmáticos, poemas heroicos, médicos y religiosos, epigramas, etc., cabe destacar Llanto de Menardo, en 64 octavas (Salamanca, 1626), que describe la destrucción de esta ciudad por la crecida de su río; una elegía en castellano de tema portugués, acróstica con 114 versos, que describe el robo de la Custodia del Sagrario de Santa Engracia en Lisboa; la respuesta a la censura anónima, que constituye un auténtico tratado de métrica humanística latina, y Conclusiones burlescas, composición bilingüe, que ridiculiza el acto solemne académico de la defensa pública de una teoría científica.
Obras de ~: Llanto de Menardo, Salamanca, 1626; Tratado práctico del uso de las sangrías assí en las enfermedades particulares como en las calenturas, Jerez de la Frontera, Diego Pérez de Estupiñán, 1653; Clava de Alcides, con que se desbaratan propugnáculos tan ruidosos como vanos en la contextura. Muestrase quam en vano se ha pretendido la concordia en las dos opiniones del sitio de las sangrías, Jerez de la Frontera, Diego Pérez de Estupiñán, 1660; Luminar menor, que con luz participada de los mayores Autores, resplandece a vista de tenebrosas calumnias. Ventilase nuevamente las dos questiones de purgar los humores que hacen decúbito arriba; y la de sangrar del brazo en los afectos superiores pendientes de fluxión, s. l., 1674; Invectiva en que se prueba que la epidemia que ha padecido la ciudad del gran Puerto de Santa María desde fines de Junio del año de 680 [...] fue verdadera peste [...], Jerez de la Frontera, 1681; Museo en que se describen diferentes poemas que compuso el Dr. D. Duarte Nuñes de Acosta, Médico de la familia de su A. El Sr. Don Juan de Austria. Y que lo fue después de Cámera de los Excmos. Señores Duques de Medina Celi y Alcalá. Púsolo en esta orden el Dr. D. Diego Tenorio de León, Hijo del autor, Año de 1685; Quaestio de insomniis, Cádiz, 1699; Apología necesaria y útil en el ejercicio de la medicina por la resolución de dos cuestiones, que con novedad se discuten, no poco arduas. La primera, si en los decúbitos o raptos de humor a la cabeza se debe purgar con medicamento colectivo. La segunda, si en las perlesías que suceden a las apoplegías se haya de sangrar del codo enfermo, s. l., s. f.; Conclusiones burlescas, s. l., s. f.
Bibl.: A. de Castro, Poetas líricos de los siglos xvi y xvii, Madrid, M. Rivadeneyra, 1857 (col. Biblioteca de Autores Españoles, vol. XLII); A. Palau y Dulcet, Manual del librero hispanoamericano, t. XI, Barcelona, Librería Palau, 1958 (2.ª ed.); A. Chinchilla, Historia de la medicina española, vol. II, Nueva York-Londres, 1967, págs. 424-425 y 465; A. Hernández Morejón, Historia bibliográfica de la Medicina Española, ed. de F. Guerra, Nueva Y ork-Londres, 1967, vol. V, págs. 357- 364, y vol. VI, págs. 460-461; M. Bustos Rodríguez (ed.), Un comerciante saboyano en el Cádiz de Carlos II (Las memorias de Raimundo de Lantery. 1673-1700), Cádiz, Caja de Ahorros, 1983, págs. 170-171; L. Charlo Brea, Poesías latinas del Doctor Duarte Núñez de Acosta, Cádiz, Universidad, Servicio de Publicaciones, 1993; “Una composición bilingüe del siglo xvii”, en Excerpta Philologica, III (1993), págs. 149-198; “Duarte Núñez de Acosta”, en A. Romero Ferrer y F. Durán López (eds.), Veinticinco escritores gaditanos raros y olvidados, cap. XX, Cádiz, Diputación, Servicio de Publicaciones, 2001.
Luis Charlo Brea