Hevia Campomanes, José. Pola de Lena (Asturias), 24.III .1841 − Higuera de Vargas (Badajoz), 2.V.1904. Dominico (OP), obispo.
Tomó el hábito dominicano en el convento‑colegio de Santo Domingo de Ocaña el día 15 de septiembre de 1856. Allí profesó el año siguiente. Era subdiácono y estudiante de tercero de Teología cuando embarcó para Filipinas en 1863. Se ordenó de sacerdote en 1864. Fue asignado como profesor de Humanidades a la Universidad de Santo Tomás de Manila. Ese mismo año comenzó su apostolado en Balanga, provincia de Bataan, y luego en Santa Rosa de Biñán (Laguna). Fue nombrado vicario de Indan (Cavite), pero prefirió quedarse en Santa Rosa a pesar de haber sido secuestrado por unos ladrones que le usaron como escudo para salvarse ellos y el botín. En 1878 se le encomendó la importante vicaría de Binondo. En 1886 los superiores le nombraron procurador de la provincia en Roma y en la Corte de Madrid. Los chinos y sus gremios presionaron al gobernador y al capitán general de Filipinas y, por su mediación, a Roma y a Madrid para que el padre Hevia no saliera de Binondo. Lo consiguieron y allí construyó un cementerio y una capilla, y asistió a la bendición el gobernador general, Emilio Terrero. Este mismo gobernador le desterró de Manila desde el mes de octubre de 1886 hasta abril de 1887, por la defensa que hizo desde el púlpito de los derechos de la Iglesia en contra de algunas decisiones del Gobierno. Le levantó el destierro el nuevo gobernador interino, mariscal de campo Antonio Moltó. Por este caso y por su gran celo pastoral, fue elegido obispo de Nueva Segovia el 18 de mayo de 1889, el Papa le nombró el 27 de mayo del mismo año y el cardenal Ceferino González, entonces arzobispo de Sevilla, le consagró en la catedral de Oviedo el 13 de abril de 1890.
Se entregó a la labor pastoral en su diócesis. A pesar de ser muy extensa la visitó varias veces, administrando sacramentos. Fundó un colegio de primera y segunda enseñanza para niñas, que confió a las hermanas dominicas. Consiguió que el Gobierno español lo elevara a la categoría de Escuela Normal de maestras. Vivió tiempos difíciles por la invasión americana y por la insurrección filipina. Ésta tenía un fin político: liberar al pueblo filipino del dominio español; y otro religioso: liberarse de las autoridades eclesiásticas españolas, en su mayor parte religiosos, y sustituirlas por clero filipino. Ante el avance de los insurrectos, y viendo el trato que daban a los prisioneros, las autoridades civiles y militares decidieron abandonar la provincia. Invitaron a irse con ellos al obispo Hevia, que aceptó con la condición de llevarse con él al clero español, las monjas, los profesores del seminario y a los religiosos misioneros. Llegaron a Aparri y esperaron a algún barco que los llevase a Manila o a Hong-Kong. Fueron apresados por los insurrectos filipinos, y llevado al convento de Alcalá y, aunque al principio le trataron con alguna consideración, la situación cambió cuando se negó a ordenar a tres diáconos, como le pedían sus secuestradores, por falta de testimoniales. Logró la libertad y regresó a Manila el 10 de enero de 1900. Al poco tiempo se embarcó para España.
Presentó al Papa su renuncia al Obispado de Nueva Segovia el año 1900. Le fue admitida en 1902, y al año siguiente fue propuesto y nombrado obispo de Badajoz. Tomó posesión de su nueva diócesis el 7 de septiembre de 1903. A causa del cautiverio sufrido, su salud era mala. Murió de pulmonía en el pueblo de Higuera de Vargas (Badajoz), cuando realizaba la visita pastoral.
Obras de ~: Lecciones de Gramática hispano-tagala, Manila, Est. Tipográfico del Colegio de Santo Tomás, 1872; Gramática comparada de las lenguas que se hablan en Filipinas, Manila, 1898.
Bibl.: G. Martínez, “El Ilmo. Sr. D. Fray José Hevia Campomanes”, en El Santísimo Rosario, 22 (1907), págs. 468- 473; M. Velasco, Ensayo de Bibliografía de la Provincia del Smo. Rosario de Filipinas, vol. IV, Manila, Universidad de Santo Tomás, 1960, págs. 420‑426; J. L. Pérez Castro, “Cautiverio y prelatura del Padre Hevia Campomanes”, en Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos, vol. 22, n.º 63 (1963), págs. 153-184; J. M. González, “Hevia Campomanes, José”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1092; M. González Pola, “Fr. José Hevia Campomanes, obispo de Nueva Segovia, durante la revolución e independencia de Filipinas”, en Studium, 39 (1999), págs. 289‑332; H. Ocio y E. Neira, Misioneros dominicos en el Extremo Oriente, vol. II, Manila, Misioneros Dominicos del Rosario, 2000, págs. 114-115.
Teodoro González García, OP
