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Juan Vázquez

Biografía

Vázquez, Juan. Badajoz, c. 1510 – Sevilla, c. 1572. Cantor, sochantre y maestro de Capilla.

Aunque se conoce con seguridad el lugar de nacimiento (Badajoz), todavía falta por hallar la fecha del mismo. Para Anglés el nacimiento de Vázquez debió de tener lugar hacia 1520, fecha demasiado tardía si se tiene en cuenta que en 1530 ya se halla documentada su relación como cantor en la Catedral de Badajoz.

De modo que se puede situar el año de su nacimiento en torno a 1510. De ningún modo puede ser identificado un Juan Vasquez, cantor contralto y organista sustituto de la Catedral de Plasencia, con el compositor pacense, sobre todo por la fecha tan temprana en que es contratado por el cabildo placentino: 27 de octubre de 1511.

Si bien el mismo Anglés ha venido reiterando que la formación de Vázquez fue enteramente andaluza, es más lógico pensar que Vázquez se debió de formar como mozo de coro en la catedral pacense y que estudiaría con los maestros de capilla y sochantres de los primeros años del siglo xvi: Fernando Díaz (maestro de capilla) y Francisco Peinado y Francisco Grageras (sochantres).

Como se ha dicho, la primera noticia que se halla documentada sobre Vázquez en la catedral pacense corresponde al 22 de abril de 1530, cuando el cabildo le asignó un salario de 15.000 maravedís como cantor de esta catedral. En septiembre del mismo año le encargaron además que a los mozos de coro “les dé su leçion de canto de organo y que reze con ellos [...] que el dicho Juan Vasquez les dé su liçion de canto llano e les enseñe a rezar e anden honestos...”. En los dos años siguientes Juan Vázquez dejó de aparecer en la documentación histórica de la Catedral de Badajoz, hasta que en 1533 el cabildo acordó que las enseñanzas del cantor Vázquez se extendieran también hasta los jóvenes canónigos, clérigos y mancebos que aspiraran a ser beneficiados. El mismo cabildo también decidió que esta tarea de aprendizaje de canto de órgano y canto llano les ocupara dos horas del día y que la llevaran a cabo junto “al altar de San Juan en Caustra [sic]”, es decir, en el claustro al lado del altar de San Juan. La posición de Vázquez en la catedral pacense se consolidó el 26 de junio de 1535, cuando el cabildo acordó nombrarlo sochantre para suplir la ausencia del mencionado Francisco Grageras.

En este cargo permanecería hasta mediados del año 1538, porque el 2 de octubre de ese mismo año ya se hablaba en la Catedral de Badajoz sobre la ausencia de Vázquez.

En estos años, hasta 1545, parece que Juan Vázquez permaneció en tierras castellanas, quizá en la Catedral de Palencia, y, a partir de 1541, en Madrid y Toledo, al servicio del cardenal Tavera en calidad de cantor.

En esta época Vázquez se relacionó con algunos músicos del momento, a juzgar por la presencia de su obra profana —en ese momento todavía inédita— en las publicaciones que algunos vihuelistas realizarían a mediados del siglo xvi (tanto Luis de Narváez en su obra Los seys libros del Delphin de Música, Valladolid, 1538, como Enríquez Valderrábano en su Libro de Música de Vihuela intitulado Silva de Sirenas, Valladolid, 1547; Diego Pisador en su Libro de Música de Vihuela, Salamanca, 1552, y Miguel de Fuenllana, en su Libro de música para vihuela, titulado Orphenica Lyra, Sevilla, 1554 incluyen obras de Vázquez arregladas para este instrumento).

