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Onofre Juan Fonte

Biografía

Fonte, Onofre Juan. Valencia, 1557 – Lima (Perú), c. 1618. Misionero jesuita (SI).

Entró en la Compañía de Jesús en Salamanca en mayo de 1572. Era diácono no había sido ordenado sacerdote cuando en abril de 1578 alcanzaba la Ciudad de los Reyes (Lima), dentro de la expedición de José Tiruel. Su formación teológica la finalizó en el colegio de San Pablo de aquella ciudad. Acompañado de Pedro de Añasco fue destinado, en 1590, a la misión de Tucumán, de la cual fue superior. Ante la entrada “imprudente” que había realizado en las tierras de calchaquíes, fue requerido a acudir a Lima en 1593. Se le encargó dirigir la doctrina de Juli, la primera que habían aceptado los jesuitas en Indias.

Un año después, en 1594, se celebró congregación provincial. A partir de ese momento el provincial, Rodrigo de Cabredo aceptó la petición que había realizado de jesuitas y para la región de los pilcozones, el virrey García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, unas tierras que se encontraban entre el valle de Jauja y el río Marañón. La misión compuesta por Onofre Fonte, Nicolás Mastrilli y un hermano comenzó en octubre de 1595. Los resultados no fueron los esperados y Rodrigo de Cabredo decidió interrumpir la misión.

A pesar de que inicialmente tanto Mastrilli como Fonte no veían con buenos ojos esta misión, después este segundo trató de convencer al virrey Luis de Velasco que era una empresa de sumo interés. El propio Velasco permitió y facilitó la entrada del padre Fonte en 1599 y 1600. Tanto interés mostraba hacia esta misión que, en 1601, decidió emprender marcha hacia Castilla, para buscar al rey Felipe III e intentarle convencer de sus propósitos. Un viaje que pretendía ser interrumpido por sus superiores. Con todo, Onofre Fonte, suponiendo que este mandato pudiese llegar, se embarcó en Cartagena de Indias. Ya en Castilla, supo llegar a contactar con el duque de Lerma.

El valido se mostró interesado, lo que facilitó el parecer favorable del Consejo de Indias, llevando consigo una cédula real. De nuevo, se puso rumbo hacia las Indias, desobedeciendo una vez más al prepósito general Claudio Aquaviva. Cuando entraba en Panamá, en enero de 1602, se encontró con una orden de detención, bajo pena de pecado grave.

Con todo, continuó su viaje hacia Lima, ciudad que alcanzó en febrero de ese mismo año, llevando consigo la real cédula y una carta del duque de Lerma para entregar al virrey Velasco, el cual debía apoyar la empresa de los pilcozones. Con el apoyo monetario del virrey, obligado en este caso, organizó una nueva expedición al valle de Cintiguailas, en el departamento actual de Ayacucho. Contó para la misma con dos compañeros designados por el rector del colegio de San Pablo. En julio de 1602, Fonte se dirigía de nuevo a Felipe III para proponerle la necesidad de establecer una población en el valle de Jauja, con el nombre de “Villa Lerma”. Las distancias habían impedido que Fonte tuviese conocimiento de que a través de un despacho de ese mismo mes, Felipe III había ordenado la interrupción de esa empresa. En realidad, las cosas ya se habían puesto muy feas para Fonte, puesto que los superiores jesuitas habían pedido al virrey que les permitiese ejercer su autoridad sobre este inquieto misionero jesuita. Fonte no era apoyado ni por la Audiencia de Lima, ni por miembros de las otras órdenes religiosas (franciscanos y dominicos). A este clima se sumaban las informaciones que había aportado el corregidor de Huamanga cuando afirmaba que los trabajos de Fonte eran más propios de “minas y granjerías”, resaltando que su lenguaje tampoco era el apropiado de un miembro de la Compañía de Jesús. Rodrigo de Cabredo, como superior, pudo cortar las inquietudes de este jesuita.

Finalmente, Claudio Aquaviva ordenó, en marzo de 1603, que Fonte fuese recluido en una casa de los jesuitas en Lima. Cuando, a finales de 1604, el prepósito general creyó que había llegado la hora de la corrección y el jesuita había solicitado su envío a la provincia de Paraguay, accedió a la petición. En la Ciudad de los Reyes, permaneció hasta que en 1607 volvió a Lima. Un año después solicitó su traslado a España, petición que fue desestimada. El siguiente paso fue en 1613, cuando manifestó su deseo de pertenecer a otra orden religiosa. Aquaviva, puesto que llevaba cuarenta y dos años en la Compañía de Jesús —Onofre Fonte era jesuita desde los quince años—, creyó oportuno que tenía que ser retenido. No se sabe en qué momento murió o si para entonces era miembro del instituto.

 

Bibl.: P. F. J. Charlevoix, Historia del Paraguay, escrita en francés por el padre Pedro Francisco Javier de Charlevoix, con las anotaciones y correcciones latinas del P. Muriel, traducido al castellano por el padre Pablo Hernández, vol. I, Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1910-1916, págs. 343-346; A. Astrain, Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, vol. IV, Madrid, Razón y Fe, 1913, págs. 541-545 y 616-617; F. de Zubillaga (ed.), Monumenta Peruana, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1954-1986, vols. 1-8; R. Vargas Ugarte, Historia de la Compañía de Jesús en el Perú, vol. 1, Burgos, Imprenta Aldecoa, 1963-1964, pág. 108; J. Baptista, “Font (Fonte), Onofre Juan”, en Ch. O’Neill y J. Domínguez, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, vol. II, Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu, Universidad Pontificia de Comillas, 2001, págs. 1479-1480.

 

Javier Burrieza Sánchez