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Gabriel de Adarzo de Santander

Biografía

Adarzo de Santander, Gabriel. Madrid, c. 1596 – Otranto, Nápoles (Italia), 3.IV.1674. Mercedario (OdeM), consejero de Felipe IV y arzobispo.

Nace en Madrid. Se ignora la fecha exacta en cuanto al día y mes. El año ha sido, probablemente, el de 1596. Hay un par de “declaraciones” oficiales, no coincidentes. Pero hay que tener en cuenta el “poco más o menos”, que conlleva falta de exactitud.

La segunda declaración es del 27 de febrero de 1654, en su Proceso consistorial: se dice que tenía casi cincuenta y cuatro años —lo que llevaría a afirmar que habría nacido en 1599—; pero, cuando, años antes había sido llamado a declarar con ocasión del Proceso de beatificación del mercedario P. Falconi, el 27 de febrero de 1641, afirma “que es de edad de cuarenta y siete años, poco más o menos” (Proceso original en el Archivo de la Curia Provincial de Madrid de la Merced de Castilla en Madrid, ACPMCM). Se sabe, además, que era novicio en 1612. Aunque entonces no se seguía con toda rigidez lo de los quince años para comenzar el noviciado, coincide mejor el cálculo de la declaración de 1641. También es la fecha que ofrece J. A. Garí. La declaración aporta otros datos confirmatorios: “Dijo llamarse Fray Adarzo de Santander; que es natural de esta villa de Madrid, hijo de Esteban Adarzo de Santander y de doña Elena de Biain; que es presbítero y religioso de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, Maestro en santa Teología, uno de los doce que llaman del número de esta Provincia de Castilla; y que es predicador de su Majestad; y que ha sido Catedrático de Teología y Regente de los estudios de su Orden en los Colegios de Alcalá y Salamanca; [...] y que es religioso profeso de la dicha Orden treinta y cuatro años” (ACPMCM, Declaraciones para el P. Falconi ).

Según el Libro de visitas del convento de Madrid se encontraba allí haciendo su año de noviciado el 12 de mayo de 1612, como queda señalado (Archivo Histórico Nacional, Papeles del Clero, leg. 439). El maestro fray Francisco de Ribera era el comendador del convento de Madrid desde 1611, por lo tanto bajo su tutela emite su profesión (Ribera sería más tarde provincial, maestro general y obispo). La enciclopedia Espasa, lo hace franciscano, evidentemente por error. Adarzo, finalizado el noviciado, se traslada a Salamanca para hacer sus estudios, según nos hace saber, en su Biblioteca Hispana, Nicolás Antonio, amigo suyo y buen conocedor de su vida y obra. Aparece, de hecho, probando haber cursado tres años de Artes en Salamanca el 10 de diciembre de 1615; el 3 de agosto de 1616, con Falconi; el 23 de octubre de 1617, Biblia y Sentencias; el 2 de abril de 1618 probó un curso en Sentencias (Archivo de la Universidad de Salamanca (AUS), 585, fols. 105 y 124; AUS, 586, fols. 10v. y 103v.; AUS, 587, fols. 17v. y 19v.; AUS, 588, fols. 3v. y 4v.). Entre 1515-1518 inclusive, por lo tanto, estudia en la Universidad salmantina.

Tuvo como compañero especial, además de otros, a fray Juan Falconi, con quien intimó. Por esta razón declara en el Proceso de vida y virtudes; proceso que quedó interrumpido, al morir el primer mercedario promotor de la causa. Señala el propio Adarzo de Santander que conoció y trató a Falconi ya en 1609, siendo ellos muchachos seglares, y que, cuando el primero vistió el hábito de la Merced, no tardó él en seguirle, a pesar de cierta oposición de sus padres.

Juzga G. Vázquez que su declaración es una de las más importantes del total de sesenta y dos que integran dicho Proceso, por el número preciso de detalles biográficos que contiene, en sus cuarenta y un folios.

En Salamanca se graduó de bachiller en Teología. Luego leyó cuatro años en conventos de la Orden, según consta por el Capítulo Provincial de 1629. Con ello logra el grado —que ofrecía la Orden en tales casos— de presentado. Fue, además, catedrático de Moral, desde 1622, en la Universidad de Salamanca; y en los conventos de Toledo y de Alcalá. Desempeñó asimismo el cargo de regente de estudios en Alcalá y Salamanca; y enseñó Filosofía en ambos conventos. En dicho capítulo el provincial elegido, fray Pedro Merino, catedrático de Salamanca —y amigo personal de Tirso de Molina— lo nombra secretario, cargo que desempeña el trienio 1629-1632. El año 1629 es cuando se celebran los festejos solemnes a la canonización de san Pedro Nolasco y san Ramón Aunque no debieron de publicarse los festejos de Salamanca, consta por los registros, consultados tanto del Ayuntamiento, como de la Universidad su programación, a petición de Merino y del comendador de los Mercedarios Descalzos. A ellos envía Tirso varios poemas, que recoge en Deleytar aprovechando; y en su Historia los destaca, después de los de Madrid, que edita Remón, después de haberlos organizado y dirigido personalmente, incluida la “Justa Literaria”, en que se premia a Mira de Amescua, y se representa una comedia de Lope a san Pedro Nolasco. De los salmantinos se sabe que hubo “Justa literaria”, misas solemnes y procesiones, altares delante de cada iglesia conventual, colgaduras, corrida de toros, y también la representación de una pieza teatral, según costumbre de la época; pero no se conoce ninguna publicación que haya permanecido.

