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Guerau

Biografía

Guerau. Conde de Urgel, vizconde de Cabrera (IV) y de Áger (III). ?, c. 1180 – ¿Gerona?, 1229. Noble.

Hijo del vizconde Poncio de Cabrera (III) y de Áger (II) y de su esposa Marquesa, hija de Armengol VII de Urgel, hereda de su padre los vizcondados de Cabrera y de Áger y de su madre diversos bienes en Castilla. Desde que, hacia 1195, había alcanzado la mayoría de edad va acompañando a su padre en las actuaciones políticas y en la Corte del conde de Urgel, donde está presente en 1197. Al suceder a su padre dos años después, Guerau mantiene el carácter oscilante y difícil en las relaciones con el conde que caracterizaba a su antecesor, dados los dos aspectos de confrontación: la voluntad de retener el carácter alodial de los dominios inherentes al vizcondado de Áger, que así escaparían a la jurisdicción y exacción del condado de Urgel; y las crecientes invocaciones a sus derechos sucesorios, dada la falta de descendencia del conde, concordando con el acuerdo establecido en 1167 por sus respectivos padres, Poncio II de Áger y Armengol VII de Urgel, recogido por éste en sus testamentos de 1167 y 1177, que determinaban que si Armengol VIII moría sin descendientes legítimos el condado pasaría a su hermana Marquesa, cuyos derechos son recogidos por su hijo Guerau.

En estas diferencias, Guerau recaba el apoyo del rey de Aragón y conde de Barcelona, Pedro el Católico, a quien en 1199 jura fidelidad en Barcelona por su tenencia en Gerona, por castillos en el vizcondado de Cabrera (Argemenet, Blanes, Montpalau, Cabrera) y por las tenencias en la zona urgelense- ribagorzana tradicionalmente unidas a la casa de Barcelona (Camarasa, Cubells, Estopiñán, Falces, Viacamp, Benabarre y Merita). A inicios del siglo xiii Guerau mantiene buenas relaciones con Armengol VIII, y frecuenta su Corte, por lo que consta en las confirmaciones documentales, como en 1204 en Agramunt. A partir del nacimiento de la hija del conde, Aurembiaix, aproximadamente en 1205, ambos se distancian dada la voluntad del conde de ser sucedido por ella. Al mismo tiempo, Guerau recalca todos los indicativos de autonomía plena de sus territorios vizcondales, incluyendo la atención a la canónica San Pedro de Áger, a la que ofrece donaciones como en 1206, de la que dependen todas las iglesias del vizcondado y a la que sostiene en su conflicto, en esos momentos contra la diócesis leridana, para escapar de la dependencia episcopal, a pesar de que el papa Inocencio III en 1203 había confirmado las condenaciones contra el abad al desacatar al obispo.

La residencia habitual de Guerau se sitúa en estos dominios, frecuentando las estancias en las dos residencias vizcondales, la de Áger y, aún más, la de Castelló de Farfaña.

El encrespamiento de las tensiones entre el vizconde y el conde lleva en 1206 a Armengol VIII a suscribir convenios de defensa con barones como Guillem de Cervera, si bien otros, como Ferrer de Conques, le retiran explícitamente la fidelidad para pasar al servicio de Guerau. Éste trata de atraerse al Monarca, pretensión en la que se impone el conde, que en 1207 obtiene de Pedro el Católico el compromiso de sostener a la condesa Elvira si hiciera falta. Al año siguiente, el testamento del conde cede el condado a Aurembiaix bajo tutela de su madre. Al morir Armengol VIII, en 1209, la condesa no puede materializar esta voluntad porque Guerau se proclama heredero y ocupa el condado con gran facilidad al contar con el apoyo de la mayoría de los nobles y ser aceptado por las principales poblaciones, como Balaguer, Agramunt y Liñola.