Se tiene constancia de que en 1545 ya se hallaba de nuevo en la Catedral de Badajoz esta vez como maestro de capilla, ante la ausencia de Luis de Quiñones, y con un sueldo de 25.000 maravedís anuales. Las actas capitulares de la catedral pacense son muy explícitas respecto a las obligaciones del maestro: “Que todos los domingos y fiestas que oviere de aver musica en el choro sea obligado el dicho maestro venir al choro antes que la procesion salga” [...] “Todos los domingos a misa mayor ha de aver musica en la yglesia y en las fiestas de dos capas a primeras visperas magnificat y misa mayor” [...] “Y de las fiestas solenes sea obligado con los cantores a tomar los versos de los responsos que entonaren los beneficiados” [...] “Que todas las veces que saliere la procesion fuera de la yglesia sea obligado a cantar la letania de canto de organo” [...] “Y en estas horas le sea obligado enseñar a los capellanes, clerizones, sacristanes, moços de coro y beneficiados y oficiales de la iglesia con liçiones particulares de canto llano y canto de organo y contrapunto” [...] “Que cada semana a de dar una lection de exerçiçio de canto de organo...”. La permanencia de Vázquez como maestro de capilla en la catedral pacense se prolongó hasta 1550. Carmelo Solís demuestra que en este período, aparte de atender las anteriores obligaciones de maestro de capilla, tuvo la posibilidad de ponerse en contacto con los músicos del palacio de los duques de Braganza en Vila-Viçosa, en la vecina Portugal. Allí pudo conocer no sólo la música que allí se hacía, sino también dar a conocer la propia, que se hallaba en aquellos momentos pronta para su publicación. Este tipo de contactos entre ambas capillas fueron frecuentes también en años posteriores.

Así, Kastner revela algunos datos interesantes al respecto: en 1572 el maestro de capilla de Luis de Quiñones solicitó un permiso para ir a la citada ciudad; en 1587 se mandó un correo a Vila Viçosa para que venga un tiple; en 1596 el tesorero de la fábrica de la catedral pacense pagó a “Músicos de chirimías, vecinos de Vila-Viçosa”, etc. La última noticia que existe en la catedral pacense referente a Vázquez data precisamente de mediados de 1550, cuando se realiza la liquidación por los últimos servicios prestados por éste, quien debió de permanecer en Badajoz hasta el verano de este año: “A Juan Vazquez de lo que sirvio de maestro de capilla 2854 maravedíes”.

En efecto, por la dedicatoria que figura en su obra Villancicos y Canciones... a tres y a quatro, en 1551, se sabe que Vázquez ya llevaba algunos meses en Sevilla al servicio del aristócrata y Prior de San Juan Antonio de Zúñiga: “Al ilustre Señor el Sr. Don Antonio de Zúñiga, mi señor [...] Quise a su nombre dedicar esta Música de canciones y Villancicos castellanos con algunos sonetos que no creo que dejará de dar a V.

m. algun contentamiento”. La difusión de las piezas contenidas en esta edición hubo de ser rápida, a juzgar por las adaptaciones que hizo de nueve de ellas el vihuelista Miguel de Fuenllana tan sólo tres años después. A pesar de que tanto Samuel Rubio como José María Llorens difundieron la idea de que de esta edición sólo se conservaba el cuadernillo correspondiente a la voz del Bajo, se sabe que la obra se halla completa en la Biblioteca de la Fundación Bartolomé March, en Palma de Mallorca.

En 1556 publicó su Agenda Defunctorum, “una de las obras maestras de este género”, en palabras de Samuel Rubio. Esta obra, impresa en los talleres de Montesdoca, en Sevilla, está dedicada a su nuevo señor: “Ioanni Bravo, viro nobilísimo ac domino suo”. Tanto Solís como Stevenson ponen de manifiesto la dificultad de conocer de manera certera la identidad de este noble. Descartada la identificación que sugiere Anglés —este autor indica que la dedicatoria real no iba dirigida a alguien llamado Juan Bravo, sino que se trataba de una dedicatoria “simbólica” destinada a Juan Téllez de Girón —, Russell opina, sin embargo, que se trata de Juan Bravo de Morata, perteneciente a una noble familia originaria de Lorca. En la misma dedicatoria figura ya la condición de Vázquez, “humilis Sacerdos”, aunque no se puede precisar en qué momento ni dónde recibió las órdenes sagradas. La Agenda está formada por una colección de cantos cuyos textos proceden de la liturgia de difuntos, tanto del Oficio como de la Misa, aunque en los cantos del Oficio sólo se hace uso de los textos de Maitines y Laudes.

