Pérez Manrique, Gonzalo. Señor de Molina de Aragón. ?, c. 1190 – c. 1240. Noble, señor.
Hijo de Pedro Manrique de Lara, señor de Molina, y de su tercera mujer, Mafalda, heredó los derechos sobre Molina en 1202. Sus primeras noticias provienen de este año, cuando, fallecido su progenitor y siendo aún menor de edad, vio reconocidos sus derechos sobre ciertas propiedades por Alfonso VIII. Pese a ello, apenas visitó la Corte castellana, por lo que se supone que se dedicó en exclusiva a la gestión y gobierno de su señorío. Hasta tal punto llega el desconocimiento que se carece de información acerca de su posible participación en la batalla de Las Navas de Tolosa o en la difícil minoridad de Enrique I, pues no se debe confundir con su pariente Gonzalo Núñez II. Tan sólo algunas referencias documentales, siempre relacionadas con sus dominios, permiten contemplar que, al menos en estas comarcas, gozó de la relevancia social y política que le correspondía.
Su aparente aislamiento se truncó al poco de iniciarse el reinado de Fernando III. Según las crónicas, el señor de Molina se rebeló contra el monarca castellano y, como represalia, éste entró con su hueste en sus dominios, sometiéndole y obligándole a reconocerle por Soberano. No obstante, hay indicios de que el noble buscó con anterioridad la protección del arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, a quien había jurado vasallaje. Por tanto, lo más probable es que pretendiera salvaguardar la autonomía del señorío molinés, algo que chocó con los intereses del Monarca. Tal actitud, por lo demás, está relacionada con sus contactos con el señor de los Cameros, que en 1221 se había levantado contra el Rey, pues ambos plantearon al rey de Francia la posibilidad de destronar a Fernando III. En todo caso, ni las campañas militares en su contra ni el fracaso de las negociaciones con la Corona francesa le apartaron de su señorío, que conservó hasta su muerte. El señor de Molina mantuvo cierta autonomía y una exigua corte, encabezada por su mayordomo y su alférez. Es más, ciertas fuentes muestran que entre 1227 y 1135 pactó con el vecino señor de Albarracín, que también pugnaba por su independencia, la futura unificación de ambos dominios en detrimento de los intereses de Castilla y Aragón. El acuerdo, sustentado en el compromiso matrimonial de los herederos de ambos magnates, acabó roto por imposición de Fernando III, que consiguió que Pedro González el Desheredado fuera desplazado por su hermana Mafalda, desposada con el infante Alfonso. De esta forma, a la muerte de Gonzalo Pérez el señorío molinés cayó bajo la órbita de la Casa Real, aunque respetando su formal autonomía.
En el orden patrimonial, se conoce la existencia de distintas propiedades en tierras conquenses, el señorío molinés y comarcas limítrofes, principalmente por su enajenación en beneficio de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava y San Juan de Jerusalén y los Monasterios de Santa María de Huerta, Buenafuente del Sistal y Santa María de Piedra. A todos ellos concedió bienes y exenciones fiscales en sus dominios.
En fecha anterior a 1212 el señor de Molina contrajo matrimonio con Sancha Gómez, hija del conde Gómez González de Traba. El enlace debió de acordarse en el marco familiar, acaso con ocasión de conversaciones entre los Reinos de León y Castilla o durante los preparativos de la batalla de Las Navas, pues el conde gallego era pariente de los Lara. De este matrimonio nacieron, que se sepa, Pedro, Mafalda, Manrique y Guillermo, aunque de los dos segundos apenas se conoce su existencia.
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Antonio Sánchez de Mora
