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Carlos de Amberes

Biografía

Amberes, Carlos de. Amberes (Bélgica), c. 1530 – Madrid, 1604. Fundador del Hospital de San Andrés de los Flamencos en Madrid.

Son exiguas las informaciones contrastadas sobre su trayectoria personal y su venida a España. Su nombre originario tampoco ha podido identificarse, pues en los escasos documentos conservados en los archivos españoles siempre firma en su forma castellanizada como Carlos de Amberes. Según Francis Decker, pertenecía a una familia de la burguesía amberina llamada Charles, y tanto su abuelo Melchior Charles como su padre Pieter Charles (muerto en 1579) eran escribanos. Sin hijos de su primer matrimonio con Catherine Geens, contrajo segundas nupcias con María Cheus en 1558, con la que tuvo siete hijos.

Uno de ellos, llamado Pieter, se estableció como mercader en España con el nombre de Carlos de Amberes y fundó el Hospital de San Andrés. Sin embargo, estas atribuciones respecto a la identidad y orígenes de su fundador han sido rebatidas por los documentos aportados por F. y B. Vidal, pues en la carta de donación firmada por él en 1594 afirmaba ser de edad de sesenta y cuatro años “poco más o menos”, es decir, que había nacido en Amberes hacia 1530, mientras que el primogénito del notario Charles lo hizo en 1558.

El 9 de febrero de 1584 Carlos de Amberes compró una casa en el barrio de San Antón de Madrid (cuartel de Barquillo), a Miguel Gómez y a su mujer Ana de Villa, que estaba gravada con un censo a favor de Virgilio Granita. Por entonces figuraba como “criado del embajador de Polonia”, el médico, filósofo y sacerdote Stanislaw Fogelweder (1575-1586). Entre los asuntos diplomáticos tratados durante su embajada en España se abordó la ayuda polaca en la lucha contra los rebeldes de los Países Bajos y otras cuestiones comerciales y financieras principalmente a través de Charles de Tisnacq, gentilhombre de la Casa de Borgoña (1567-1592) en el reinado de Felipe II, y capitán de la Guardia de Archeros (1578-1588). Se desconoce aún qué tipo de servicios le prestaba Carlos de Amberes, pero se puede aventurar que se trataría de los propios de un agente con estrechos contactos entre la comunidad de naturales de los Países Bajos en la Corte española. Las relaciones entre España y Polonia se articulaban a menudo a través de intermediarios flamencos (secretarios, eclesiásticos y comerciantes).

No se ha podido comprobar la pertenencia de Carlos de Amberes a la Guardia de Archeros de Corps, atribuida en algunas relaciones oficiales del siglo xviii, pero a la que nunca aluden los escasos documentos firmados por él.

En un registro de “personas de comunión” de la parroquia de San Ginés (Madrid) del año 1594, Carlos de Amberes aparece como único habitante de su casa, soltero y sin hijos. Aunque no se ha localizado el documento original, gracias a una copia autenticada de la escritura de donación de sus bienes para fundar el primer hospital de peregrinos de los Países Bajos en Madrid, otorgada el día de la Transfiguración (6 de agosto de 1594), declara que, hallándose sin herederos, donaría a su muerte “cierta hacienda y señaladamente una casa que yo he labrado y al presente tengo en los solares que dicen de Granita no lejos de las casas grandes que suelen ser de Baltasar Ca[e]tano genovés, difunto, y lindan con casas de Juan de Santa Cruz por una parte y por la otra con la de Luis García, y por otras dos partes tienen la calle real pública [de San Marcos] y pagan catorce reales de censo perpetuo en cada un año al Doctor [Francisco de] Sande que compró esta herencia después de la muerte de Baltasar Ca[e]tano y están libres de la carga de aposento del Rey” para recoger a los pobres necesitados de la nación flamenca y extranjeros de los Países Bajos. Nombraba como albaceas de esta donación al confesor de dicha nación en Madrid, al notario ante quien se otorgaba esta escritura, a dos capellanes reales y a dos archeros de la Guardia de Corps. Determinaba, además, que él fuese enterrado en el oratorio, hospital o iglesia que se levantase en su fundación, y que “los pobres necesitados que acudirán a la dicha mi casa a dormir o a servirse de ella en cualquier manera que sea que a hora de comer, cenar o acostar recen un pater noster y un avemaría por mi alma delante de una imagen de un crucifijo que yo [...] mando hacer y colgar en la parte de mi casa que se vea y para que haya memoria siempre de esta mi presente donación”. Esta escritura fue otorgada en presencia del capellán del Rey y confesor de la nación flamenca licenciado Everard Paulin Harhens, del capellán y maestre Enrique Geruhiner, del cantor Cornelius de Opdam y del archero Jusepe Nolibont, ante el escribano Gaspar Verreso.