Su última edición conocida es Recopilación de Sonetos y Villancicos a quatro y cinco voces, dedicada a Gonzalo Moscoso y Cáceres Peña e impresa en 1560 en Sevilla en los talleres de Juan Gutiérrez. Parece que en este caso la familia era oriunda de Extremadura, aunque el titular de la dedicatoria bien pudiera residir en aquella época en tierras andaluzas. El objetivo de Vázquez en este caso era bien diferente: “Y en este segundo genero de musica alegre van compuestos estos sonetos, y villancicos castellanos que a V. M. presento para las horas desocupadas de los negocios de veras”.

La edición contiene una colección de setenta y siete piezas, entre canciones, madrigales y villancicos, algunos de ellos ya impresos en su edición de 1551.

Muy poco se sabe de los últimos años de Vázquez, aunque según Lola de la Torre en 1572 todavía se hallaba al servicio de uno de los nobles más poderosos de España: Alonso Pérez de Guzmán, séptimo duque de Medina-Sidonia.

Sin duda, Vázquez merece ser situado junto a los grandes polifonistas españoles del siglo XVI, tanto por sus obras profanas como por su producción sacra.

Anglés opina que la razón por la que el compositor pacense había conseguido ganar tanto a los artistas como a la nobleza no era otra que “el haber escrito una canción amorosa concebida con técnica diáfana y sin rebuscamientos contrapuntísticos, mirando más a divertir y agradar a los ricoshombres, que a causar admiración y respeto entre los técnicos del arte”. Pero lo cierto es que hasta en esto último el compositor fue bien considerado, como demuestra el hecho de que el teórico Juan Bermudo llegó a poner los villancicos del compositor como modelo para vihuelistas y tañedores en general. En su faceta profana además contribuyó de manera notable a proporcionar un repertorio importante que fue utilizado y difundido por los vihuelistas en los salones cortesanos de Castilla y Andalucía. En lo que respecta a su producción sacra, el maestro extremeño legó quizá la obra de la liturgia de difuntos más acabada del período renacentista, no sólo en el ámbito de la polifonía española, sino también en el de la europea. En palabras de Rubio, “es el monumento más importante y majestuoso levantado por el arte polifónico al canto gregoriano”.

 

Obras de ~: Villancicos I Cançiones de Juan Vasquez. A tres y a quatro, [Colofón] Fueron impressos estos villancicos y cançiones en casa de Juan de Leon, impressor de la Universidad de Ossuna, MDLI (1551); Juan Vasquez / Agenda Defunctorum, [Colofón] Excudebat Hispali Martinus a Montesdoca, anno Domini MDLVI (1556); Recopilacion de sonetos y villancicos a cuatro y a cinco de Juan Vásquez, [Colofón] Impresso en Sevilla en casa de Juan Gutierrez, impresos en cal de Genova con liçençia del señor don Juan d’Ovando, provisor de Sevilla, MDLX (1560).

 

Bibl.: L. de Narváez, Los seys libros del Delphin de Musica, Valladolid, Diego Hernández de Cordoba, 1538; e. valderrábano, Libro de musica de Vihuela, intitulado Silva de Sirenas, Valladolid, Francisco Fernández de Cordova, 1547; D. Pisador, Libro de Musica de Vihuela, Salamanca, 1552; M. de Fuellana, Libro de musica para vihuela, titulado Orphénica Lyra, Sevilla, Martín de Montesdoca, 1554; E. Daça, Libro de musica en cifras para vihuela intitulado El Parnasso, Valladolid, Diego Fernández de Córdova, 1576; F. J. Fétis, Biographie universelle des Musiciens, vol. VIII, París, 1864; B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, t. IV, Madrid, M. Rivadeneyra, 1889; G. Morphy, Les luthistes espagnols du XVIe siècle, vols. I-II, Leipzig, 1902; F. Pedrell, Catàlech de la Biblioteca Musical de la Diputació de Barcelona, vol. I, 1908, vol. II, 1909; Cancionero Musical Español, vol. III, 1919; R. 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Francisco J. Rodilla León

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