Fernández González-Longoria, Francisco. Segovia, 8.II.1900 – Madrid, 15.VIII.1999. Aviador militar, consejero del Reino y teniente general.
A los catorce años, el 4 de septiembre de 1914, ingresó en la Academia de Infantería de Toledo. Después de cuatro cursos escolares, salió de segundo teniente, siendo destinado al Grupo de Regulares n.º 3 de guarnición en Ceuta.
Después del desastre de Melilla en 1921, Fernández González-Longoria embarcó con su grupo en Ceuta hacia Melilla, donde participó en los violentos combates que se desarrollaron en las inmediaciones de la ciudad, hasta donde había llegado el enemigo.
Con la columna del general Sanjurjo participó, siempre en vanguardia, en El Atalayón, Barranco del Lobo, Fuerte Camello, estación de Tauima y, asimismo, en la ocupación de dicha población.
Fue herido en el paso de Uad-Lau, por lo que tuvo que ser hospitalizado en Melilla y, posteriormente, trasladado al hospital de Málaga. Cuando fue dado de alta, se incorporó de nuevo a su tabor de Ceuta, con el que realizó numerosas acciones y donde derrochó valor por el que se hizo acreedor del ascenso, por méritos de guerra, con fecha 31 de enero de 1922.
Deseando siempre ampliar su formación militar, solicitó, y le fue concedido, realizar en Madrid el curso de carros de combate, cuyo título obtuvo y por lo que abandonó su destino en Marruecos. En 1924 volvió a su unidad de Regulares de Ceuta, con la que participó en las operaciones de Coba Darsa para romper el cerco que soportaba dicha población. Fue herido de gravedad en la ocupación de las alturas de Xeruda.
En agosto de 1924 se nombró al capitán Longoria, alumno de un curso de pilotos de aeroplano. Su actividad aeronáutica comenzó a partir de este momento y a ella habría de dedicarse por completo el resto de su vida. Efectuó el curso elemental de piloto en la Escuela Civil de Albacete, en aquella época contratada por la Aviación Militar. Realizó el curso de transformación en la escuela de la especialidad en el aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid).
Finalizados los cursos de pilotaje fue destinado al Regimiento de Aviación n.º 1 de guarnición en León.
Al incorporarse fue enviado a la zona oriental del protectorado marroquí, al Primer Grupo de Escuadrillas, y destacado a Nador (Melilla). En esta unidad destacó por su arrojo y valentía, con una participación intensísima. Intervino en las operaciones de Alhucemas efectuando reconocimientos desde Beniuriaguel hasta el peñón de Vélez.
El capitán Longoria, cuando el 15 de mayo de 1926 operaba en servicio de protección de las guerrillas que habían ocupado la cota 320, descubrió a un grupo enemigo que arrastraba una pieza de artillería hacia el interior. Inmediatamente lo bombardeó y posteriormente voló hasta el puesto de mando de la columna del coronel Mola enviando un parte donde especificaba la posición exacta de la pieza; a continuación, se dirigió de nuevo hacia el cañón para señalarlo y sobre él permaneció ametrallando hasta que el cañón fue capturado por las vanguardias de la columna Mola. Tomó tierra en el campo de Asgar para reducir tiempo para prestar servicio desde Drius.
Destacado en Larache, operó diariamente protegiendo en sus avances a las columnas de Asensio, López Gómez y Capaz. Para esperar el desarrollo de la acción de Capaz sobre la confederación de Gomara y su llegada a los campamentos de Tiguisas y Uad-Lau para decidir el momento oportuno de iniciar el avance hacia Xuaen y, posteriormente, ocupar Yebala, las escuadrillas de aviación se concentraron en Tetuán.
Longoria, formando parte de la escuadrilla de De Havilland Rolls del Tercer Grupo Expedicionario de Melilla, actuó continuamente sobre la columna Capaz, mandó el grupo, facilitó fotografías, descubrió detalles de los lugares desenfilados del terreno que la columna tenía a vanguardia y marcó caminos, pasos y posibles rutas.
En 1927 volvió a Melilla, donde cooperó con las columnas de Mola, Bautista y Pozas. Por su destacada actuación como piloto en este período, fue propuesto para el ascenso a comandante por méritos de guerra. Este ascenso le fue concedido con antigüedad de 30 de septiembre de 1926.
Finalizada la campaña de Marruecos regresó a la Península destinado a la Escuadra de León como jefe de escuadrilla, en la que permaneció hasta 1930 en que pasó a la Comisión Ejecutiva del Parque y Fabricación del Servicio de Material en el aeródromo de Cuatro Vientos.
Por esta época, Longoria, ya consagrado como piloto de guerra, comenzó a preparar su formación aeronáutica para la paz. Para ello, realizó el curso de Radiotelegrafía, asistió a comisiones aeronáuticas en el extranjero y siguió el curso de Estado Mayor de la Armada, por lo que embarcó, para efectuar las prácticas en el acorazado Jaime I y en el destructor Sánchez Barcáiztegui.
De comandante ya efectivo, pasó destinado a la Oficina de Mando de la Jefatura del Arma de Aviación.
La Guerra Civil Española (1936-1939) le sorprendió en Madrid, donde fue detenido y encarcelado por no compartir las ideas del bando republicano. Permaneció en esta situación desde agosto de 1936 hasta febrero de 1939 en que fue canjeado por otros prisioneros.
Al incorporarse a la zona nacional fue nombrado jefe de la 2.ª Sección del Estado Mayor, y un mes más tarde, el 16 de marzo de 1939, contrajo matrimonio con María Luisa Pinazo Mitjans y fue nombrado jefe de la Tercera Región Aérea con sede en Valencia.
Posteriormente, en 1941, asistió al curso de vuelos sin visibilidad en la Escuela Superior de Vuelo de Salamanca; el general Vigón, ministro del Aire, le nombró jefe del Estado Mayor del Aire. Gracias a sus excepcionales dotes y conocimientos, reorganizó el Ejército del Aire y llevó a cabo en representación del Ministerio del Aire, las negociaciones —en la parte correspondiente a aviación— en el Primer Tratado de Amistad y Ayuda con Estados Unidos.
Al cesar como jefe del Estado Mayor del Aire, ocupó sucesivamente las jefaturas de la Región Aérea del Atlántico, con sede en Valladolid, de la Inspección General de Abastecimientos del Aire y finalmente de la Región Aérea Central con sede en Madrid.
Al cumplir la edad reglamentaria pasó a la situación “B”, el día 8 de febrero de 1970. En abril de ese mismo año fue nombrado director del Museo del Aire.
En este destino gozó de reconocido prestigio nacional e internacional en las esferas aeronáuticas, tanto en las de carácter militar como en las civiles. Participó activamente en numerosos congresos y reuniones de la Aviación Comercial. Cesó como director del Museo del Aire el 14 de mayo de 1974. En la política nacional fue consejero del reino por designación directa.
Falleció en Madrid a punto de cumplir los cien años en agosto de 1999.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Aire (Villaviciosa de Odón), exp. personal.
J. Gomá Orduña, Historia de la Aeronáutica Española, Madrid, Prensa Española, 1946; R. Hidalgo, Enciclopedia de Aviación y Astronáutica, Barcelona, Garriga, 1972.
Adolfo Roldán Villén