Carlos de Amberes confirmaba esta donación en su testamento fechado en Madrid a 9 de octubre de 1601 y otorgado ante el escribano Francisco de Testa en presencia de los vecinos Cristóbal Mejía, Juan Enrique, fray Pedro de Aragón, Antonio Ortiz y Francisco Serrano, y designaba como sus albaceas y testamentarios al capellán maestro Juan de Ignes, al capellán y confesor de la nación flamenca Juan Fustier, y a los archeros reservados Michel du Frêne, Hans Dierens y Gaspar Ferman. De acuerdo con sus disposiciones y en tanto no se habilitase su fundación, sería enterrado en el vecino convento de los Carmelitas Descalzos, y dejaba los detalles de su funeral, misas y oraciones por su alma a la consideración de sus albaceas. Éstos podrían compararse con los acordados para su propio entierro en el testamento de su principal albacea, el archero reservado Michel du Frêne (Madrid, 26 de febrero de 1603). No figuran más datos sobre la cuantía de sus bienes ni descripciones más precisas sobre los mismos, pero sí el perdón de los 250 reales que le debía su amigo el archero David Boosen “en recompensa de lo que me sirvió y regalos que me hizo en mi última enfermedad”.

En el inventario realizado a la muerte de Enrique Cock (Madrid, 31 de octubre de 1598), también figuraban varios documentos relacionados con Carlos de Amberes (los beneficios de un censo impuesto sobre una casa de la calle de la Flor, el alquiler de una casa cerca de San Francisco, varias obligaciones de pago a su favor o en contra, y diversas cédulas). Todo ello ascendía a 336 ducados y 300 reales pendientes de cobro, más otros 70 ducados que Cock le debía, y 779 ducados que Andrés Junios debía hacer efectivos en Flandes. Destinaría estos exiguos recursos y sus casas, valoradas entre unos 20.000 a 25.000 escudos, a la dotación de su obra pía.

El retrato de Carlos de Amberes, que se conserva actualmente en la sede de su fundación (calle de Claudio Coello, 99), era propiedad del cronista y archero reservado Enrique Cock, según consta en su inventario de bienes. La leyenda que figura en la parte inferior debió ser añadida después de la consagración de la primitiva capilla de la calle de San Marcos en noviembre de 1607: “Este Retrato de Carlos natvral de la civdad de amveres el qual / dexó esta casa para Fvndar en ella este ospital del glorioso apostol / san andres para Recoger los pobres peregrinos natvral[es] de las 17 pro-/vincias de los payses bajos estados del Rey nro. s.or falleció año de 1604 / dios tenga sv alma en la gla. amen.- Se empezó la fabrica de la yglesia / en primero de otvbre de 1606 siendo sv testamentario migvel de / frene Archero reservado de sv mag.d la mandó labrar y se dixo la / primera missa el día de nra. señora de la presentacion año de 1607”. Como era habitual en los retratos devocionales de la época, la silueta orante del fundador destaca sobre un paisaje, que en este caso muestra una marina y los perfiles de una ciudad amurallada que no se ha podido identificar. Se hallaba expuesto en la sala de reuniones de la iglesia, e instaba a cada peregrino al cumplimiento de los fines de su fundación: “han de avisar a cada uno de los peregrinos que rueguen a Dios por Su Santidad y por el Rey Nuestro Señor y conservación de sus Estados y exaltación de la Santa Madre Iglesia y Fee Catholica y Vitoria contra infieles y herejes y por el ánima de Carlos de Amberes conforme lo pide por su testamento y por todos los bienechores desta Cassa” (Constituciones de 1616). El autor de este lienzo podría ser un archero pintor, pues en esta guardia real no sólo había militares, sino también artistas, cronistas, traductores, ingenieros y otros técnicos.