Desde su residencia en Lérida, Elvira cede sus derechos sobre Urgel al rey Pedro el Católico, quien a cambio se compromete a recuperar el condado para Aurembiaix. Elvira espera que las elites urbanas se sientan atraídas por la homogeneidad jurisdiccional que puede aportar el Rey, tal como le reconocen los prohombres de Agramunt, quienes participan en el asesoramiento de la condesa al pactar con el Rey, en 1210, la boda de los dos respectivos herederos, lo que conduciría al condado al seno de la Casa Real, y se indica, tan sólo, que en caso de que Aurembiaix no pudiese culminar esta unión los derechos condales derivarían hacia Marquesa, llegando así a Guerau.

En 1210 Pedro el Católico ofrece privilegios a Balaguer y encarga la custodia del condado al vizconde Guillem de Cardona, nieto de Armengol VI de Urgel, y a su hijo Ramon Folc. En 1211 el mismo Rey convoca las huestes que efectúan una incursión por el oeste del valle de Áger, tomando Corçà, y por el sur vencen en Balaguer a Guerau, quien debe refugiarse en Llorenç con su familia, donde es detenido.

A pesar de negociar el salvoconducto para que sus familiares puedan partir a una de las dos capitales del vizcondado, Áger y Castelló, finalmente sus más allegados le acompañan al cautiverio en el castillo de Loarre. Pedro el Católico toma el condado, se compromete a respetar los derechos de Aurembiaix y confirma la delegación, por cinco años, al vizconde de Cardona, mientras que Hugo de Torroja y Ramon de Montcada reciben la custodia de algunos castillos destacados, como Montmagastre, Áger, Piñana y Finestres.

En 1213 la derrota y muerte del rey Pedro el Católico en la batalla de Muret abre una profunda crisis en la Corona, bajo la minoridad de Jaime I y la pujanza nobiliaria. Guerau reaparece de su cautiverio y aprovecha el vacío de poder real para tomar el condado. El vizconde de Cardona se resiste e incluso retiene castillos próximos a sus dominios, como Ponts. La condesa Elvira, perdido el soporte real y con toda la intención de hallar nuevos apoyos, se une en matrimonio con Guillem de Cervera. Éste, de acuerdo con el clima de bandos nobiliarios que recorre el país, hostiga los dominios de los Cabrera con el apoyo de los Montcada, beneficiándose de una posición de primer orden en la regencia del menor Jaime I. Las Cortes de Monzón de 1217 dirimen los derechos de Guerau al condado. Una comisión concluye el establecimiento de paces mutuas entre los dos bandos, impone en el condado la titularidad real sobre las principales villas —Agramunt, Balaguer, Liñola y Albesa— y retrasa el reconocimiento de Urgel para el conde a una contribución económica a efectuar al Rey en el plazo de dos años, respetando siempre la preeminencia regia en las principales poblaciones (Agramunt, Balaguer, Ponts, Liñola, Oliana, Albesa, Menárguens y Albelda) y comprometiéndose a atender los derechos de Aurembiaix si aporta la misma cantidad durante el mismo período de tiempo. En 1218, tras el acuerdo, Jaime I concede privilegios a Balaguer. En 1222, en Tarrós, el Rey reconoce a Guerau como conde feudatario de Urgel, bajo el compromiso de dejar tratar a la justicia real la definitiva titularidad del condado en caso de que Aurembiaix lo reclame.

El acuerdo se ha logrado en el contexto de una nobleza dividida en bandos que disputa su influencia al mismo Monarca. Guerau de Cabrera juega decididamente en este marco apoyando al Rey, cuya Corte y séquito frecuenta: le acompaña a Zaragoza al inicio de su reinado, le visita en Daroca al celebrarse las Cortes de 1222 y comparece avalando documentos como la concesión de garantía de bienes en 1225 por parte del Rey en caso de que la Iglesia anule su matrimonio con Leonor de Castilla, y continúa confirmando concesiones regias hasta 1226. Guerau de Cabrera se enfrenta a los oponentes al Soberano, y explícitamente en 1223, en Huesca, promete ayudar al Rey, a la Reina y al conde Nuño Sánchez en su guerra contra los Montcada y los Castellbó. A lo largo de 1224 el compromiso se materializa con actuaciones conjuntas con el nuevo vizconde de Cardona, Ramon Folc, contra Ramon de Cervera, Guillem de Cervelló, Ramon de Montcada, Guillem de Montcada y el senescal homónimo. Al alcanzarse la tregua entre los Montcadas y el Monarca, éste intercede para que Ramon de Montcada reintegre a Guerau de Cabrera los bienes que todavía retenía en el condado de Urgel.

