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María de Sicilia

Biografía

María de Sicilia. ?, 1363 – 1401. Reina de Sicilia (1377-1401), esposa de Martín II el Joven.

Hija única de Federico IV de Sicilia (1355-1377) y de Constanza de Aragón. Con la finalidad de salvaguardar sus derechos, Federico IV negoció, en 1372, con el papa Gregorio XI el reconocimiento para él y sus descendientes de la posesión del reino de Sicilia, aspectos importantes dada la vigencia de la Ley Sálica, establecida por Federico III (1296-1337).

María contaba con sólo catorce años al fallecer su padre; por esta razón fue nombrado en calidad de tutor de la reina María y a la vez vicario del reino Artal de Alagón, uno de los grandes barones de Sicilia. Éste se avino a compartir el poder con la nobleza, creando cuatro vicariatos.

Artal de Alagón promovió la búsqueda de una solución italiana, que salvaguardara la independencia del reino; se trataba principalmente de evitar las ingerencias aragonesas; en consecuencia, entró en negociaciones con Giangaleazzo Visconti, conde de Virtú, para concertar su matrimonio con María y para que enviara a Sicilia hombres y pertrechos que aseguraran la operación. La operación se divulgó y enterado Pedro el Ceremonioso la cortó de raíz, enviando una flota de guerra que destruyó las naves milanesas que estaban a punto de zarpar.

El rey de Aragón había manifestado claramente sus intenciones, el candidato de María lo elegiría él. La historia, los entronques dinásticos con Sicilia y el poder estaban de su parte, que no concebía una Sicilia independiente. En efecto, Pedro el Ceremonioso había estado casado con Leonor, hija de Pedro II de Sicilia, y Federico IV de Sicilia se había casado a su vez con Constanza (fallecida en 1363), hija de Pedro el Ceremonioso. Si Artal de Alagón y la nobleza siciliana se movieron en medios italianos para buscar un candidato para María, Pedro el Ceremonioso prefirió los medios internacionales para conseguir su objetivo de colocar primero a su primogénito Juan como rey consorte de Sicilia, y, ante la negativa de este último, finalmente fue el hijo de Martín el Humano, llamado Martín el Joven, quien se casaría con la reina María.

Mientras tanto, nadie había pedido la opinión de la reina María, que se hallaba, bien custodiada en Catania, por Artal de Alagón. En un golpe de mano, el noble siciliano Guillermo Raimundo de Moncada, buscando réditos personales, secuestró a la reina María y la trasladó a su castillo de Agosta. Moncada se trasladó inmediatamente a Barcelona para pedir refuerzos con los que defenderse de Artal de Alagón. Su oportuno regreso, cuando Artal de Alagón se disponía a asediar el mencionado castillo, permitió a Moncada apoderarse por segunda vez de la Reina y trasladarla a Licata, en los dominios del noble aliado Manfredo de Chiaramonte.

Pedro el Ceremonioso, seguro de su victoria, aceleró las negociaciones diplomáticas con el Papado, reclamando la investidura de Sicilia, en base al presupuesto jurídico establecido por Federico III, es decir, la Ley Sálica como norma de sucesión. Una primera ronda, con el papa Gregorio XI (1370-1378), resultó decepcionante. El Pontífice le manifestó que nadie lo había investido como rey de Sicilia y que la sucesión de María era legítima, como demostraban algunos precedentes. La réplica del Pontífice iba acompañada de una amenaza, la de entregar la isla de Cerdeña al juez de Arbórea.

El inicio del Cisma de Occidente, en 1378, con la presencia de dos papas, Urbano VI (en Roma) y Clemente VII (en Aviñón), fue una buena oportunidad para los planes sicilianos de Pedro el Ceremonioso.

En efecto, optó por la neutralidad con la finalidad de obtener mejores réditos que los que reportaría un alineamiento.

Para aminorar las resistencias, decidió ceder sus derechos sobre Sicilia a favor de su hijo Martín el Humano y éste a favor de su hijo Martín el Joven.

Las negociaciones se prolongaron durante casi toda la década de 1380, hasta que el rey de Aragón consiguió del papa Clemente VII (1378-1394) sus objetivos, que eran la autorización de matrimonio entre Martín el Joven y María y la investidura de Sicilia.

Mientras tanto, María seguía retenida en Licata.

Guillermo Raimundo de Moncada tuvo conocimiento de que Manfredo de Chiaramonte pensaba apoderarse de la reina María, en calidad de rehén; se presentó en Licata y logró capturar a la Reina y trasladarla de nuevo a su castillo de Agosta; esta fortaleza fue entonces objeto de asedio por Artal de Alagón, que a punto estuvo de conseguir su objetivo.

Finalmente, una armada catalano-aragonesa, comandada por el vizconde de Rocabertí, trasladó a la Reina a Cerdeña (1382) y poco tiempo después a Barcelona.

El matrimonio de Martín el Joven y María no se celebró hasta 1390 y sólo dos años después la pareja, acompañada de Martín el Humano, se trasladaron a Sicilia para tomar posesión de un reino convulsionado.

En efecto, un comité de barones acordó hacer un frente común contra el rey de Aragón. El movimiento de resistencia anti-aragonés se extendió hasta los inicios de 1397. En aquella fecha, Martín el Humano ya había regresado a Barcelona, como nuevo rey de Aragón. Comenzaba el gobierno de Martín el Joven y de María, siempre bajo las directrices a Martín el Humano.

Del matrimonio de Martín el Joven con María nació un hijo, Pedro, que falleció en 1400. La reina María murió al año siguiente, a los treinta y ocho años de edad.

 

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Pau Cateura Bennasser