Antes de fundarse este pequeño hospital, varios miembros de la Guardia Real de los Archeros de Corps, encabezados por los archeros Enrique Cock, Michel du Frêne y Jean Hardi, promovieron la creación entre sus connaturales de una cofradía que tendría esa misma finalidad asistencial y que irían dotando con mandas testamentarias y limosnas. Actuaba segregada del Hospital de Corte, al que todavía acudían los demás servidores flamencos de las casas reales y de las guardias. Se tienen constancia de los inicios de dicha segregación a través de las quejas del doctor Lope de Velasco, que era entonces capellán del rey Felipe III y administrador del Hospital de Corte en Madrid.

En un memorial fechado el 23 de noviembre de 1598 y dirigido a la Cámara de Castilla, reclamaba los bienes del difunto cronista y notario apostólico Enrique Cock, para enjugar con ellos las cuantiosas deudas de esta institución regia, y evitar que fuesen usurpados por los archeros Michel du Frêne y Jean Hardi.

Negaba la legalidad de la cofradía de naturales de los Países Bajos que éstos pretendían dotar con los bienes aportados por los flamencos difuntos sin haber testado, pues una institución asistencial de esta clase requería las licencias previas de la Corona y de las autoridades eclesiásticas, y semejantes recursos estaban destinados por ley a sufragar los gastos de los hospitales reales. Según su parecer, esta cofradía aún no había iniciado su labor benéfica y parecía estar sirviendo a los intereses particulares de este grupo de flamencos que se estaba lucrando a costa de sus connaturales.

Procesos de segregación semejantes fueron habituales en el origen de numerosas cofradías e instituciones benéficas de los siglos xvi y xvii. El traslado temporal de la Corte a Valladolid verificado a principios de 1601 y el papel determinante que tenía la Guardia de Archeros en la historia de esta fundación conllevaron un nuevo retraso para su implantación definitiva en Madrid y para la ejecución del testamento de Carlos de Amberes fallecido en 1604. No obstante, en marzo de 1605 el capitán de la Guardia y marqués de Falces, Diego de Croy y Peralta, ordenó que todos sus miembros ingresaran sin excepción en esta cofradía de San Andrés instalada ocasionalmente en Valladolid en la iglesia de San Juan. Al igual que la mayoría de los servidores de palacio, los archeros reales pertenecían en Madrid a la parroquia de San Gil, y allí celebraban todas sus ceremonias religiosas y patronales, hasta que el 23 de noviembre de 1607 tuvo lugar la consagración de su primera capilla independiente y de un pequeño hospital con apenas cinco camas en las casas donadas por Carlos de Amberes en la madrileña calle de San Marcos.

La instauración del Hospital de San Andrés de los Flamencos (18 de noviembre de 1606) formaba parte de un proceso de diferenciación y representación de las naciones presentes en la capital de la Monarquía: hospitales de San Pedro y San Pablo de los Italianos, San Antonio de los Portugueses (después de los Alemanes), San Luis de los Franceses, Nuestra Señora de Montserrat para la Corona de Aragón, o los colegios y seminarios de Irlandeses, Ingleses y Escoceses. Desde sus inicios, Felipe III le concedió el patronazgo real (13 de noviembre de 1606), y mantuvo estrechos vínculos con la Real Capilla (1606-1933), el Consejo Supremo de Flandes (1664-1702), la Orden del Toisón de Oro, la Guardia de Archeros de Corps y las Guardias Walonas, y la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.