Al mismo tiempo, Guerau de Cabrera ha ido atendiendo los asuntos del vizcondado gerundense de Cabrera, donde en 1222 concedía privilegios al monasterio de Roca Rosa, y se ha centrado en regir el condado de Urgel, apoyado por los nobles y con una política de concesión de franquicias a los grupos urbanos.

En 1223 confirma los privilegios de Agramunt y exime a sus habitantes de lezda y peaje, y al año siguiente ofrece diversos privilegios a Calasanz. También favorece los centros religiosos, como el monasterio benedictino de Santa Maria de Gualter, al que en 1223 confirma privilegios y otorga protección, o la sede catedralicia de Urgel, a la que, también en 1223, otorga la décima sobre la moneda urgelense.

De modo destacado favorece a las órdenes militares, tanto a los hospitalarios, a cuya encomienda de Alguaire confirma las anteriores concesiones condales en 1224, como a los templarios, a los que destina donaciones a la encomienda de Gardeny. A lo largo de estos años va concediendo rentas a quienes le han prestado dinero en las campañas y maniobras para retener o recuperar el condado. Al hacerlo a favor de Ramon Pedro, en 1226, menciona a su hijo a su lado, Poncio. Si bien no se trata de una novedad, porque en 1224 éste ya acompañaba a su padre en la confirmación de Gatmullat para Folc de Blumat y los hospitalarios de Alguaire, a partir de estos momentos sus dos hijos mayores le auxilian en el gobierno, Poncio en el condado de Urgel y Guerau en el vizcondado de Cabrera.

Muy rentables son los bienes y derechos de Lérida, como son molinos, la caldera de tintes, diversas propiedades, la “castlanía” mayor y la posesión de una tercera parte de la ciudad, conjunto atendido por su baile en la ciudad. Desde esta posición, el conde participa con el Rey, desde 1149, en la concesión de privilegios a la ciudad, razón por la que en 1224 Jaime I y Guerau, como “comes Urgellensis vicescomes Caprarie”, conceden conjuntamente a los leridanos franquicias respecto al comercio del grano y la ganadería, así como salvoconducto y protección sobre sus bienes dentro y fuera de la ciudad, beneficiando así el comercio de una ciudad muy dinámica.

El supuesto de que Aurembiaix reclame sus derechos parece lejano, porque Aurembiaix no sólo fue acogida en 1213 por el entorno de su familia materna de los Lara, en Castilla, sino que ha contraído matrimonio con Álvar Pérez de Castro, el hermano de Elo Pérez, con quien Guerau está casado aproximadamente desde 1205. No obstante, uno de los personajes más próximos a Jaime I, Guillem de Cervera, avala a su hijastra Aurembiaix, partidario de reconocer sus derechos bajo preeminencia regia, lo que contribuiría, por tanto, al enaltecimiento del poder del Monarca.

El conde de Rosellón, Nuño Sánchez —aún más influyente ante el Rey y primo de Aurembiaix como hijo de Sancha Núñez de Lara, la hermana de Elvira—, se va haciendo receptivo a la idea, si bien partiendo de una voluntad conciliadora dada su amistad con Guerau de Cabrera, tal como se refleja en el testamento de éste de 1223, que lo coloca entre sus albaceas.

Confiando en estos apoyos, en 1228 Aurembiaix anula su matrimonio y se instala en Lérida con el objetivo de recuperar el condado mediantela ayuda del Rey. Éste escenifica el discurso de preeminencia regia basado en el Derecho romano y los deberes cristianos del Monarca que le permite dirimir conflictos entre nobles y erigirse en garante de la justicia, especialmente protegiendo débiles, como sería el caso de la condesa huérfana que implora la recuperación de los derechos usurpados.