Cuando el 2 de octubre de 1630 el provincial merino obtuvo el grado de maestro en Teología, fray Adarzo de Santander “ocupó se presentatura vacante”, como su secretario (Biblioteca Nacional, Madrid, ms. 2684, fol. 522. Fuente también citada por G. Vázquez). Fray Adarzo fue nombrado comendador de Huete (Cuenca) en el capítulo de 1632. Entonces Tirso es elegido definidor provincial.

(Existe otro fray Diego Adarzo de Santander, comendador de Cuenca en el mismo trienio. Es probable que sea hermano de Gabriel, mayor que él en edad, y supuestamente en profesión.) Asiste Gabriel Adarzo, en Madrid, a la enfermedad y fallecimiento del padre fray Juan Falconi, acaecido el lunes 31 de mayo de 1638. Murió en olor de santidad. El maestro Francesco Boil —que sería obispo de Alghero, en Cerdeña— tuvo la oración fúnebre. Desde la primera misa de Falconi, fray G. Adarzo de Santander había sido testigo de la dedicación espiritual, dirección de conciencias y confesión en los monasterios de la Corte, que había realizado, y que le iban configurando como un gran místico, con doctrina propia. Fue un tiempo comendador de la Merced de Toledo, el año 1643; si bien residía de ordinario en la Corte, como predicador de su Majestad y consejero de ministros en casos difíciles.

El 9 de marzo de 1654 Inocencio X lo elige obispo de Vigévano (Milanesado). Tanto el Diccionario Espasa como el Bulario de Linás cometen inexactitudes: el primero da la fecha de mayo en vez de marzo —recogido también por G. Vázquez, equivocadamente—; y el segundo ofrece como fecha, erróneamente, el año 1653: ése fue el año de la “presentación real”, no del nombramiento papal. Se consagró en Roma, en la basílica de San Juan de Letrán, el domingo 22 de marzo de 1654, por el cardenal Giromalo Colonia, que era arcipreste de la basílica.

Tomó posesión de su diócesis el 3 de junio de dicho año. Sucede a Stéfano Donghio, trasladado a Forlí, según documento de la Curia diocesana de Vigévano.

Hierarchia Católica IV, 369, dice, sin embargo, que “sucedió al difunto D. Juan Gutiérrez”. Según el cardenal mercedario chileno Oviedo Cavada, parece más de fiar el dato de la misma curia de Vigévano, que él recoge en Los Obispos Mercedarios. Celebró el Sínodo diocesano durante los días 22 al 24 de 1657. Se desconocen las Actas, pero se recuerda “como un Sínodo muy riguroso y con abundantes penas canónicas, según informaciones de esa Curia” (O. Cavada). El segundo Sínodo convocado ya no pudo celebrarlo, al cambiar de diócesis. Inocencio X lo nombró también “Consultor de la Santa Sede” (G. Vázquez). Sale de Vigévano el 6 de noviembre de 1657, y le sucede Atilio Pietrasanta, monje cisterciense.

Alejandro VII lo promueve a la sede arzobispal de Otranto el 24 de septiembre del mismo año, de la que tomó posesión a finales de dicho año. También Nicolás Antonio recoge este dato. Sucede a Gaetano Cossa, fraile teatino. Le fue conferido el palio el 17 de diciembre del mismo año. Realizó la visita ad límina. Fueron deteriorando su salud el clima de Otranto y su edad, y el 1 de julio de 1661 escribe al rey de España, Felipe IV, proponiéndole renunciar a la mitra, abandonar la diócesis y retirarse a su convento. Pero el Rey le anima a continuar, en carta de 21 de marzo siguiente. Era un buen servidor de Dios, de la diócesis y del mismo Rey. Tampoco el virrey de Nápoles, marqués de Peñaranda, accedió a sus ruegos. (Copia ambas cartas el mercedario Arques en los “Apéndices” de la Biblioteca de Hardá, transcrita por él.) La Orden de la Merced le debe muchos favores: dotó a la Universidad de Salamanca una cátedra de Teología Moral, en 1662 —de la que carecía esa Universidad entonces—, y puso como condición que “el primer titular fuera mercedario”. La ocuparía, de hecho, el padre maestro fray José González, que, más tarde, obtiene otras por oposición, hasta llegar a la de Prima de Teología. Poco después es nombrado obispo de Ciudad Rodrigo. También dotó el arzobispo fray Gabriel, con recursos suficientes, la fiesta de San Pedro Nolasco en la misma Universidad, para que se celebrase anualmente, y creó un fondo para los graduados de la Orden. En agradecimiento, la Provincia de Castilla puso su nombre en la Tabula defunctorum o lista de fallecidos, renovada cada trienio hasta la exclaustración de 1836.