Por una Real Cédula fechada en Valsaín el 11 de julio de 1609, pocos meses después de la firma de la Tregua de los Doce Años en Amberes, el rey Felipe III confirmó para sí y los reyes de Castilla, sus sucesores, el patronato de esta institución y convirtió su hospital en la Real Diputación de San Andrés de los Flamencos. Sus primeras Constituciones fueron acordadas por una junta de diputados el 10 de abril de 1613. Recibieron la correspondiente autorización real con aprobación de Felipe III el 24 de octubre de 1616 y la autorización apostólica, un mes después, por parte del capellán, limosnero mayor del Rey y patriarca de las Indias, Diego de Guzmán.

En 1621, año en que tendría lugar la reversión de la soberanía de los Países Bajos a favor del monarca español Felipe IV tras el fallecimiento sin herederos del archiduque Alberto, se encargó al arquitecto y maestro mayor de obras de Madrid, Juan Gómez de Mora, un nuevo edificio en la calle de San Marcos que ampliase la antigua casa hospital, y una iglesia que sustituyese a la pequeña capilla alojada hasta entonces en una casilla junto a la enfermería. Para dar mayor relevancia a esta nueva obra, a comienzos de la década de 1630 se encargó a Rubens el lienzo del Martirio de San Andrés, que fue costeado por Jan van Vucht, agente de la Imprenta Plantiniana en la Corte, y que éste donó en su testamento en 1639 para que fuese colocado con su marco original en el altar mayor de la iglesia del Real Hospital de San Andrés de los Flamencos. Desde entonces se convirtió en la obra maestra emblemática de esta fundación flamenca en Madrid. Conociendo el gusto del soberano por las obras de Rubens, que había decorado para él en aquella misma década la Torre de la Parada, se pueden advertir en este magnífico lienzo de la última etapa del genial pintor un intento de dar mayor relevancia ceremonial a la Real Diputación de los Flamencos en el ámbito de la Corte madrileña. La festividad de San Andrés estaba estrechamente vinculada a la Casa de Borgoña y a la Orden del Toisón de Oro, por tanto, celebrarla fuera de la Real Capilla del Alcázar atrayéndola a la iglesia de los Flamencos podría contribuir a subrayar su representación en la concurrencia del espacio cortesano. La festividad de San Andrés siguió siendo la más importante de esta fundación y para la ocasión cada 30 de noviembre la iglesia se engalanaba con tapices de las colecciones reales y un retrato del soberano, con otras colgaduras y reposteros, y con las sillas, alfombras y ropas de altar que aportaban varios particulares y conventos vecinos como el de los Agustinos Recoletos.

La restauración el Consejo Supremo de Flandes y Borgoña y, sobre todo, su reorganización a partir de 1628 bajo la presidencia del marqués de Leganés, creó una nueva instancia de representación y gestión de los flamencos en la Corte española. Ante los conflictos que surgieron entre el presidente de la Real Diputación, que era a la vez jefe de la Real Capilla, y la junta de diputados, respecto al nombramiento del capellán- administrador, el Consejo de Flandes solicitó al rey Felipe IV el 30 de marzo de 1664 que renovase las constituciones aprobadas en 1616 y que le concediese la protección, gobierno y superintendencia del Real Hospital de San Andrés de los Flamencos. Apoyaba su solicitud argumentando que los Consejos de Italia, Portugal y Aragón ejercían semejante tutela sobre sus respectivos hospitales de nación, y que cuando se creó esta fundación no se había restaurado aún el Consejo Supremo de Flandes, al hallarse temporalmente cedida la soberanía de los Países Bajos y Borgoña como dote a la infanta Isabel Clara Eugenia. La confirmación de las constituciones y el nuevo papel otorgado al Consejo figuran en un Real Decreto de 30 de mayo de aquel mismo año. Hasta 1702, fecha en la que fue suprimido el Consejo, siguieron sucediéndose los problemas con la elección del eclesiástico que debía administrar las almas y recursos de la iglesia y hospital de San Andrés de los Flamencos. En 1988, la Real Diputación de San Andrés de los Flamencos-Fundación Carlos de Amberes dejó de ser una institución benéfico-asistencial para convertirse en una fundación cultural y científica dedicada a las relaciones históricas y culturales entre España y los territorios de las antiguas Diecisiete Provincias de los Países Bajos (Bélgica, Holanda, Luxemburgo y noreste de Francia).

