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Pedro de Herrera

Biografía

Herrera, Pedro de. Sevilla, 1548 – Salamanca, 31.XII.1630. Teólogo dominico (OP) y obispo.

El antiguo Libro de Profesiones del convento de los dominicos de San Esteban de Salamanca dice que fue su padre el cónsul Rodrigo de Herrera, perteneciente a la antigua institución de los “veinticuatro”, o regidores, del Ayuntamiento de la ciudad, y que el nombre de su madre era Catalina Suárez. Nació en 1548, pues la inscripción bajo su estatua orante, esculpida poco después de su muerte, dice que tenía, al morir en 1630, la edad de ochenta y dos años. Su formación humanística la recibió en el colegio de San Hermenegildo de Sevilla, recién construido. Deseando seguir la carrera de su padre, fue llevado por éste a la Universidad de Salamanca, matriculándose en la Facultad de Derecho. Atraído por la preponderante influencia del convento de los dominicos de San Esteban en el mundo universitario salmantino, solicitó el ingreso en sus claustros, comenzando el noviciado el 23 de febrero de 1566. Al año siguiente, el 24 de febrero de 1567 hizo la profesión religiosa; en ese mismo mes profesaba otro futuro catedrático eminente, fray Alonso de Luna, compañero suyo en la docencia.

Hecha la profesión religiosa, se matriculó en la Facultad de Artes o Filosofía de la Universidad de Salamanca, como se puede comprobar en el correspondiente registro universitario. En 1570 fue escogido para ingresar, dentro del Estudio General de San Esteban, en el colegio de Cayetano, que seguía un régimen de especial dedicación al estudio. Terminados los estudios de Filosofía, aparece matriculado en la Facultad de Teología de la Universidad salmantina en el curso 1570-1571, y en los siguientes; en el registro de 1575-1576 y posteriores aparece como teólogo y presbítero. Tuvo por maestros a Luis de León, Mancio de Corpus Christi, Bartolomé de Medina y Domingo Báñez. En 1580 se encuentra como profesor de Filosofía en su convento de San Esteban, colaborando al mismo tiempo en la dirección del ya mencionado colegio de Cayetano. En 1583 fue enviado a enseñar Teología en el convento de San Ildefonso de Toro (Zamora). Aquí tuvo por compañero de fatigas en el profesorado a fray Antonio de Sotomayor, muy unido siempre a Pedro de Herrera.

Conocidas por los superiores sus cualidades para el estudio y la enseñanza, fue reenviado en 1582 al convento de San Esteban, para disponerse a la oposición de cátedras en la Universidad de Salamanca. Ganó, en efecto, por oposición la cátedra de Escoto en 1593 en esta Universidad. La regentó hasta 1596, en que se presentó inútilmente como candidato a la cátedra de Durando. Ejerció, sin embargo, de sustituto de Domingo Báñez en la cátedra de Prima de Teología en los años 1599-1604, y al morir Báñez en 1604, se presentó como opositor a esa cátedra, ganándola brillantemente. Se considera como línea divisoria entre los espíritus creadores de la Escuela Teológica de Salamanca y los mantenedores firmes del legado doctrinal de esa escuela, enriqueciéndola con nuevos detalles y nuevos argumentos de carácter positivo. Fue también prior, durante tres años, del convento de San Esteban, siendo elegido para este oficio el 5 de febrero de 1618. Durante su priorato, a partir del 16 de abril de 1619, se celebró en el convento de San Esteban, bajo la presidencia del padre provincial fray Antonio de Sotomayor, un importante Capítulo Provincial, a cuya brillantez y éxito prestó una generosa ayuda la Universidad.

El 7 de junio de 1621 fue nombrado obispo de Canarias. Muy poco duró este episcopado sobre Canarias y muy probablemente no tomó posesión personal de él, pues ya el 7 de febrero de 1622 lo propuso el Rey para la sede de Tuy (Pontevedra). El nombramiento de obispo de Tuy tuvo lugar el 27 de junio de 1622. Los historiadores contemporáneos elogiaron su labor pastoral, y su prudente y sereno gobierno de esta diócesis. El rey Felipe IV lo propuso en 1630 para obispo de Tarazona (Zaragoza), siendo nombrado oficialmente el 2 de diciembre de ese año. No pudo, sin embargo, tomar posesión, pues le llegó la muerte, cuando se encontraba de paso en su convento de Salamanca. A sus expensas se construyó la suntuosa sacristía de la iglesia de este convento. En el alto arcosolio de la derecha de esta sacristía se encierran sus restos mortales en una urna con retrato al óleo contemporáneo; en el alto arcosolio de la izquierda fue colocada su estatua orante, con una inscripción que describe sus títulos y enmarca su vida.

 

Obras de ~: In Tractatum de Trinitate Divi Thomae Aquinatis Commentarii et Disputationes, Pavía, J. Baut. Rubei, 1627; una relación de sus manuscritos, que versan sobre Sagrada Escritura o son comentarios a la Suma de Teología de Santo Tomás de Aquino, puede verse en V. Beltrán de Heredia (OP), “Los manuscritos de los Teólogos de la Escuela Salmantina”, en La Ciencia Tomista, 42 (1930), pág. 347; “Hacia un inventario analítico de Manuscritos Teológicos de la Escuela Salmantina, Siglos XVI-XVII, conservados en España y en el extranjero”, en Revista Española de Teología, 3 (1943), págs. 77- 81 y 83; M. Andrés, “Manuscritos de la Biblioteca Capitular de Palencia”, en Anthologica Annua, 1 (1953), págs. 488-489, 493 y 495-496.

 

Bibl.: J. Quetif y J. Echard, Scriptores Ordinis Praedicatorum [...], II, Paris, C. Ballard y N. Simart, 1721, pág. 467; J. Cuervo, Historiadores del convento de S. Esteban de Salamanca, t. I, Salamanca, Imprenta Católica Salmanticense, 1914, págs. 273-275 y 575-581; t. II, págs. 779-793; t. III, Salamanca, 1915, págs. 851-852; E. Esperabé Arteaga, Historia pragmática e interna de la Universidad de Salamanca, vol. II, Salamanca, Imprenta Núñez Izquierdo, 1917, pág. 1089; P. Gauchat (OFMConv.), Hierarchia Catholica [...], vol. IV, Münhen, Libr. Regensbergiana, 1935, págs. 132, 338 y 349; F. Marcos Rodríguez, “La Universidad de Salamanca y la Inmaculada”, en Salmanticensis, 1 (1954), págs. 539-605; R. Hernández (OP), “Pedro de Herrera, O. P. Estudios y primeras actuaciones como profesor en la Universidad de Salamanca”, en Ciencia Tomista, 96 (1969), págs. 105-140; V. Beltrán de Heredia (OP), “El P. Pedro de Herrera”, en Miscelánea Beltrán de Heredia, vol. III, Salamanca, Biblioteca de Teólogos Españoles, 1972, págs. 167- 175; R. Hernández, “El teólogo Pedro de Herrera en los claustros salmantinos (1593-1598)”, en Revista Española de Teología, 34 (1974), págs. 373-392; J. Barrientos García, El Maestro Pedro de Herrera y la Universidad de Salamanca, Estudio Histórico Documentado, Salamanca, Universidad, 1983; G. Díaz Díaz, Hombres y Documentos de la Filosofía Española, vol. IV, H-LL, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1991, págs. 43-44; N. Antonio, Biblioteca Hispana Nueva [...] traducida al Castellano [...] Tomo Segundo, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999, págs. 229-230.

 

Ramón Hernández Martín, OP