Vélaz, Rodrigo. ?, f. s. xi – c. VI.1144. Noble, conde, tenente.
Hijo del “conde magno” Vela Ovéquiz y de su mujer, la condesa Ildonza Muñoz. Rodrigo Vélaz figura al frente de la “tenencia” de Lemos a partir de 1111, sucediendo en la misma al conde Froila Díaz. Gobernó asimismo la de Sarria, al menos desde el mes de mayo de aquel año, pues, como tal, figura como confirmante en una generosa donación de la reina doña Urraca al conde Pedro Froilaz de Traba y, ya por el mes de abril de 1115, en el privilegio del arzobispo Gelmírez al Monasterio compostelano de San Martín Pinario. Por este año, se le documenta también como comes de Montenegro y parece que retuvo después las “tenencias” de Sarria, Lemos y Monterroso, Todo parece indicar que Rodrigo Vélaz tuvo una presencia destacada en la Corte del conde Ramón de Borgoña, pero su protagonismo fue mucho más destacable a partir de 1112. En este año, atendiendo a la llamada de doña Urraca, se presentó en Santiago y comenzó a intervenir con creciente peso en las contiendas con Alfonso de Aragón y los seguidores de su hijo, el futuro Alfonso VII. Más tarde, su influencia fue determinante; en la Historia Compostelana se le menciona como uno de los magnates que defendieron la ciudad de Astorga, donde el arzobispo Gelmírez encontró refugio tras la derrota sufrida por los gallegos en Viadangos, o “Fontem Dangos”. Se le menciona también, ahora adornado ya con la dignidad condal, como uno de los que marcharon a Burgos en auxilio de la reina doña Urraca y que, tras la rendición de su fortaleza, lograron forzar a los aragoneses a la paz. Y se le menciona todavía por su presencia en otros acontecimientos, así como por ciertas andanzas suyas, entre las cuales no falta alguna relacionada con sus intromisiones en el obispado de Lugo.
Tras su viaje a Tierra Santa, que efectuó entre 1120 y 1121, pero sobre todo tras la repentina muerte de la reina doña Urraca, ocurrida en 1126, la trayectoria del conde Rodrigo Vélaz cambió radicalmente de signo; destacan, en este sentido, algunos generosos gestos con las iglesias de Lugo y Mondoñedo. Este cambio afectó también a sus fidelidades. Consta muy bien, por ejemplo, que en ningún momento prestó su concurso a la rebelión que en tierras castellanas encabezó por entonces el poderoso Pedro González de Lara, amante de la difunta doña Urraca, pero que sí fue secundada por no pocos e importantes personajes gallegos, entre ellos Arias Pérez de Deza. Mientras tanto, puede documentarse su casi inmediata adscripción a los círculos leales al joven Alfonso VII, acaso por indicación del conde Suero Vermúdez, “jefe” de su linaje, quien junto con sus amigos y parientes había hecho la paz con el Rey en Galicia. De esta forma, tras la entrevista que el nuevo Monarca celebró poco después en Zamora con su tía, la reina doña Urraca de Portugal, el conde Rodrigo Vélaz fue uno de los que acudió a Zamora y con suplicante lealtad se sometió a su autoridad, figurando desde entonces en la curia regia leonesa. Pero esto no impidió que siguiera interviniendo activamente en la vida gallega. La Chronica Adefonsi Imperatoris consigna, por ejemplo, que entre los más distinguidos en la defensa de Galicia frente a Alfonso I de Portugal figuraron precisamente los condes Fernando Pérez de Traba y Rodrigo Vélaz, al cual se llama “comes Galletiae, qui tenebat Sarriam”, anotándose el hecho de su prisión por los portugueses “in loco qui dicitur Cernesa”, en tierras de Limia, aunque gracias a un ingenioso plan fue liberado muy poco después por dos de sus escuderos.
El conde Rodrigo Vélaz, que falleció antes de mediar el año 1144, había casado con la condesa Urraca Álvarez, hija del célebre conde Alvar Fáñez y de su mujer, la condesa Mayor Pérez Ansúrez. Este enlace ilustra muy bien la relevancia social del personaje y, por natural derivación, la que transmitió a sus cuatro hijos: Álvaro Rodríguez, Elvira, Berenguela y Aldonza.
El primero casó con la condesa Sancha Fernández, en la documentación a veces denominada infanta, que fue hija del conde Fernando Pérez de Traba y de la reina Teresa de Portugal, hija de Alfonso VI; la tercera lo hizo con Gonzalo Fernández de Traba y la última con el conde Lope Díaz de Haro, señor de Vizcaya.
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Eduardo Pardo de Guevara y Valdés