Por ello se adopta el formato judicial, citando a Guerau por tres veces, quien se niega, por sí mismo y sus procuradores, a someterse a lo que interpreta como una farsa judicial. Acusado de contumacia a la justicia regia, el Monarca fallará en su contra. El 1 de agosto de 1228, Jaime I y Aurembiaix acuerdan la invasión del condado, con explícita ocupación de las nueve villas destacadas: Agramunt, Balaguer, Ponts, Oliana, Liñola, Albesa, Menárguens, Albelda y Calasanz. Entre agosto y octubre se desarrolla la campaña armada, bajo conducción directa del Monarca y ocasionales comparecencias de Aurembiaix, que alterna su residencia en Lérida con participación en las tomas de poblaciones. En éstas, la formal aceptación de los derechos de la primogénita de Armengol VIII encubre una confesada inclinación hacia la fuerza del Monarca y las posibilidades socioeconómicas inherentes al hecho de integrarse en la homogeneidad jurisdiccional regia.

De hecho, la enseña izada en las plazas tomadas es la regia. En octubre el Rey, con motivo de su desplazamiento para encabezar la expedición contra Mallorca, suspende la campaña de forma ambigua ante Ponts, porque no quiere dañar al vizconde de Cardona que la detenta y sin enfrentarse a Calassanz, fuertemente inclinada hacia Guerau. Éste retiene sin ninguna molestia los territorios considerados propios del vizcondado.

En el mismo 1228, Guerau se retira a la encomienda templera de Gardeny. Es una decisión progresivamente preparada desde hace dos años, dadas sus relaciones con esta encomienda y el ejercicio de delegación en sus hijos. Él siempre se había titulado vizconde de Cabrera, antecediendo, desde la muerte de Armengol VIII, el título condal de Urgel. Ahora cede aquél a su hijo Guerau y éste a su primogénito Poncio, sin renunciar, por tanto, a la titulación condal a pesar de la decisión regia y a constreñirse, en estos momentos, al Regimiento del vizcondado de Áger. Sus otros hijos son dotados con feudos castrales: Estopiñán y Falcs para Álvaro, quien también recibe los bienes en Castilla que Guerau gozaba por herencia materna, y Rodrigo en Benabarre y Viacamp, que acabará prefiriendo a la posibilidad de avanzar en la carrera eclesiástica. La hija, Alamanda, permite enlazar con la familia de los Cervelló. Las últimas voluntades de Guerau no difieren mucho de las expresadas en su testamento de 1223, cuando expresa su voluntad de beneficiar al Císter en Poblet, los cartujos, la casa de leprosos de Lérida, el hospital de Roncesvalles, el Temple y diversos cenobios de la zona gerundense (Breda, Amer, Roca-Rosa, Sant Feliu de Guíxols) y de la urgelense (Bellpuig de las Avellanas, las Franquesas, San Pedro de Áger). Falleció al año siguiente de entrar a formar parte del Temple, en 1229.

 

Bibl.: E. Corredera, El archivo de Áger y Caresmar, Balaguer (Lérida), Artes Gráficas Romeu, s. f.; J. Miret y Sans, Investigación histórica sobre el vizcondado de Castellbó con datos inéditos de los condes de Urgell y de los vizcondes de Áger, Barcelona, Imprenta la Catalana de J. Puiventós, 1900; E. Corredera, Noticia de los conde de Urgel, Lérida, Instituto de Estudios Ilerdenses, 1973; A. Huici y M. D. Cabanes, Documentos de Jaime I de Aragón, Valencia, Anubar, 1976; J. Villanueva, Memorias cronológicas de los condes de Urgel, Balaguer, [Ayuntamiento], 1976; F. Fité, Reculls d’història de la Vall d’Àger, Àger (Lérida), Centre d’Estudis de la Vall d’àger, 1985; J. Trenchs y R. Conde, “La escribanía-cancillería de los condes de Urgel (s. ix-1414)”, en Folia Munichensia, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1985, págs. 7-130; J. Alturo, Diplomatari d’alguaire i del seu monestir santjoanista, de 1076 a 1244, Barcelona, Fundación Noguera, 1999; D. Domingo, A la recerca d’Aurembiaix d’Urgell, Lérida, Edicions de la Universitat de Lleida-Institut d’Estudis Ilerdencs, 2006.

 

Flocel Sabaté Curull