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Juan Bautista Manzaneda y Molina

Biografía

Manzaneda y Molina, Juan Bautista. ¿Portugal?, s. XVII ‒ Jaén, 5.VII.1703. Médico, cirujano.

Médico del Cabildo catedralicio de Jaén. (1668- 1703). En el mismo año que falleció le sucedió en el cargo su hijo el licenciado Joaquín de Manzaneda y Cardona. Ejerció la Medicina en La Solana, de la Archidiócesis de Toledo, hasta que se afincó definitivamente en la ciudad de Jaén, al ser contratado como médico del Cabildo el 21 de enero de 1668.

Al iniciarse el mes de marzo de 1671, el doctor Manzaneda se trasladó a la ciudad de Baeza para asistir al obispo de la diócesis fray Jerónimo de Valderas, que se encontraba gravemente enfermo, atendiéndole hasta su fallecimiento. El 9 de septiembre de 1679 solicitó del Cabildo ausentarse y marchar a Córdoba.

Fue el año que editó en la ciudad de los califas, en la imprenta de la viuda de Andrés Carrillo de Paniagua, la obra, titulada: Discvrso / Medicinal, / y Cvestión Médico / Moral / sobre el vso y costvmbre que observan los / Reverendos PP. Capuchinos de no quitarfe el Abito de raíz de las carnes / en fus graves, y agudas enfermedades, aunque por ello peligren.

El 2 de enero de 1681, el Cabildo propuso enviar a su médico a Baeza con la misión concreta de “averiguar de si padecen sus moradores mal contagioso” al aparecer nuevos brotes de peste que se manifestaron en Andalucía.

El doctor Manzaneda se casó dos veces. Cuando se incorporó como médico del Cabildo llegó con su mujer, Jerónima Cardona, y estuvieron en la ciudad andaluza veintitrés años, hasta su fallecimiento el 7 de diciembre de 1691; le había dado tres hijos, Joaquín, que estudió Medicina en Alcalá de Henares, y dos hijas que se hicieron religiosas, una con el nombre de sor Jerónima de San Juan Bautista, y la otra con el de sor Engracia de Jesús, monjas profesas en el convento de Nuestra Señora de la Concepción, franciscanas descalzas de Jaén. Su segunda esposa fue Catalina de Ortega, que había servido al matrimonio y le había acompañado desde que se trasladaron desde La Solana hasta la ciudad andaluza.

En la trayectoria profesional del doctor Manzaneda, hecho significativo fue el conflicto que tuvo con la Inquisición, por la publicación de la obra que se ha reseñado anteriormente al formular, en su Discurso Medicinal, una cuestión o controversia médico-moral acerca de la costumbre que tenían los padres capuchinos de “no quitarse el Abito de raíz de las carnes en sus graves y agudas enfermedades, aunque por ello peligren”. Se sintió obligado a proclamar con su escrito, después de la experiencia de visitar durante muchos años a los religiosos de la Orden Capuchina, los males y graves consecuencias de no desprenderse del hábito de lana burda cuando estaban enfermos graves y cambiarlo por uno fino de lino, pues la falta de higiene que condicionaba esa costumbre, frustraba los remedios terapéuticos y prolongaba la convalecencia.

Apoyaba este criterio en su larga experiencia y en la de Pedro García Carrero, médico de gran prestigio y catedrático en Alcalá.

En la segunda parte del texto Manzaneda analizó el aspecto moral y fue donde hirió la sensibilidad de los padres capuchinos, en tanto le parecía “que es una mortificación viciada y, consiguientemente, ni laudable ni meritoria”, planteando al margen de todas las discusiones una cuestión fundamental de higiene individual frente a casos concretos de enfermedad. El conflicto con la Inquisición surgió el 18 de septiembre de 1679, cuando fray Félix de Calatayud, religioso capuchino, delató al Santo Tribunal la obra del doctor Manzaneda, quedando reflejado en el Consejo del Santo Oficio a 30 de septiembre del mismo año.

Al requerirse enviar el texto al procurador general de la Orden en Roma, se hizo una traducción del texto original en lengua española a la italiana y de esta al latín, que se editó en la Imprenta romana de Paulo Moneta.

