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Livinio Stuyck Millenet

Biografía

Stuyck Millenet, Livinio. Madrid, 1876 – 14.V.1942. Empresario textil, tapicero.

Livinio Stuyck Millenet, primogénito de Gabino Stuyck Dulongval y Rosa Millenet, siguiendo la tradición, sucedió a su padre en la dirección de la Real Fábrica de Tapices y Alfombras de Madrid, que en aquellos momentos gozaba de evidente prosperidad. Se mantuvo en el cargo hasta su fallecimiento en 1942 y pertenecía a la séptima generación en dirigir y encargarse de la Real Fábrica. Estuvo casado con Rosa San Martín y fue padre de cuatro hijos: Gabino, Eloísa, Emilia y Francisco.

La Real Fábrica fue fundada en 1721 por Felipe V para suplir la pérdida de los territorios de Flandes, y poder producir y restaurar sus propias manufacturas. El primer encargado de la fábrica fue el maestro belga Jacobo Vandergoten, y el último representante del apellido, Cornelio, dejó la fábrica en herencia a su sobrino Livinio Stuyck Vandergoten y Dange, en 1786. A partir de este momento, los Stuyck dirigieron la empresa hasta que, en 1996, se constituyó en Fundación Cultural.

Livinio Stuyck realizó, a principios del siglo XX, cambios en la empresa. Fomentó la demanda privada, ante el descenso de las peticiones de la Casa Real y el Estado. Otra consecuencia de esta privatización fue la mayor importancia de la restauración y fabricación de alfombras, respecto a la fabricación de tapices.

Livinio Stuyck fue amigo personal de Alfonso XIII, al que acompañaba en sus viajes como persona de confianza. Por sus servicios a la Corona obtuvo honores y condecoraciones y el nombramiento de gentilhombre de Casa y Boca de la Real Casa.

En 1917 se introdujeron cambios en la fabricación, comenzando a utilizarse máquinas para cardar la lana y tintes químicos en lugar de los vegetales. Este proceso no impidió series maestras de tapices, como las de Manuel Benedito o José María Sert, dos pintores excepcionales.

La buena marcha de la industria continuó durante la etapa de la dictadura de Primo de Rivera, con una gran afluencia de clientes particulares y de encargos para edificios oficiales que recurrían a la Fábrica para decorar sus salones en los actos solemnes. Las nuevas leyes laborales favorecieron el entendimiento entre los trabajadores y la dirección, creando un clima de tranquilidad violentamente truncado con la proclamación de la Segunda República, en abril de 1931.

El exilio de Alfonso XIII dejó a la Fábrica sin el patronazgo de la Corona, su principal cliente, y el clima de inestabilidad política hizo disminuir de forma dramática los encargos, poniendo en peligro el futuro de sus entonces 300 operarios.

En su afán por evitar la ruina Livinio Stuyck Millenet se entrevistó con Indalecio Prieto, Ministro de Hacienda, y posteriormente llegó hasta el presidente de la República, exponiéndoles la apurada situación de la Fábrica de Tapices, donde su familia había mantenido a través de los siglos la misma forma de producción artesanal. Sus argumentos fueron bien acogidos y Stuyck consiguió del Estado un importante encargo: la restauración y reproducción de los tapices del siglo XIV sobre el desembarco de Alfonso V de Portugal en la costa africana que se exhibían en el Museo del Prado, donados en 1667 a la Colegiata de Pastrana por el duque del Infantado. El trabajo, cuya realización se programó para varios años, quedó interrumpido por la Guerra Civil.

La Fábrica de Tapices, encuadrada en la Dirección General de Bellas Artes, dependiente del Ministerio de Instrucción Pública, perdió su apelativo de Real para llamarse Manufactura Nacional de Tapices y Alfombras. La lucha de la familia Stuyck por la continuidad de la industria siguió durante la turbulenta etapa que desembocó en la Guerra Civil.

En agosto de 1936 la República se incautó de la Fábrica, poniendo como director a Manuel Navarro, y los Stuyck tuvieron que abandonar su casa y el trabajo que, por deseo de un rey de España, trajo desde Flandes a sus antepasados. El último en partir fue Gabino, que se refugió en la embajada de Bélgica, desde la que emprendió un penoso exilio que le llevó a Portugal, Francia, Alemania, Bélgica y por último a Salamanca, donde fue nombrado miembro del Servicio de Recuperación Artístico.