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Madrid, Diego de Henao, Petición de Miguel Gómez y su mujer, Ana de Villa, a Virgilio Granita para vender unas casas a Carlos de Amberes, Madrid, 9 de febrero de 1584, prot. 579, fol. 2419; Diego de Henao, prot. 579, fols. 2644- 2645; Carta de reconocimiento de censo entre Carlos de Amberes y Virgilio Granita, Madrid, 1584; Juan de Obregón, Escritura de donación de Carlos de Amberes, copia autenticada en 1606 de la original fechada en Madrid, 6 de agosto de 1594, prot. 2436, fols. 836-838; Francisco de Ovalle, Inventario de bienes de Enrique Cock, archero reservado y notario apostólico, Madrid, 31 de octubre de 1598, prot. 1042, fols. 1368-1417 (fols. 1392v.- 1393r., espec.); Francisco de Testa, Testamento de Carlos de Amberes, Madrid, 9 de noviembre de 1601 (otra copia autenticada en Juan de Obregón, prot. 2436, fols. 839-842), prot. 2609, fols. 966r.-967v.; Francisco de Testa, Testamento de Miguel de Frene, Madrid, 26 de febrero de 1603, prot. 2613, fols. 554- 557; Archivo General de Simancas, Hacienda, Libro de las personas de comunión de la Parroquia de San Ginés, Madrid, 1594, leg. 121; Cámara de Castilla, memorial 234, del doctor Lope de Velasco a don Luis de Salazar, 1598, leg. 804; Secretarías Provinciales, Flandes, Petición del Consejo de Flandes al rey Felipe IV sobre el gobierno del Hospital de San Andrés, 30 de mayo de 1664, leg. 2576; Archivo Histórico Nacional, Consejos, Cámara de Castilla, Patronato Eclesiástico, Libros de Iglesia, lib. 7, fol. 307r.-v.; Consejos, Cámara de Castilla, Patronato Eclesiástico, Libros de Iglesia, 11, ff. 42v.-48r., Constituciones del Real Hospital de San Andrés de los Flamencos, aprobadas en Madrid, a 10 de abril de 1613 y confirmadas por Felipe III el 24 de octubre de 1616 (fol. 48r.-v.). I. Hye Hoyes, Fondations pieuses et charitables des marchands flamands en Espagne, Bruxelles, E. Vromant, 1882, págs. 67- 90 (ed. facs. Madrid, Fundación Carlos de Amberes, 1999); F. Decker, “La famille de Charles d’Anvers”, en Tablettes de Brabant. Généalogie, Histoire, Héraldique, Hombeeck, Clerebaut, 1956-1958, t. III (1958), págs. 305-362; Fundación Carlos de Amberes, 1594-1989 (Madrid, 25 de junio-25 de julio de 1989), catálogo de exposición, Madrid, Real Diputación de San Andrés de los Flamencos, 1989; Renacimiento de la Fundación Carlos de Amberes: Una opción europea (Madrid, 25 de noviembre 1992-6 de diciembre 1992), catálogo de exposición, Madrid, Real Diputación de San Andrés de los Flamencos, 1992; A. Alvar Ezquerra, “Enrique Cock: un humanista holandés en la España de Felipe II”, en Hispania, 181 (1992), págs. 521-557; F. y B. Vidal Galache, Fundación Carlos de Amberes. Historia del Hospital de San Andrés de los Flamencos, 1594-1994, Madrid, Fundación Carlos de Amberes, 1996; R. Skowron, Dyplomaci polscy w Hiszpanii w xvi i xvii wieku (Diplomáticos polacos en la España de los siglos xvi y xvii), Cracovia, 1997; B. J. García García, “Het ontstaan van het hospital van de Vlaamse nadie in Madrid. Oorsprong van de Stichting Carlos de Amberes (1606-2006)”, en Kunsttijdschrift Vlaanderen, 55, septiembre (2006), págs. 237-242.

 

Bernardo J. García García