Se deben a él las publicaciones de Falconi en castellano e italiano, y facilitó a Nicolás Antonio los datos biográficos de multitud de mercedarios, como afirma G. Vázquez. Asimismo, dependen de él los diplomas de Cherubini y Letusca en sus bularios. Nicolás Antonio cita varias obras suyas, algunas no editadas.

La relativa al “Veto en la elección Pontificia”, publicada ocultamente en Frankfurt, se debe a él también.

Otro par de libros, a nombre de abogados madrileños, son suyas, probablemente. G. Placer nos ofrece la bibliografía más completa y exacta, después de la más imprecisa de Garí.

Falleció en su archidiócesis de Otranto el 3 de abril de 1674, siendo sepultado en la iglesia matriz de Galatina, ciudad pequeña del arzobispado. Más tarde se le erige un mausoleo, como merecía. Le sucede Ambrosio María Piccolomini, que se trasladó desde Triventino.

 

Obras de ~: De cultu immemorabile S. Petri Armengaudi Ordinis Beatae Mariae de Mercede in oppido La Guardia de Monblanch Regni Aragoniae, Madrid [bajo el nombre de D. Pedro de Berrocal], 1646; De mente D. Thomae in materia Conceptionis Deiparae Virginia, Matriti [por orden de Baltasar Carlos. - Afirman el P. Hardá y Nicolás Antonio que Fray Gabriel Adarzo reconoce que Santo Tomás nunca negó la preservación de María], s. f.; Baltasar Príncipe. Copia de Baltasar Profeta. Oración fúnebre a las gloriosas memorias del Serenísimo señor Don Baltasar Carlos, Príncipe jurado de las Españas [...], Madrid, por Domingo García y Morrás, 1647; Dictamen circa exclusivam quandoque a Principibus interpositam, ne aliquis in summum Ecclesiae Pontificem eligatur, Matriti, 1660; Dictamen circa [...], Excursum Francofurti apud heredes Ioannis Godofredo Schomvetteri [edición fraudulenta, sin noticia ni permiso de su autor, dedicada al Conde de Peñaranda], s. l., 1660; De origine Absolucionis Generalis , excellentia, et effectibus, ad nutum sui Ordinis Generalis Magistri, Madrid, s. f.; De potestate Petri, et sucessorum ejes supra Apostolos et Concilia, ac de potestate Conciliorum, s. l, s. f.; Quaestiones Scholasticae, Matriti, s. f. [N. Antonio y el mercedario Hardá dicen que “algunas de sus opiniones contra la ciencia media, en la famosa controversia De auxiliis divinis, le fueron saqueadas por un dominico valenciano, que las estampó como suyas”]; Pro is qui expelluntur a Religione Societatis Iesu, aut ab ea dimittuntur, non comprendere eos poemas Urbani VIII contra expulsos, Matriti [impresa bajo el nombre del doctor don Manuel Vargas], s. f.; Fundación de la Cátedra de Teología Moral, hecha en la Universidad de Salamanca por el Illmo. y Rmo. señor Don ~, Salamanca, por Joseph Gómez de los Cobos, 1663; Vida del Venerable Padre Fray Juan Bautista de la Peña, ms. [registrado por Hardá y Garí, y señalado por G. Vázquez, mercedarios; este último en su Historia, pág. 138, que indica asimismo la referencia en la Biblioteca Nacional, ms. 2684].

 

Bibl.: J. A. Garí y Siumell, Biblioteca Mercedaria [...], Barcelona, Imprenta de los herederos de la Viuda Pla, 1875; G. Vázquez Núñez, “El Ilmo. P. Gabriel Adarzo de Santander, † el 3 de abril de 1674”, en La Merced, agosto de 1934, págs. 285-288; G. Vázquez, Manual de Historia de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, vol. II, Toledo, Editorial Católica Toledana, 1936; G. Placer, Bibliografía Mercedaria, vol. I, Madrid, Publicaciones del Monasterio de Poio-Edita Revista Estudios, 1963; C. Oviedo Cavada, Los Obispos Mercedarios, Santiago de Chile, Salesianos, Bulnes 19, 1982.

 

Luis Vázquez Fernández, OdeM

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