El doctor Manzaneda se defendió condensando en su Responsio Apologética sus argumentos frente a la Inquisición. Todo el proceso derivó en un final intrascendente, pues continuó prestando sus servicios al Cabildo y nadie dudó de su recta intención y celo profesional.

H. Morejón cita como profesor de Cirugía de la ciudad de Jaén en el siglo xviii a Juan Bautista Monraneda y Molina y como autor de la obra titulada: Paradoja sobre la curación local del carbunco maligno, con un apéndice que trata de las aguas acídulas de Marmolejo, en el reino de Jaén. Editada en la misma ciudad en 1701, en 4.º tomándolo de Haller, de su biblioteca quirúrgica, añadiendo que no ha encontrado dicha obra, dando con ella en cambio, la doctora Sánchez Cobos en la Biblioteca de la Universidad de Granada (Seminario Médico, 2, 27-38, 2002), a quien hay que agradecer su valiosa investigación La confusión de H. Morejón, al cambiar el apellido, la difunden también otros autores como Palau y Dulcet, y Don Lope de Sosa en la Crónica Mensual de la Provincia de Jaén (1914: 210); posteriormente, Don Lope de Sosa rectificó (1928: 282) convenientemente el apellido.

La obra la imprimió en la Imprenta de Tomás Copado en 1701, por lo que hay que considerarla como un resumen de la experiencia quirúrgica en el tratamiento del carbunco a lo largo de su ejercicio profesional Tiene un apéndice en relación con las aguas —azedas— del manantial de Marmolejo, respecto a la enfermedad —erysipela— que sufrió el señor obispo, argumentando médicamente su nula relación.

Manzaneda, al considerar los malos resultados que se obtenían en el tratamiento del carbunco con escarificaciones, cáusticos, cauterios y vendajes, que ocasionaban la diseminación y reactivación de la enfermedad, con el riesgo, si se obtenía excepcionalmente la curación, de ser causa de enormes secuelas con retracciones cicatriciales y grandes deformidades, tuvo el acierto de aplicar sobre la lesión emplastros de la raíz de lirio real, con lo que al no manipular “la pústula maligna ya supuso un enorme progreso en el tratamiento de este proceso infeccioso. Manzaneda no hacía más que seguir el proceder de Galeno, afianzado con el criterio, que Jerónimo Fabricio de Aquapendente sostiene en la primera parte de su tratado de operaciones quirúrgicas.

El doctor Manzaneda y Molina detalla su experiencia personal aportando siete casos a lo largo de su trayectoria profesional, que fueron curados con el remedio que expone detalladamente en su obra.

Falleció en Jaén el 5 de julio de 1703, después de ejercer la medicina en dicha ciudad durante treinta y cinco años, y el entierro se celebró el día siguiente.

 

Obras de ~: Discurso Medicinal y cuestión médica moral, Córdoba, 1679; Discvrsvs Medicvus, seu Difputatio Medicomoralis, Roma, 1680; Responsio Apologetica, Roma, 1680; Erisipela flegmonosa del miembro inferior. Propiedades de las Aguas de la Aldea de Marmolejo, Jaén, 1700; Apéndice sobre la curación local del carbunco maligno, Jaén, 1701.

 

Bibl.: Hernández Morejón, Historia Bibliográfica de la Medicina Española, Madrid, 1852; A. Cazabán, Don Lope de Sosa, Jaén, 1928; A. Palau y Dulcet, Manual del Librero Hispano Americano, Barcelona, 1953; L. S. Granjel y M. T. Santander, Índice de Médicos Españoles, Salamanca, 1962; F. Palma Rodríguez, El Doctor y el Licenciado Manzaneda Médicos del Cabildo de Jaén, Salamanca, 1972; C. Rahn Phillips, “Spanish Medicine before the Eighteenth Century”, en Journal of the History of Medicine and allied Sciences, 1 (1980); F. Aguilar Piñal, Bibliografía de autores españoles del siglo xviii, Madrid, CSIC, 1981-1995; M. D. Sánchez Cobos, “Un tratado sobre la curación del Carbunco maligno, impreso en Jaén en 1701”, en Seminario Médico (Jaén), 2 (2002).

 

Fermín Palma Rodríguez

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