Terminada la guerra los Stuyck volvieron a su casa y emprendieron la penosa tarea de levantar de sus cenizas lo que fuera en otro tiempo una industria modelo. Su primer objetivo fue el de intentar recuperar los tapices y alfombras que los clientes habían dejado a su cuidado, en una búsqueda que se extendió fuera de nuestras fronteras. Gracias a las gestiones de su hijo Gabino, el director, Livinio Stuyck Millenet, recobró parte de lo vendido desde la Fábrica y otras obras de arte requisadas por la Junta del Tesoro Artístico de la República, entre ellas dos de los tapices de Pastrana de la serie “Alcazarsegur”. Entretanto, en la Fábrica de Tapices se reemprendía la restauración y copia de toda la serie que finalizó en 1944, y que el nuevo régimen se negó a pagar por ser un encargo de la República. Años después el embajador de Portugal intentaría adquirir los tapices originales; ante la negativa de Stuyck, compró las copias y con el importe se cubrió la deuda pendiente.

La posguerra fue una dura etapa de privaciones, sin encargos de particulares y con grandes dificultades para adquirir materias primas. La decoración del Palacio de la Granja, para conmemorar el primer aniversario de la victoria de las tropas “nacionales”, supuso para la Fábrica de Tapices un momentáneo alivio económico y un rotundo éxito artístico.

En 1941 se creó la "Fundación Generalísimo Franco, Industrias Artísticas Agrupadas", dedicada en parte a la fabricación de alfombras de nudo español. A la muerte de Livinio Stuyck Millenet, en mayo de 1942, su hijo Gabino Stuyck San Martín tardará unos meses en ser confirmado en la dirección, aunque ya se había renovado el contrato con Patrimonio Nacional.

De Livinio Stuyck Millenet, se recuerda su habilidad de gestión, gracias a la que logró el apoyo del gobierno republicano a la Manufactura (en lugar de Real Fábrica). No sólo evitó su total desaparición, sino que incluso consiguió hacer ver que los tapices eran obras de arte. Tras la Guerra Civil, relanzó la actividad de la Real Fábrica.

Siguiendo la tradición familiar, Livinio Styck Millenet fue miembro de la Real Diputación del Hospital de San Andrés de los Flamencos, fundado en 1594 por Carlos de Amberes para socorro de sus compatriotas (actual Fundación Carlos de Amberes).

 

Fuentes y Bibl.: Archivo de la Real Fábrica de Tapices, Expediente sobre el traslado de tapices por orden del Gobierno de la República, Madrid, 21 de septiembre de 1936, leg. 665/ 2.1; Instancia de Livinio Stuyck Millenet solicitando la continuación de servicios de la Real Fábrica de Tapices con el Estado…, Madrid, 29 de abril de 1931, leg. 666/2.4; Archivo del Casino de Madrid, expediente personal.

M. Benedito y Vives, El porvenir de la Real Fábrica de Tapices y Alfombras de Madrid, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1924; E. Iparraguirre y C. Dávila, Real Fábrica de Tapices, 1721–1971, Madrid, Real Fábrica de Tapices, 1971, págs. 105-110; M. Bertojo, “Organización y relaciones laborales en una empresa artesanal : la experiencia de la Real Fábrica de tapices”, en Capital humano: revista para la integración y desarrollo de los recursos humanos, año n.º 10, n.º 106 (1997), pags. 12-16; F y B. Vidal Galache, Real Fábrica de Tapices en los documentos de su archivo, Madrid, Real Fábrica de Tapices, 2000, págs. 42-43; S. Rivera de la Cruz y A. Piñeiro, “Livinio Stuyck Millenet”, en Revista del Casino de Madrid, n.º 42 (2005), págs.52–53; http://realfabricadetapices.com/; www.pergaminovirtual.com.ar/apellidos/stuyck.html.

 

Florentina y Benicia Vidal Galache y Miguel Ángel Ramírez Carrasco