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Isaac Cardoso

Biografía

Cardoso, Isaac. Trancoso, Beira Alta (Portugal), 1603-1604 – ¿Verona? (Italia), c. 1680 Médico, fi­lósofo.

Isaac Cardoso procedía de una familia de cristianos nuevos y fue bautizado con el nombre de Fernando. Cuando Cardoso era aún joven, hacia 1615, la fami­lia dejó Portugal y se trasladó a España. Estudió Filo­sofía y Medicina en alguna universidad española, pro­bablemente en Salamanca. En 1624 obtuvo el cargo de profesor, asignado a la cátedra de Filosofía, de la Universidad de Valladolid. En 1625 se doctoró en Medicina en esta misma Universidad, en la que, pos­teriormente, ocupó la cátedra de Prima de Medicina. Entre 1627 y 1630 se trasladó a Madrid. Su primera obra publicada fue un Discurso sobre el monte Vesubio, que trata sobre sus erupciones hasta la de 1631 y una descripción de esta última basada en las informacio­nes llegadas a Madrid. También estudia los orígenes de los volcanes, las causas de los terremotos, causas de los vientos y el arco iris. Cardoso trata de mostrarse crítico e independiente hacia las fuentes, aunque se advierte una reluctancia a apartarse de Aristóteles. En 1637 publicó Utilidades del agua y de la nieve de­dicada, obra que dedicó a su protector, Gaspar de Guzmán, conde duque de Olivares. A Olivares le de­dicó también un trabajo de medicina titulado De fe­bre syncopali (Madrid, 1639), sobre una epidemia de fiebre que apareció en Madrid en el otoño de 1637. Cardoso comenzó a hacer propaganda activa del hebraísmo en España y abandonó este reino para abra­zar libremente esta religión. Llegó a Venecia en 1648 y en 1652 se estableció en Verona, ejerciendo como médico en el gueto de la comunidad judía. También se dedicó al estudio de la Filosofía natural y los Libros Sagrados del judaísmo. En 1637 publicó la Philoso­phia Libera. No era un libro tan “libre” y progresivo como el título podía sugerir, pues contenía muchas nociones tradicionales y aspectos mágico-naturalis­tas. En la cuestión de los principios de los entes na­turales, rechaza los principios aristotélicos: materia, forma y privación. Acepta cuatro elementos y cua­tro cualidades, pero afirma que los elementos están compuestos de átomos. A propósito del atomismo dice: “Esta doctrina atomista, que siguieron Leucipo, Demócrito, Musiteo, Epicuro, Moschos y, entre los médicos antiguos, Asclepiades y Heráclides de Ponto, fue restablecida en primer término por el valenciano Pedro de Olesa en su Summa philosophiae et medici­nae y, más tarde, por los doctos franceses Basso en su Philosophia naturalis adversus Aristotelem, Magnen en su De atomis, Bérigard en su Circulus Pisanus, por el portugués Castro en su Meteoris Microcosmi y por Sennert en su Physica hypomnemata; en la actualidad, la mantienen los ingenios más nobles y más libres”. En relación con el elemento tierra, considera la teoría copernicana, da una larga lista de autores que la de­fienden y doce argumentos en su favor, para mante­ner finalmente que la imposibilidad del movimiento de la Tierra la prueban los sentidos, la Escritura y la razón. Expone trece argumentos como base de esta afirmación y “refuta” los doce de los copernicanos. Al tratar del vacío, no menciona el experimento de Torricelli y refiere, en cambio, experimentos contra la teoría del vacío. Con respecto a la caída de los cuer­pos, menciona la ley de Galileo de los números impa­res. Mantiene, sin embargo, la distinción entre cuer­pos graves y leves y defiende la explicación aristotélica del movimiento de los proyectiles. Su cosmología es ecléctica: considera la región celeste de calidad diversa y más perfecta y noble que la inferior, afirma, no obs­tante, que los cielos son fluidos, no sólidos, como lo prueban los cometas de 1577 y 1578. Rechaza la idea medieval de las inteligencias motrices y considera que los astros se mueven por el impulso que les dio Dios desde el principio del mundo.

 

Obras de ~: Discurso sobre el monte Vesubio, Madrid, 1632; Oración fúnebre en la muerte de Lope de Vega, Madrid, 1635; De febre syncopali, Madrid, 1639; Philosophia Libera, Venecia, 1673; Las excelencias de los hebreos, Amsterdam, 1679.

 

Bibl.: A. O. Esaguy, “Isaac Cardoso, Doctor Philosopher and Poet”, en Bulletin of History of Medicine, 6 (1938), págs. 163-169; O. V. Quiroz-Martínez, La introducción de la Filosofía Moderna en España, México, FCE, 1949; L. Thorndike, A history of magic and experimental science, New York, Columbia University Press, vol. VII, 1958, págs. 683-688; J. M. López Piñero, La introducción de la ciencia moderna en España, Barcelona, Ariel, 1969, págs. 28-31; J. M. López Piñero, V. Navarro Brotons, E. Portela Marco, Materiales para la historia de las ciencias en España: s. XVI-XVII, Valencia, Pre-textos, 1976, págs. 247-250; V. Na­varro, “Isaac Cardoso”, en J. M. López Piñero, T. F. Glick, V. Navarro Brotons y E. Portela Marco (dirs.), Diccio­nario Histórico de la Ciencia Moderna en España, Barcelona, Península, 1983, vol. I, págs. 179-180; Véase también la obra citada de Esaguy y, sobre todo, Y. H. Yerushalmi, De la corte española al gueto italiano. Marranismo y judaísmo en la España del siglo XVII: el caso de Isaac Cardoso, Madrid, Turner, 1989.

 

Víctor Navarro Brotons